Es en Miami, en Ultramar. En la Florida. Y allí, en el Hard Rock Stadium de la capital latina de los Estados Unidos, Real Madrid y Barcelona cruzan por primera vez sus sables esta temporada. En un amistoso, o eso es lo que debería ser la pretemporada, pero que no lo es. Porque los dos gigantes del fútbol español dirimen algo más que un partido: está en juego el prestigio, el engagement y toneladas de dinero.
Se titula esta entrada «amistoso de mentira» y es porque es así. Es mentira porque al Real Madrid le faltará, seguro, su jugador más importante, Cristiano Ronaldo, y quién sabe si también su capitán, Sergio Ramos, aunque parece que llegará. Al Barcelona, en cambio, parece que le sobrará Neymar, porque la rumorología dice que tras el partido anunciará su marcha al PSG y que se ve obligado a jugar este partido, este Clásico, por Nike, uno de los patrocinadores del torneo, asi lo exige: ante la falta de CR7, el brasileño es su otro gran icono mediático.
Lo del campo, pese a todo, no es algo que vaya a pasar inadvertido, al menos para esta web. Lo que allí suceda será lo que les contaremos a partir de que arranque el partido. Lo otro, los despachos, los papeles, los impuestos y los millennials, también. Pero menos. Es un Clásico y aunque el Madrid tiene menos rodaje y le falta su gran estrella, tiene que morder. Más aún después de que no conozca la victoria en dos partidos. Miami tiene que ser un punto de inflexión, para lo bueno o para lo malo, porque de amistoso, nada d enada, es un amistoso de mentira. A por ello.