Tras el mal inicio de temporada del Castilla, con una victoria, un empate y dos derrotas en su haber, el conjunto de Solari recibía al Talavera. El técnico argentino parece que no acaba de dar con la tecla en el centro del campo y un día más probó una nueva fórmula que se quedó sin reacción. Con un doble pivote constituido por Óscar y Arturo, de fisonomía y fútbol ofensivo, se comportaban de forma antinatural, luchando contra su instinto futbolístico, ese que no encuentra el filial merengue y que espera encontrar con el paso de las jornadas.
El choque comenzó mal para el cuadro de Solari, regalando una clara ocasión de gol a Jesús Jiménez tras un error en cadena; sin embargo, el delantero no aprovechó el regalo y cruzó demasiado el disparo ante la salida de Luca. El Talavera mandó en el encuentro durante el primer cuarto de hora, anulando la capacidad creativa merengue. Pero los Cachorros son peleones y supieron sobreponerse para alcanzar la meta de Machuca. Mención especial merece la actitud de gladiador demostrada por Mancebo, generando ocasiones y robando balones al borde del área rival. Suya sería la ocasión más clara para los blancos, con un disparo cruzado que obligó a Machuca a estirarse para evitar el primero. Dani Gómez cerraría el primer acto errando en el remate tras centro raso de Cristo desde la izquierda.
La segunda parte arrancó con los mismos protagonistas a pesar de que el experimento no funcionaba. De hecho, Solari se mantuvo fiel a su estilo de no realizar cambios hasta el minuto 70. Demasiado tarde para un equipo que debe buscar la victoria desde el minuto uno. El Talavera gozó de numerosas ocasiones, incluso con dos goles anulados, uno de ellos legal. Tan sólo Óscar y Cristo dieron la talla en el segundo tiempo, con Dani Gómez voluntarioso pero fallón en la definición, con un mano a mano con el meta visitante.
Campuzano revoluciona el encuentro
El delantero castillista revolucionaría el choque con su entrada, anotando el primer gol a cinco minutos del final, y rentabilizando los escasos minutos de los que dispuso con otro remate al palo tras driblar a dos rivales. Sin embargo, el gran protagonista del encuentro sería Óscar, quien lució a pesar de que el encaje de bolillos que debe hacer Solari para poder alinear al centro del campo con mayor proyección le obliga a retrasar su posición cada vez más. El mediapunta demostró que lleva el peligro en sus botas cuando se acerca al área rival y tras un sutil toque de tacón para superar a su par, puso un envío en largo para Cristo; la fortuna puso el esférico en las botas de Quezada para que este asistiese a Campuzano en el segundo palo. Un jarro de agua fría para el Talavera, que arriesgó en ataque en busca de los tres puntos y se caló hasta los huesos. Quezada, con un disparo desde fuera del área con el tiempo cumplido, maquilló el partido con un resultado favorable pero con escasa brillantez. Primera victoria de la temporada en casa que da aliento y confianza a la joven plantilla merengue.
La verdad es que Solari esta desaprovechando el talento de muchos juveniles que habían brillado con Guti la pasada campaña