Zárraga, del debut ante el Alavés al homenaje del Manchester United

El capitán durante la Cuarta y la Quinta Copa de Europa debutó como madridista ante el Alavés marcando un gol. Tras su retirada, fue gerente del equipo vasco: allí fichó a Valdano

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Zárraga, portando la IV Copa de Europa ganada en Stuttgart
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El Real Madrid visita Mendizorroza, un campo en el cual ha jugado unicamente en doce ocasiones en partidos ligueros con un balance de 9 victorias, 2 empates y 1 derrota. Aunque visitó Vitoria por primera vez en la década de los años 20 no fue hasta 1931 cuando lo hizo de manera oficial en Liga con motivo de la 14ª jornada del Campeonato. Tanto ayer como hoy las visitas blancas eran objeto de gran repercusión y el estadio de Mendizorroza presento un lleno espectacular. El Madrid presentó aquella tarde a Zamora, Escobal, Quesada, Bonet, Esparza, Peña, Eugenio, Leoncito, Morera, Cosme y Urretavizcaya, sobre un campo embarrado debido a las lluvias caídas, mientras que el Alavés presentó una alineación con nombres que a muchos madridistas les sonarán: Beristain, Ciriaco, Quincoces, Fede, Antero, Urquiri, Arsenio, Jauregui, Olivares, Albéniz y Lecue.

Ciriaco y Quincoces, durante su etapa alavesista

Sin duda alguna los mas conocidos son Ciriaco y Quincoces, la excelente y compenetrada pareja de centrales que ficho por el Madrid a la temporada siguiente y fue pieza indiscutible de los éxitos madridistas en la década de los 30. También sobresale en la media Simón Lecue, quien tras un paso por el Betis ficharía por el Real Madrid en 1935 y sería uno de los pocos jugadores que permanecería en el club tras la Guerra Civil, jugando hasta 1942. En la defensa, y mas oculto para los neófitos, aparece Baltasar Albéniz, quien entrenaría al Real Madrid en varias etapas entre 1946 y 1951, y que seria el autor de los dos goles que derrotarían en este partido al Real Madrid.

De Quincoces y Albéniz ya hablamos el día del Valencia y de Lecue y Ciriaco lo haremos en otros reportajes, por lo que hoy nos centraremos en otro jugador madridista, que aunque por motivos de edad no jugó este partido, también tuvo gran transcendencia en el Alavés. Aprovechando su paso por ambos equipos recordaremos sendos partidos homenaje que le tributaron tanto en el Santiago Bernabeu como en Mendizorroza. ¿Y de quién hablamos? De Zárraga.

Jose Maria Zárraga nació en Las Arenas en agosto de 1930, donde comenzó a jugar para con 18 años dar el salto a un equipo histórico, uno de los fundadores del primer campeonato de Liga, y que por aquel entonces se encontraba en Tercera División, el Arenas de Guecho. Al poco tiempo, los estudios que cursaba le obligaron a trasladarse a Madrid por lo cual probó y fichó por el Real Madrid aunque para jugar en el filial, por aquel entonces el Plus Ultra. Su juego no pasó inadvertido y poco a poco fue participando con el primer equipo en los habituales partidos amistosos que se disputaban entre semana en el estadio de Chamartín. En octubre de 1949 juega unos minutos ante el España de Tánger luciendo por fin la camiseta blanca. Esa misma temporada sería mas veces requerido, con titularidades y goles incluidos, e incluso participa en un amistoso ante el Hungaria de Kubala, fundado por él y que reunía a exiliados hungaros, al que gano el Real Madrid por 4-2 con un poker del madridista Pahiño.

En las escalerillas del avión, Zárraga muestra la IV Copa de Europa, conseguida en Stuttgart

Para la temporada 1951-52 pasa a formar parte del primer equipo, con el que juega el partido de presentación del Real Madrid ante su afición, que se produce casualmente ante el Alavés. Con la excusa del partido amistoso ambos entrenadores hicieron jugar a casi la totalidad de los jugadores presentes. Si el Alavés hizo jugar a los 16 desplazados, incluso los 3 porteros, el Real Madrid fue rotando hasta que pasaron por el césped 24 jugadores de la plantilla. Entre ellos el propio Zárraga, que incluso marcó uno de los goles de un encuentro que finalizo con victoria blanca por 7-2. Sus cualidades le abrieron poco a poco la titularidad blanca, que le llego con el debut oficial en octubre ante el Valencia en Chamartín, para acabar jugando cerca de 30 partidos oficiales en la temporada. Desde ese momento se hizo un puesto fijo en el equipo y en la etapa dorada del Real Madrid de los años 50 triunfador en España y en Europa, y donde seria uno de los jugadores mas laureados del club y mas queridos por la afición. Su palmarés es digno de recordar: 6 Ligas, 1 Copa del Generalísimo, 5 Copas de Europa, 2 Copas Latinas y 1 Copa Intercontinental. Su declive, y es que los años no perdonaban, empezó en la temporada 1960-61 donde comenzó a jugar menos partidos, en parte por el empuje de los nuevos fichajes y generaciones y en parte por las lesiones, decidiendo retirarse en el verano de 1962. Se marchaba siendo el capitán del equipo y el jugador que levanto, entre otros trofeos, las dos ultimas Copas de Europa y la Intercontinental.

La marcha de un histórico no podía ser de otra manera más que con la celebración de un partido homenaje, previa propuesta de Bernabéu a la Asamblea de Compromisarios y aprobación de estos, que se jugo el 19 de septiembre de 1962. El rival elegido fue el Manchester United, viejo rival de los blancos y fraternal amigo en esos años, que aun andaba en fase de recuperación tras el desastre aéreo de Múnich. Aunque como bien decía Matt Busby al llegar a Madrid: «Aún no es el Manchester de antes del accidente, pero estamos edificando un equipo muy solido». Prueba de las buenas relaciones entre ambos equipos y la simpatía entre aficiones fue la suscripción realizada entre los aficionados en Manchester para entregar una regalo a Zárraga por su despedida. Con lo recaudado se le entrego al bravo jugador vasco un precioso barómetro con una placa de oro con la inscripción: «A tribute to a great sportsman, Jose Zárraga, from Manchester United Supporters Club. 19 september 1962»

A las 19:15 de la tarde comenzó el homenaje, el cual de aperitivo tuvo un partido entre el primer club de Zárraga, el Arenas de Guecho, y el Rayo Vallecano, que quiso de esta forma estar presente en la retirada del vasco. Fue un partido entretenido con buen fútbol y goles, 2-5 venció el Rayo, y que por falta de tiempo para el partido estelar tuvo que acortarse 10 minutos el segundo tiempo, para que Real Madrid y Manchester United jugaran el partido principal.

Zárraga, entre los rojiblancos Mendonça y Rivilla

Ante cerca de 60.000 espectadores saltaron al césped, formando el Real Madrid con Vicente, Rivilla (Isidro 45′), Santamaría, Miera (Casado 20′), Muller, Zárraga (Zoco 10′), Amancio (Félix Ruiz 45′), Evaristo (Felo 59′), Di Stéfano, Mendoza (Yanko 45′) y Gento; mientras que Busby lo hizo con Gaskell, Brennan, Foulkes, Dunne, Stiles, Lawton, Giles, Law, Herd, Pearson y Moir. Prueba del gran afecto que se le tenia a Zárraga es que con la camiseta blanca jugaron aquel día dos jugadores del eterno rival, el Atlético: Feliciano Rivilla y Jorge Mendonça, que pudieron haber sido tres si Enrique Collar no se hubiera lesionado en el partido liguero del domingo anterior. Zárraga, que jugó apenas 10 minutos, fue despedido por un larga ovación por el publico de Chamartín. Un publico que sin embargo no se tomo el partido como amistoso y al que no le gusto nada que el Real Madrid perdiera aquella noche por 0-2 ante los ingleses, lo que motivo que despidiera al equipo con una buena pita y con aplausos al Manchester.

Tras el partido se celebro la habitual cena homenaje, con asistencia entre otros de jugadores, directivos, el presidente de la RFEF, el presidente de la Federación Castellana, directivos del Atlético de Madrid… Se dieron discursos para glosar la figura tanto humana como deportiva del homenajeado. Éste tuvo al final de la velada un noble gesto con el Manchester United: les hizo entrega del balón, que él guardaba, con el cual ambos equipos se enfrentaron en la eliminatoria de Copa de Europa de 1957, y que contenía las firmas de algunos de los jugadores ingleses que perecieron en el trágico accidente de Múnich. Con gestos como este no es de extrañar la frase que dijo Santiago Bernabéu durante tras la cena: «Quisiéramos estampar la ejecutoria de Zárraga como verdaderamente ejemplar para todos los jugadores que vinieran a nuestro club».

Zárraga, durante su etapa como gerente del Alavés

Tras abandonar los terrenos de juego, Zárraga siguió en la disciplina madridista siendo adjunto a la gerencia al mismo tiempo que se sacaba el carnet de entrenador para posteriormente entrenar al Málaga y el Murcia. Sin embargo donde mas destaco y mas disfruto fue en su labor posterior de gerente. Tras estar 6 años en el Málaga y pasar una corta estancia en el Valencia, llego al Alavés en Junio de 1975. Allí permanecería hasta 1982, en la mayor racha del equipo vitoriano en Segunda hasta ese momento, y donde seria recordado por fichar para el conjunto vitoriano a un joven argentino de 19 años llamado Jorge Valdano y a un madrileño que recalo en Vitoria por el servicio militar y que luego sería un histórico jugador zaragocista, Juan Señor. Tras esta etapa se alejo del mundo deportivo para volver a ser noticia en 1993 cuando sufrió un derrame cerebral que le dejo postrado en silla de ruedas con paraplejia.

Entrada del partido homenaje a Zárraga en 1995

En abril de 1995, durante el tramo final de la Liga, el Alavés y el Real Madrid disputaron en Mendizorroza un partido amistoso en homenaje a Zárraga que congrego a mas de 15.000 personas. En los prolegómenos, Alfredo di Stéfano entregó una placa conmemorativa al hijo de Zárraga. El entrenador madridista, casualmente Jorge Valdano, no dudó en llevar un buen equipo, a pesar de los lesionados, para honrar al jugador vasco: Contreras, Rojas (Chendo), Nando, Sanchís (García Calvo), Marcos (Rivera), Torres, Fernando Redondo, Luis Milla, Martín Vázquez (Álvaro), Meca (Zamorano) y Víctor (Morán). El Real Madrid fue recibido con una gran ovación y quiso devolver el afectado mostrado por la parroquia local disputando un buen partido que finalizo 1-1. Finalmente el 3 de abril de 2012 a la edad de 81 años fallecía en Madrid.