Manolo Romero: «un madridista en la reserva»

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Manolo Romero
Manolo Romero en unas instalaciones deportivas
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Veinte años en el Club de tu vida no son muchos años si haces lo que amas. Eso es lo que piensa Manuel Romero, aunque conocidos por todos como Manolo Romero. Manolo era el antiguo jefe de ojeadores en Cataluña -y por un tiempo Baleares- del Real Madrid. Un cargo que desempeñó siempre con gran profesional y dedicación. Como antecedíamos, veinte años no son muchos, pero sí encima los dedicas al Club que amas, lo mismo son hasta pocos. A pesar de ya no trabajar en el equipo blanco, no ha tenido inconveniente en tener una charla larga y tendida sobre sus jugadores y de paso contarnos unas cuantas anécdotas.

Cuenta que empezó a nivel de cantera en el Mercantil, siendo el máximo responsable de coordinación, y que desde allí dio en 1.992 el salto al Espanyol fichado por José Manuel Casanova entrenando al Espanyol y siendo campeón de la Nike Premier Cup en 1.995. Defendía a muerte el escudo, pero tenía allí un mote: ‘Camacho 2’. El mote venía porque a pesar de su profesionalidad, estaba claro hacia donde tiraba su corazón.

Primeramente, hay que decidir que Manolo es el descubridor de tres jugadores que actualmente se encuentran en el primer equipo: Kiko Casilla, Mariano Díaz y Rubén Yáñez. Tres jugadores que cuentan con su apoyo y están viviendo una etapa maravillosa que muy pocos jugadores podrán vivir. Como dice, se alegra enormemente de que esos jugadores por los que apostó en su momento puedan lograr vivir del fútbol. Al primero le define como un madridista increible, del segundo se queda con las conversaciones que mantiene con él a menudo, mientras que del tercero dice que además de ser un diez como jugador, es una persona extraordinaria.

Pero el primer equipo no es el único equipo en el que hay jugadores con su sello. El Castilla ahora mismo cuenta con dos de ellos, pero con Juan Ramón López Caro llegó a disponer de unos cinco jugadores de su cosecha. Algunos de ellos sobradamente conocidos por todos como Jordi Codina o Roberto Trashorras. Dentro del Club, algunos apodaban a ese equipo como el Castilla de Romero.

Pero los que acostumbren a seguir las líneas que escribo, saben que hay un jugador dentro de la cantera madridista por el que tengo especial predilección, y que también fue descubierto por él: Aleix Febas. Un jugador que fichó en la residencia de ancianos de Almacellas (Lleida) tras comer con sus padres. Manolo se presentó ante ellos con un ordenador repleto de informes, así como vídeos y fotografías de las instalaciones de Valdebebas. Todo ello respondía a que seguía la pista del jugador desde que le viera por primera vez siendo alevín en un partido en el que fuera derrotado contra el Lleida. No fue únicamente su calidad lo que llamó la atención de Manolo en ese primer encuentro, lo que más le llamó la atención fue la raza que mostró al terminar el encuentro. El ilerdense acabó sobre el césped del campo dando puñetazos de rabia. Un carácter magnífico que sigue manteniendo. Era muy pronto para traerle, pero apuntó su nombre y comenzó a seguirle.

Luis Palmero y Michel avalaron su fichaje,  y Aleix viajó junto a sus padres a Madrid a conocer y probar las instalaciones. Todos dieron el sí y así llegó el ilerdense al Madrid, en una gran operación de Manolo Romero que se adelantó al Barcelona y al Espanyol logrando un fichaje que de momento está siendo un éxito, y del que todo el mundo espera grandes cosas.

Aleix Febas es un torneo en Tudela: llevaba un mes en el Real Madrid (Infantil A) y fue elegido mejor jugador del torneo

El otro jugador del Castilla que trajo a Valdebebas es Marío Rodríguez del que reconoce su calidad y piensa que debe seguir el año próximo en el Castilla. Un jugador por el que han apostado dentro de la cantera Víctor Fernández y Luis Miguel Ramis, pero que este año por fortuna no ha jugado lo esperado. No tiene que bajar los brazos.

También hay otros jugadores suyos en los cantera merengue como Guillermo Torres, Pablo Elisio o Toni Fuidias, al que lamenta no haber podido ver este año, pero del que hay muy buenos informes y que se encuentra avalado por el mismo Llopis. Porque el trabajo de ojeador no termina en descubrir a los jugadores con potencial, a él le gusta mucho seguirlos, interesarse por ellos, y especialmente llamarles por teléfono cuando las cosas van mal dadas. Un apoyo que suele ser de agradecer por lo duro que resulta dejar tu casa y venir a Valdebebas.

Una de las últimas anécdotas que comparte es que se interesó en su momento por Marco Asensio e incluso obtuvo su teléfono. Años después, cuenta con gracia, que el jugador balear mantiene el mismo número de teléfono, algo nada habitual y más en un futbolista que ha llegado tan alto.

Nos cuenta además que a pesar de ser un afortunado, no es oro todo lo que reluce, y que el oficio de ojeador es muy sacrificado. Sin embargo, ha disfrutado muchísimo trabajando en el Real Madrid. Está claro es que el trabajo de Manolo durante toda su carrera fue sobresaliente. Por ello sueña con la posibilidad de volver al trabajar. Lo que sí nos ha confesado es que su pasión por el fútbol no la ha abandonado y que sigue siendo un habitual en los campos de fútbol de Cataluña.

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De profesión abogado, sin nada que ver con el periodismo deportivo más allá del ejemplo y las enseñanzas de mi abuelo. Sin embargo, mi devoción por el fútbol base, y mi pasión por el Real Madrid me han traído hasta aquí para informar sobre La Fábrica y ayudar a conocer a los jugadores que la componen, uno de los mayores activos de este gran equipo. Esta será mi quinta temporada colaborando con este medio y espero seguir mostrando la misma ilusión que en las anteriores. Y en la medida de lo posible, seguir colaborando con Real Madrid TV siempre que así se me solicite. Como es lógico, no me responsabilizo de aquello que no escribo. Colaboro con este medio pero no pertenezco ni dirijo el mismo.