1968: el año en que casi jugamos en Wembley

0
Denis Law y Paco Gento durante el sorteo de campos en Old Trafford
-publicidad-

Tras haber jugado más de 500 partidos oficiales en competiciones europeas y multitud de amistosos por el Viejo Continente, apenas hay estadios históricos que no hayan sido visitados por el Real Madrid. Sin embargo, hoy, a finales de 2017 el Real Madrid jugará por primera vez en el césped de un recinto mítico, aunque en este caso más por el nombre que por su antigüedad. Hablamos del estadio londinense de Wembley.

Inaugurado hace apenas diez años, el nuevo Wembley fue construido sobre los terrenos del viejo estadio del mismo nombre, que databa de 1923, y que hacia de ‘casa’ de la Selección Inglesa de Fútbol así como el recinto donde se jugaban las finales de la FA Cup inglesa, entre otros partidos. Al no ser un recinto dedicado a un equipo de fútbol concreto es comprensible que el Real Madrid nunca jugara allí. Sin embargo a finales de la década de los 60 el conjunto blanco estuvo a punto de hacerlo; es más, durante alrededor de media hora estuvo clasificado para hacerlo, y de no ser por un grandullón ingles del Condado de Merseyside lo hubiera hecho. Vamos a recordarlo.

Grosso observa cómo el balón supera al meta alemán en el gol del empate

Tras el canto del cisne europeo del equipo Ye-yé en Bruselas, el Real Madrid defendió titulo la temporada 1966-67. En la primera eliminatoria viajo a Alemania donde se enfrento al Múnich 1860 cayendo en el Grünwalder Stadion por 1-0 en un partido que el Madrid no dio nunca por perdido y sólo la mala suerte dejo su casillero a cero. Tal la fue la lucha blanca que Bernabéu se expresaba así al final del partido: «(…) Estoy orgulloso de los míos. Han jugado un gran partido, de corazón, de garra. Así es como se defienden los colores de un club». Sin embargo el Madrid europeo no estaba centrado y en la vuelta el partido se puso cuesta arriba a los 12 minutos, cuando en una rápida jugada el Munich se zafó de la presión, y Brunnenmeier de volea sorprendió a un adelantado Betancourt. El Madrid tiró de oficio y asedió la portería alemana hasta que poco a poco Grosso, Veloso y en la segunda parte Pirri, dieron la vuelta al partido y a la eliminatoria con un 3-1 final.

El sorteo para cuartos deparó una final anticipada: el enfrentamiento ante el Inter de Milán. Estos ya habían sido eliminados el año anterior, en el camino hacia la Sexta, por los madridistas. En una fría noche del invierno milanes, Miguel Muñoz planteó un partido con marcaje a las estrellas interistas (Suarez, Mazzola, Jair) que produjo buen resultado pese al solitario gol de Capellini, precedido del saque de una falta inexistente realizada por Calpe. El Inter, con este 1-0, se limitó a conservar el resultado y poco a poco el Madrid se conformó a expensas de remontar el partido en el Bernabéu.

Araquistain atrapa el balón ante el acoso interista

La vuelta en Chamartín se puede resumir en un tópico habitual, aunque no desmerecido en esta ocasión, para las derrotas: mala suerte. Los milaneses ya no era el Gran Inter bicampeón de Europa, pero seguían siendo un equipo con oficio que supo aprovechar sus oportunidades y beneficiarse de la buena suerte. Cercano a la mitad de la primera parte, en un corner a favor del Inter, Araquistain pierde un balón y antes de que pueda volver a cogerlo con la ayuda de Zoco, Cappellini mete el pie y lo manda a la red. Para colmo, en la primer parte se lesiona Gento (recordemos que no había cambios por aquel entonces) y al comienzo de la segunda parte pase tras una internada de Luis Suárez en el área madridista golpea en la pierna de Zoco, que cambia la trayectoria hacia la puerta de un Araquistain que no puede evitar que acabe en el fondo de las mallas. El Madrid tuvo ocasiones de peligro, incluidos dos palos, pero no fue su noche. El Inter vencía finalmente 0-2 en Chamartín y cortaba el primer sueño de la Séptima. Para completar la noche, un par de excentricidades sobre la hierba del Bernabéu: alguien coló una gallina al estadio y la lanzó al césped, mientras que otro se tiró con un capote para dar unos pases hasta que fue retirado por empleados del club.

1968: la soñada final en Londres

Como antaño solo había un camino para llegar a la Copa de Europa, el Real Madrid volvió a ganar la Liga en 1967, por lo que en septiembre comenzaba otra andadura europea, la XIII en Copa de Europa, con un objetivo claro: la final de Wembley. El primer rival no fue sencillo, se esperaba al ser la primera eliminatoria un rival débil y sin embargo el azar deparo al Ajax de Hulshoff, Nanninga, Keizer y un joven flacucho llamado Johan Cruyff.

En el Olímpico de Amsterdam el Madrid salió con un conjunto defensivo formado por Junquera, Calpe, De Felipe, Sanchis, Zunzunegui, Zoco, Amancio, Pirri, Grosso, Velázquez y Bueno, que logró aguantar el empuje inicial del Ajax de los primeros veinte minutos en los cuales los holandeses lograron marcar tras un disparo de Cruyff que Junquera no pudo atrapar, en parte por el césped mojado y en parte por un bote final. Sin embargo, a partir de ese momento el Madrid empezó a cogerle el pulso al partido y fue relajando la presión local. Fruto de eso, en una jugada del ataque blanco, Pirri dispara al borde del área a media altura consiguiendo el empate a la media hora. Durante la segunda parte el Madrid se fue imponiendo sobre el césped para acabar dominando la situación, aunque el marcador no varió. El Madrid cual boxeador, tuvo mas fondo para no perder el combate.

Histórica imagen de Zarco, fotógrafo de Marca, con la voltereta de Pirri tras el gol de Gento

La vuelta en Chamartin deparo una rareza, el Madrid jugando de azul completo en casa. En aquellos años la UEFA obligaba, en caso de igualdad de colores, a cambiar de camiseta al conjunto local. En la ida el Madrid había jugado de blanco. Muñoz tenia problemas para la vuelta: las bajas de De Felipe y Velázquez obligaron a modificar el esquema poniendo fuera de su lugar habitual a Zoco y Zunzunegui, y a Grosso como creador del equipo. El partido en su primera parte no tuvo gran interés: el Madrid atacaba pero el Ajax aguantaba con un equipo serio atrás y en exceso confiante en Cruyff y Keizer. Tras la reanudación el partido cambió. Pirri recupera un balón y tras driblar a varios contrarios se planta en la media luna del área, para dejar el balón a Gento quien lanza un zambombazo que se cuela pegado al palo derecho de Bals.

 

Recorte ante la defensa, disparo y gol de Veloso que daba la victoria

El gol espoleó a los visitantes, conscientes de que estaban eliminados, por lo que se lanzaron al ataque. Apenas 11 minutos después del gol de Gento, Groot al saque de una falta remata impecablemente de cabeza igualando la eliminatoria. Ni uno ni otro fueron capaces de mover el marcador en los minutos restantes, con lo que se llegó a la prorroga. En ella el Ajax se vino arriba y solo la intervención de Junquera en claras ocasiones foráneas evitaba el gol, sobre todo a un disparo de Cruyff. El Madrid no lo veía claro hasta que un gallego apareció de la nada, regateo a cuatro holandeses y con un disparo a media altura ponía por delante a los madridistas. Como titulo un periódico: «Cuando todo parecía perdido y nadie daba un duro por la eliminatoria: Triunfo la raza». El Ajax acusó el golpe y los 20 minutos restantes fue el Madrid quien tuvo claras ocasiones que Bals logro atajar, finalizando el partido con la victoria blanca por 2-1.

Tras el duro Ajax, en octavos sí llegó la perita en dulce: el Hvidovre IF danes. La ida se jugó en Copenhague, debido a que el conjunto local alquiló el campo municipal, con capacidad para mas de 50.000 personas, en lugar de jugar en su pequeño estadio. Muñoz dispuso aquella tarde-noche de Junquera, Calpe, Zunzunegui, Sanchis, Pirri, Zoco, Amancio, De Diego, Felix Ruiz, Velázquez y Gento como once inicial. Un Madrid confiado se limitó a controlar durante la primera parte y, pese a empezar perdiendo con gol de Hansen a los 25 minutos, logró igualar al borde del descanso por medio de Gento. Al comenzar la segunda parte Pirri subía el 1-2 en el marcador y el Madrid en lugar de sentenciar se limitó a controlar. El partido no hubiera dado mas de sí, pero el colegiado Glöckner se torno en protagonista del empate. Un falta, en la cual el arbitro levanto el brazo para señalar el indirecto, la lanzo Petersen al fondo de la red y ante la sorpresa de los jugadores blancos, que no habían formado barrera, y la de Junquera, que ni siquiera intento detener el balón, el trencilla decidió darlo como gol valido. De nada sirvieron las protestas blancas, el empate subió al marcador. En vestuarios el arbitro se excusó diciendo que levantó el brazo para indicar al linier donde ubicarse en el lanzamiento de falta, mientras que Muñoz se quejaba que su equipo había menospreciado al contrario y que Junquera, pese a pensar que era indirecto, tenía que haber atrapado directamente el balón.

La diferencia de calidad y técnica entre ambos equipos era evidente, y a finales de noviembre, en el partido de vuelta, se hizo más ostensible, aunque Muñoz siguiera advirtiendo del peligro de menospreciar al contrario. A las 20:30 formó de inicio el Real Madrid con Junquera, Calpe, De Felipe, Sanchis, Pirri, Zoco, Serena, Amancio, Grosso, Velázquez y Gento. Pese a no realizar un gran juego, en apenas veinte minutos tenia encarrilada la eliminatoria el Madrid con goles de Velázquez y Grosso ante un Hvidovre que se paseó por el césped mitad turista y mitad con dureza, Pirri se encargó de comprobarlo en sus piernas. A la media hora Petersen acortaba distancias en un espejismo que Grosso se encargó de borrar al minuto con el 3-1. Tras el descanso poco mas que reseñar a excepción de un gol de Gento, en un libre directo.

Para el sorteo de cuartos de final intimidaban sobre todo Manchester United, Juventus y Benfica, pero la diosa fortuna sonrió nuevamente al Madrid y le toco como rival uno de los mas asequibles de los ocho que restaban: el Sparta de Praga. Tras el parón invernal, retornaba la Copa de Europa al Bernabéu en el día del aniversario de su fundación y el Madrid jugaba con Betancort, González, Zunzunegui, Sanchis, Pirri, Zoco, Serena, Amancio, Grosso, Velázquez y Gento. El partido tuvo dos partes diferenciadas. Hasta el minuto 60 fue un partido que controló el Madrid pero no logró despegar, a excepción de un gol mal anulado a Serena. El conjunto checo controló el juego blanco vigilando de cerca a sus hombres, que abusaron de un juego individualista. Sin embargo a partir del 60 y en espacio de diez minutos, el partido y la eliminatoria se clarificaron. Dos fallos consecutivos de Kramerius, dos pelotas que no puede atajar, se convierten en sendos goles de Amancio el cual seis minutos después volvería a marcar a la media vuelta tras un pase de Velázquez. El control táctico del partido y la eliminatoria habían saltado por los aires en apenas diez minutos. El Sparta moralmente no se hundió e intento recortar diferencias, pero Betancort cuajo un gran partido logrando que el 3-0 fuera definitivo.

Gento y el discutido Rademacher, en el sorteo de campos en Praga

Con este marcador se antojaba difícil la no comparecencia blanca en semifinales, aunque casi sucede tras la ayuda externa recibida por el Sparta. A excepción del cambio de De Diego por Serena, Miguel Muñoz sacó en Praga al mismo equipo de la ida. El Sparta salió dispuesto a marcar pronto, pero el Madrid poco a poco fue nivelando el partido y haciéndose con el mando mientras que pasaban los minutos. Los blancos lo tenían todo a favor aunque el partido se complico en el minuto 36 cuando, tras un corner local, Kvasnak lo cabecea hacia el marco y a Betancor, pese a pararlo en primera instancia, se le escapa entre las manos debido al barro existente: primer gol local. Esto espoleó a los locales aunque el Madrid no perdió la cara al partido. Sin embargo al limite del final del primer tiempo entró en acción el arbitro alemán, Hans Rademacher. Una falta sobre Zoco la interpreto al revés. Mientras el navarro protestaba al árbitro, con éste a espaldas de la portería, los checos sacaron la falta. Los madridistas pensando que no era válida, se quedaron quietos mientras que Dyba recibía, en presunto fuera de juego y marcaba. El griterío del gol alertó al arbitro, que al darse la vuelta y ver el balón en la mallas dio el gol. Los madridistas, desconcertados, rodearon al arbitro pidiendo explicaciones, hubo barullo alrededor suyo y acabo expulsando a Amancio, según dijo el trencilla al final del partido porque le había tirado de la chaquetilla. Ante las protestas blancas, el arbitro consultó a los linieres y finalmente dio como válido el gol. Enseguida llegó el descanso y puede que eso frenara la reacción checa. En la reanudación, el Madrid no dejó al Sparta que llegara mas lejos y a los 12 minutos Gento, tras jugada desde el centro del campo y driblando a dos contrarios, lanzó un trallazo desde 25 metros que ponía el 2-1 en el marcador. Los checos lo intentaron durante algunos minutos mas, disponiendo de algunas ocasiones, pero el constante pasar de los minutos fue haciendo mella en su moral y en sus piernas para finalizar el partido con ese marcador. El Real Madrid ya estaba en semifinales, a dos partidos de llegar a Wembley.

Sin mas dilación, y en la misma Praga, se celebró al día siguiente el sorteo de semifinales con Manchester United, Benfica y Juventus acompañando al conjunto blanco. Salió en primera instancia la papeleta del conjunto inglés para a continuación salir la del Real Madrid, volvían a enfrentarse dos viejos conocidos. Antonio Calderón, gerente madridista presente en el sorteo, se acerco a Matt Busby, representante ingles, para abrazarle y acordar rápidamente las fechas de la eliminatoria e incluso la fecha y el lugar de un posible desempate si fuera preciso. Para los neófitos hay que recordar que en aquel entonces no se usaba el doble valor de los goles ni los penaltis en estas eliminatorias. Ademas de ser otros tiempos, donde los equipos decidían las fechas y horas de los encuentros.

Denis Law y Paco Gento durante el sorteo de campos en Old Trafford

El 24 de abril, con un Real Madrid recién proclamado Campeón de Liga, se visitaba Old Trafford. Betancort, González, Zunzunegui, Sanchis, Pirri, Zoco, Miguel Pérez, Jose Luis, Grosso, Velázquez y Gento fueron los elegidos para aquella tarde-noche, con el hándicap de la ausencia de Amancio. Los Red-Devils, que salieron en tromba, haciendo que Betancort trabajara mucho y bien al principio, lo hicieron con Stepney, Dunne, Burns, Crerand, Sadler, Stiles, Best, Kidd, Charlton, Law y Aston. Con un planteamiento defensivo, sin poner el autobús en el área, pero de manera serena y aprovechando los contragolpes, planteó Miguel Muñoz el partido y a fe que si no hubiera sido por un gol de George Best a centro de Aston, sobre el que no pudo hacer nada Betancort, se hubieran ido al descanso con el empate inicial. En la segunda parte siguió la misma tónica y el Madrid solo sufrió al comienzo y al final de la segunda parte, mientras que entre medias dispuso de una ocasión de Miguel Pérez al que Sadler derribo dentro del área en un penalti bastante claro y que no fue pitado por el ruso Bakhramov. El 1-0 final no se veía con malos ojos para las intenciones madridistas, puesto que era remontable y mas pudiendo jugar Amancio el partido de vuelta.

Gol de Gento ante el Manchester United

En la festividad del patrón de Madrid, San Isidro, se disputó el partido de vuelta. Muñoz sacó al mismo equipo de la ida, con la vuelta de Amancio en lugar de José Luis, mientras que Matt Busby formó con Stepney, Brennan, Dunne, Crerand, Foulkes, Stiles, Best, Kidd, Charlton, Sadler y Aston. Esta vez fue el Manchester el que salió conservador y el Madrid quien buscó con ahinco el gol. Poco a poco el dominio blanco era mas evidente y al filo de la media hora, una falta de Foulkes es sacada por Amancio para que Pirri cabece a las mallas. Todo volvía al punto de inicio. El Madrid seguía jugando bien y en el transcurso de los últimos cinco minutos de la primera parte sucede un carrusel de movimientos en el marcador. Un pelotazo largo, al que falla Brennan en el despeje, acaba en los pies de Gento quien recordando viejos momentos se da un carrerón para culminar con un disparo que se convierte en el 2-0. Sin embargo de la alegría se paso al desencanto en apenas un minuto. Un balón bombeado por Dunne, el cual Betancort pide pero Zoco la despeja en parte desconcertando al canario que no puede impedir que acabe la pelota en las mallas. Aunque queda poco para el descanso, el Madrid se lanza en tromba. Sanchis recupera un balón y tras una jugada por la izquierda centra a Gento quien remata, el rechace acaba en los pies de Amancio quien de un zapatazo ponía el tercer gol blanco en el marcador.

El Madrid se iba al descanso con la eliminatoria remontada y solo 45 minutos le separaban de Wembley. Tras el descanso, el Madrid confió en el resultado y esperó al Manchester, craso error viendo la diferencia entre la endeblez de la defensa blanca y el acierto de la delantera. En un balón al área en el minuto 72, una indecisión entre Zunzunegui y Betancort, uno no despejó pensando que el otro saldría a por ella y viceversa, hizo que Sadler no le pensara y marcara el 3-2. Poco después Best se la cede a Foulkes, quien marca el 3-3. Demasiado botín para los ingleses, que se habían mostrado romos en el ataque y a los cuales solo la desgracia blanca les había metido de nuevo en el partido. Los blancos lo intentaron pero en los diez minutos finales poco mas aportaron. El resultado final eliminaba a los blancos. El Real Madrid había hecho lo difícil y fallado en lo mas fácil.

De esta manera se perdió la oportunidad de jugar una nueva final europea, la vez que más cerca se estuvo de jugar en el viejo Wembley. Alli llegaron Benfica y Manchester United, donde los Eusebio, Coluna, Jose Augusto y Torres sucumbieron en la prórroga ante los ingleses por un rotundo 4-1. El Manchester conquistaba su primera Copa de Europa.