Descendiente de una saga de jugadores de baloncesto, Eero Markkanen llegó al Real Madrid Castilla en la temporada 2014-15 procedente del AIK Solna sueco a cambio de 2,3 millones de euros, precio desorbitado para un futbolista que contaba por entonces con 23 primaveras. El fichaje se fraguó por petición expresa de Zidane, pero el rendimiento del delantero finlandés de 1,90 metros fue nefasto. Llegado con sobrepeso, estuvo media temporada apartado del equipo mientras cogía forma tras haber disputado dos encuentros. Su mejor actuación con la elástica blanca llegaría en casa ante el Toledo.
Pero dos goles y tan sólo diez encuentros disputados en una temporada es un precio demasiado alto para un filial, y el Real Madrid vendió al delantero finlandés en septiembre de 2015 argumentando que Ëero volvió del verano nuevamente con sobrepeso. De esta manera, el ariete puso fin a su penoso periplo por la Casa Blanca envuelto en la polémica incluso en las redes sociales, donde llegó a ironizar con su estado de forma.
Tres años después, el apellido Markkanen vuelve a resonar en el panorama deportivo mundial, pues el menor de los vástagos, Lauri, ha llamado poderosísimamente la atención en el Eurobasket tras acumular buenas actuaciones con su selección. Con sus 2,13 de altura, el pívot enrolado en las filas de los Chicago Bulls, comenzará su andadura en la NBA este curso, tras ser elegido número 7 del pasado draft y ser traspasado por Minnesota a cambio de la estrella, Jimmy Butler. Tal vez Zidane se equivocó de Markkanen y de deporte, y el bueno de verdad era este Lauri…