20:45, Anoeta. El Día B. Con B de Bale, claro. Un Real Madrid trufado de bajas, con la mayoría de sus grandes estrellas ofensivas en el dique seco por diversas razones, se presenta (20:45, Movistar Partidazo) en Anoeta, casa del colíder, la Real Sociedad, antes de comenzar la jornada, con la necesidad imperiosa de ganar. Sí, ganar para que la Liga 2016-2017 no sea la carrera de Forrest Gump, las piernas llenas de herrajes, los matones en bici lanzando piedras. Que estar así hasta mayo, dentro de nueve meses, puede ser un infierno.
Para evitar caer en ese infierno, el Madrid tiene que encomendarse a Bale. Por mucho que Zidane, siempre apagando fuegos y ejerciendo de maestro de títeres, tratase ayer a toda costa de desviar la atención. Bale costó lo que costó, que no es culpa suya pero costó eso; cobra lo que cobra, que eso ya sí es algo achacable directamente a él o en su defecto a su representante, un señor que no actúa por sí mismo, sino que obecede órdenes de sus representados; y su estatus de estrella mundial es lo que le mantiene en el candelero. Así que hoy, en un Real Madrid sin Marcelo, sin Cristiano, sin Kroos y sin Benzema, los dos primeros sancionados y los dos siguientes sancionados, a Bale, le guste o no, le tocará dar un paso al frente.
Un paso al frente necesario y, por supuesto, exigible. Y que el madridismo en pleno ansía, porque cada vez que se asoma al abismo de contemplar un Real Madrid sin la presencia de Cristiano le tiemblan hasta las canillas. Si Bale tomara las riendas, el temblor desaparecería, pero el especial carácter del chico lo ha impedido hasta el momento. A ver si es hoy el día en que afición y Expreso de Cardiff se encuentran.
A ver si es hoy porque, como a Bale hay que sobreprotegerle, resulta que la Liga la tienen que tratar de mantener viva en Anoeta los chicos: Lucas Vázquez, Asensio, Isco. Que se postulan como titulares los tres. Con Casemiro apagando los fuegos del buen fútbol que viene desarrollando la Real y con Modric tratando de encontrar el puntito de forma que le haga parecerse a Modric, y no al que ha venido jugando hasta el momento. Y eso, que sean tres chicos sobre los que haya que poner el foco porque quien debería asumir esos galones está escondido, es una injusticia. No hay mejor futbolista que todos juntos, decía Di Stéfano, pero para que todos puedan estar juntos ninguno tiene que estar escondido.
