El viernes (20:00, #0) el Madrid se enfrenta al Panathinaikos en tierras helenas en un enfrentamiento que se está convirtiendo en todo un clásico entre los dos equipos. Los griegos parece haber perdido un poco la etiqueta de favorito para la Euroliga, algo que ha recogido su odiado rival Olympiakos desde que Obradovic abandonó la nave en 2012. Desde entonces, no ha logrado ninguna presencia en la final a cuatro el combinado verde.
Sin embargo, en Grecia es un equipo todavía temible dado el ambiente infernal con el que se va a encontrar el Madrid. Comandados por un genial base como Nick Calathes, un base de garantías que acapara mucho juego y muchas veces ronda el triple doble, siguen teniendo un equipo para plantar cara y con calidad. El internacional base cuenta con la ayuda sobretodo de su compatriota Pappas (gran relación entre tiempo de juego y efectividad) y de un trío de norteamericanos peligrosos: el ex-madridista Rivers y los veteranos Singleton y Gist, que están teniendo una buena temporada. Se esperaba más de Lojeski, fichado por el eterno rival este pasado verano. Los demás jugadores bajan mucho su tiempo en pista por parte del entrenador, el ex del Barcelona Xavi Pascual, que intenta imponer su estilo en el conjunto griego.
Los dos equipos van empatados en la clasificación de la Euroliga (5-3) antes de este enfrentamiento. Por el Madrid, destacar la enésima lesión del conjunto blanco. Taylor no viaja a Atenas por un problema en la ingle que le mantendrá unos diez días de baja. Se une así a las bajas ya consabidas de Llull, Kuzmic, Ayón y Randolph. Jugadores como Yusta y Radoncic deberán dar un paso adelante como venimos diciendo de vez en cuando. Y por supuesto liderados por la joya de la sección como es Doncic. Veremos en esta prueba de fuego si el Madrid sale vivo, aunque con la cantidad de bajas se antoja muy complicado no quemarse en ese infierno griego.