La contracrónica: Europa Club de Fútbol

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El gol de Bale tuvo lugar en la ocasión menos ocasión del Real Madrid. Fue un golazo
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El 6 de marzo de 1902, cuando se creó la felicidad, la llamaron Real Madrid y no Europa Club de Fútbol porque ese día se levantaron excesivamente humildes. A este equipo, cuando le ponen el himno de la Champions, roza la invencibilidad. Me recuerda -como dijo Goyo Jiménez en un monólogo- a ese grupo de chicas que están en el centro de la pista de la discoteca y cuando suena su canción favorita, se miran entre ellas, gritan «¡Temazo tía!» y bailan como si no hubiera un mañana, dejando embobado a todo el personal.

Si el otro día contra el Betis fue «mal, todo mal», hoy ha sido «bien, todo bien». Carvajal parece que despierta y comienza a rugir como siempre, Varane sigue empeñado en demostrar que pocos centrales tienen derecho a intentar escalar la suela de su zapato, ‘Macho’ Fernández insiste en ser el comodín que te permite ganar cualquier partida y Ramos continúa con su labor social: matar tontos. Concretamente a los que dicen que no sabe defender y que únicamente se dedica a marcar goles en los últimos minutos para dar títulos a su equipo, ¡como quien baja a por pan, oiga!

De todos modos, hoy también toca piropear a los de arriba. Al final se pensarán que queremos ser más que amigos, pero hay que dar rienda suelta a la pasión cuando Bale y Cristiano saltan al campo decididos a cuajar una actuación tan brillante como la de esta noche. Cuando están tan lucidos hacen del fútbol un deporte sumamente sencillo. Hasta el punto que, sentado en el salón de tu casa, corres el riesgo de pensar eso tan ridículo de «¡Hasta yo marcaba hoy con tantos espacios atrás!».

Eso sí, al final lo verdaderamente importante es lo que tienes entre rodaja y rodaja del pan de molde, es decir, el embutido. Lo que da sabor a tu vida. Lo que da sabor a tu fútbol. Y ahí, queridos, somos los mejores del planeta. El centro del campo del Real Madrid es inmejorable, es Harry Potter. Una escoba para barrer y también para volar: Casemiro. Una varita que te permite hacer cosas impensables para el común de los mortales: Modric. Y unas gafas con las que puedes ver e interpretar la realidad mejor que nadie: Kroos.

Esto no para, así que hay ganas de volver a nuestro Colegio Hogwarts, el Santiago Bernabéu, y hacer de una maldita vez magia en Liga. Será el próximo domingo, 1 de octubre. Un día en el que espero que a nuestros jugadores no les toque hacer la «papeleta» ante un estadio que, como siempre, volverá a ser una «urna» a presión. De lo contrario, quizás nos toque irnos de España. ¡Uy! Esto parece que me suena…

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Mientras intentas descubrir algo más sobre mí en estas líneas yo me ando paseando por algún lugar de Barcelona con el escudo del Real Madrid en el pecho. Desconozco si soy un valiente o un imbécil, pero me excita. Son tantos los que me miran mal como los que empatizan conmigo. Así que si algún día desaparezco que sepáis que o me han matado a palos o a besos. Y si eso ocurre… ¡Que nos quiten lo escrito y leído por aquí! Eso sí, ¿hablaréis bien de mí, no? ¡Más os vale!