«Cuando un entrenador firma un contrato, ya sabe que tiene fecha de caducidad. Pero queda mucho por delante». La malísima racha de juego y resultados que viene padeciendo el Castilla durante esta temporada no va a suponer, de momento, la salida de Santiago Solari del banquillo del primer filial madridista. El Castilla, ocho puntos en otros tantos partidos con ocho goles a favor y diez en contra, está en décimo cuarta posición en el Grupo I de Segunda B, sólo dos puntos por encima de las posiciones de descenso a Tercera.
Una posición que no es, ni de lejos, la suya. Menos aún después de la inversión realizada este verano, con las contrataciones de Cristo y Mancebo y la cesión de Arturo. Todos ellos venían a reforzar al grueso del tripletista (ganó Liga, Copa del Rey y Copa de Campeones, además de ser semifinalita de la UEFA Youth League) Juvenil A del curso pasado, aderezado con algunos regresos de cesión de lujo (como Reguilón y Jaume Grau) y lo mejor del Castilla del curso pasado.
Pero el proyecto no acaba de arrancar. El Castilla apenas marca goles, encaja con demasiada facilidad, tiene una moral extraordinariamente frágil que hace que el equipo se desplome a la primera adversidad y como no aparece el juego, tampoco lo hacen los resultados. Pese a todo, Santi Solari continuará al menos hasta el sábado a las 23:00 en su cargo. A esa hora, el Castilla habrá jugado contra la Gimnástica Segoviana de un viejo conocido de La Fábrica, Abraham García. Si el filial no ha cosechado los tres puntos ante un rival directo en la zona baja, tal vez la fecha de caducidad aparezca mucho más próxima.