La Fábrica es así, siempre sale al rescate cuando más se la necesita. En pleno debate acerca de la necesidad del primer equipo del Real Madrid en contratar a un nueve para paliar las eventuales ausencias de Karim Benzema, con el club blanco en medio del habitual fuego cruzado que acusa a la dirección de fútbol de hacer todo mal y de no haber sido capaz de encontrar un delantero suplente en el mercado, los cuatro delanteros canteranos de los tres equipos más importantes del club han llamado a la puerta como lo hacen los arietes: a base de goles. Todos ellos (Mayoral, Dani Gómez, Víctor Campuzano y Pedro Ruiz) han mojado esta semana. Si Zidane necesita pólvora, en Valdebebas está la Santabárbara.
No es algo nuevo. Mayoral y Mariano ejercían de apagafuegos de guardia el curso pasado. Dos canteranos, dos cachorros goleadores criados en La Fábrica. Pero ésta sigue produciendo delanteros a un ritmo que ninguna otra cantera del mundo es capaz de igualar. Porque llegan otros arreando para tomar el testigo.
El primero, claro, es Borja Mayoral, gol y medio en Anoeta, sacudiéndose de un plumazo el sambenito de que estaba verde para jugar en el Madrid. Pim, pam, dudas despejadas: cuando te dejas el alma por tu sueño es más fácil que se haga realidad. Pero el parleño no ha sido el único. En el Castilla, Dani Gómez Alcón, el Tiburón de Alcorcón, marcó tres goles entre semana jugando 45 minutos para el Juvenil A, ante el APOEL en la UEFA Youth League. No lo hizo en el partido de Liga del Castilla ante el Talavera, pero ante los castellanomanchegos apareció Víctor Campuzano para revolucionar el duelo cuando peor pintaba para los de Solari y anotar el 1-0 cuando el encuentro expiraba.
Queda Pedro Ruiz, el espigadísimo (1,97) delantero centro titular del Juvenil A de Guti que tantas cosas tiene que recuerdan a Van Nistelrooy. El sevillano, muy castigado por las lesiones en el pasado, se merendó la semana pasada con seis goles, dos hat-tricks: uno ante el APOEL en sólo 45 minutos y otro frente al CD Diocesanos este domingo. Dicen que a Pedro, sólo 17 años, le cuesta definir. Lo mismo que decían de Morata, de Mariano, de Mayoral, de Dani Gómez y de Campuzano. Pero hay un hecho incuestionable: La Fábrica produce gol y siempre está cuando se la necesita.
