RM – FCB: Próximo o que finalice

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Próximo o que finalice, ese latiguillo tan manido que se escuchaba en las emisoras de Radio Taxi cada quince segundos, cuando la locutora buscaba desesperadamente un vehículo que pudiera prestar servicio en una determinada zona. Ese «próximo o que finalice», con permiso de los VTC, que en este caso no serían más que un auténtico milagro, es lo que depara el Clásico del aperitivo, el que disputan (13:00, BeIn LaLiga) hoy Real Madrid y Barcelona en el Santiago Bernabéu.

Nadie puede llamarse a engaños. Si el Real Madrid no gana, ni siquiera el empate sirve para algo, la Liga habrá finalizado para los de Zidane en 2017, y quedarán cinco meses de pesadilla hasta mayo, cuando la competición eche el cierre. Pero por el contrario, si el conjunto blanco doblega hoy a su adversario, la distancia liguera quedará reducida a ocho puntos, y un partido menos para los blancos. Podrían ser cinco cuando todavía quedarían 63 en disputa, tres de ellos en otro enfrentamiento directo. Sí, habría Liga. Sí, el Madrid estaría muy próximo…

El taxi madridista, que no cambia jamás bajo ninguna circunstancia, será el que Zidane reserva para las grandes citas. El galo lanzó un terrible mensaje para la estrategia empresarial y deportiva del club descartando a todos los canteranos y jóvenes para este partido (Achraf, Vallejo, Llorente, Ceballos y Mayoral verán el partido desde el palco de jugadores del primer anfiteatro fondo sur) y se mantiene en sus trece: jugarán los que se proclamaron campeones del mundo de clubes hace una semana en Abú Dhabi, con Isco enganchando tras Karim y Cristiano y con Bale esperando correturnos en el banquillo, al menos hasta que tenga fondo para aguantar más de quince minutos.

El Barcelona, por su parte, cambió de taxi al finalizar la temporada pasada y se ha pasado de nuevo al diésel. Tras la etapa en la que con Guardiola y Vilanova prestaba servicios con gasolina 98 y la era Luis Enrique, en la que intentó aprovechar el reprís de la tecnología híbrida, ha llegado Valverde, ha vuelto a apostar por energía mecánica, poco consumo pero fiabilidad a prueba de bombas, y ahí anda, liderando la tabla con tan suficiencia que en agosto nadie esperaba nada similar. Hoy le toca subir la rampa del garaje con temperaturas bajo cero, y a eso se agarra el Madrid: tendrá que carraspear y echar una humareda en algún momento, previo paso por talleres a limpiar la carbonilla de los inyectores.

Así se presenta el Clásico, un Clásico del que se ha hablado menos que nunca, pero que puede decidir la Liga que acaba en 2018 en la última jornada de 2017.

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Yo vi jugar a Del Bosque, así que llevo unos cuantos años yendo al Bernabéu. Socio desde 1986, mis recuerdos van ligados al Madrid del Di Stéfano entrenador, el de los cinco subcampeonatos, que me forjó en madridismo ante los malos tiempos, y al de la Quinta del Buitre, la poesía y las pelotas hechas fútbol. Desde 1996 dando la barrila en esto del periodismo deportivo, aunque hace años que es mi hobbie y no mi profesión.