Muchas son las cosas que cambiaron con la llegada de Luis Miguel Ramis al banquillo del Real Madrid Castilla siendo posiblemente la más destacada la variación en el sistema. Mientras que con Zidane el equipo blanco solía alinear un 4-3-1-2 (con roles muy diferentes como el papel de los extremos en uno y otro equipo). Ramis apostó por interiores en vez de extremos dando un gran protagonismo a Odegaard por la derecha, quien, a pesar de sólo anotar un gol, cuajó una fase regular muy completa y de altísimo nivel.
Otra seña de Ramis fue la llegada de Sergio Reguilón. El técnico madridista quería que fueran los laterales quienes abrieran el campo y para ello consideraba esencial disponer de un lateral zurdo que jugara con su pierna natural. Sin embargo, la fortuna fue caprichosa y Reguilón acabó jugando más tiempo como central que como lateral debido a las múltiples lesiones en el centro de la zaga.
Pero si en algo ha destacado la labor de Ramis es que el equipo empezó a funcionar muy bien desde el primer momento logrando una racha de siete victorias consecutivas desde su llegada, apostando por situar a Marcos Llorente de medio centro puro y alineando una dupla de medias puntas por delante con dos acompañantes por banda, con un sólo delantero de área: 4-1-4-1. Además el Castilla ha sabido competir muy bien en los partidos contra los rivales mejor clasificados lográndose incluso la victoria en Lasesarre ante el Barakaldo.
Por último, Ramis ha contado más con determinados futbolistas que Zidane. Mientras que Zizou creía más en Mariano, Ramis rompió una lanza por Borja durante varias ocasiones. Alternó entre los tres extremos puros de la plantilla (Zidane contaba más con Álvaro que con los otros dos) e incluso contaban con un segundo portero diferente, Craninx en el caso del francés y Alfonso en el caso del español.
