Cuando vuelves del parón de selecciones -como cuando te despiertas de la siesta- tu único objetivo es pasar una buena tarde, pero moviéndote poco o nada. Esforzarse no, que cansa. Pero claro, en el fútbol las siestas pueden salirte muy caras. Por suerte, esa posibilidad hoy en Getafe no se ha dado. La flor.
Jugar a las 16:15h de la tarde es un castigo, pero un castigo para todos. Para el que juega, para el que lo ve e incluso para el que ni le gusta ni lo quiere ver, pero no le queda otro remedio que hacerlo por vivir en una casa en la que se respira más fútbol que ambientador de pino. Es la hora de la película mala en el canal aún más malo. Es la hora del carajillo. Es la hora del primer gol de Cristiano en Liga.
El partido ha comenzado muy bien para todos los madridistas que no tenemos en nuestra lista de enemigos el nombre de Benzema. El moro -así lo llaman «cariñosamente»- ha marcado un fantástico gol tras estar cinco semanas sin competir. Además, era el que servía para abrir una lata que hoy no estaba cerrada, sino precintada. A todos les daba mucha pereza subir el balón hacia las zonas de ataque donde se crea peligro, menos a Karim.
El francés suma ya 182 goles, los mismos que Gento, y su nombre se podrá leer a partir de esta noche en los libros de historia del Real Madrid junto a los de Cristiano, Raúl, Di Stéfano, Santillana, Puskás y Hugó Sánchez, algo insignificante para todos esos aficionados que han encontrado en él la diana perfecta para entretenerse el fin de semana. Eso sí, tienen muy mala puntería, así que de momento podemos estar tranquilos.
Se acabaron las tardes libres sin Real Madrid, así que hay que erradicar esas malditas siestas que luego nos hacen o bien llegar tarde o bien tener que resolver a última hora. Que aunque dé morbo y enfade más a toda esa gente que está esperando que nos dejemos puntos, nuestro corazón siempre agradece un respiro. Dos días para que vuelva la Champions, dos días para volver a ser psicotrópicamente felices.