La contracrónica: Maniobra de Heimlich

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Talento y esfuerzo, dos ingredientes esenciales para que cualquier equipo de fútbol sepa mínimamente bien. Bale y Nacho, dos jugadores esenciales para que este Madrid sepa mínimamente bien.

Ambos nos han aplicado hoy la Maniobra de Heimlich cuando peor estábamos. Ese primer gol del Deportivo ha hecho que se nos obstruyera de nuevo el conducto respiratorio, así que necesitábamos auxilio para no volver a morir 7 días después del último fallecimiento temporal doméstico.

Para que nos entendamos todos, la situación actual del Madrid solo se saca adelante con los huevos de Nacho (esfuerzo) y con el fútbol de Bale (talento). O eso parece al menos, vaya. Para llegar a competir de nuevo, primero hay que seguir vivos. Y para ello se nos antoja indispensable el oxígeno vital que nos aportan las dos mejores espadas de las que disponemos actualmente: la de ese canterano con nombre sumamente corriente y la de ese galés que no habla español.

A estas alturas de temporada, con tantísimos fantasmas a nuestro alrededor, lo único importante es sobrevivir. Una supervivencia que pasa por competir en Liga, creer en la Copa y soñar con la Champions. Para conseguir esas tres cosas o, por lo menos, intentarlo, no se necesitan sensaciones, sino resultados. Es decir, goles aparentemente inmerecidos en Butarque que te encarrilan eliminatorias y victorias sorprendentemente balsámicas como la de esta tarde ante los gallegos.

Teniendo en cuenta que la cabeza del campeonato liguero está tan sumamente lejos -a 19 puntos- y que, haciendo un símil, nos encontramos actualmente a la altura del culo, las sonrisas de desaparecidos en combate como Luka y Cristiano también hacen que por fin no huela mal por esa zona.

Pero, como digo, dos nombres propios hoy: Nacho y Bale. Así que si queda alguna esperanza en este equipo, toca hacer caso a mi amigo Álex Diéguez: metamos a la pareja del momento en una habitación del pánico acolchada y con todos los lujos y comodidades hasta que aparezca por aquí el PSG.

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Mientras intentas descubrir algo más sobre mí en estas líneas yo me ando paseando por algún lugar de Barcelona con el escudo del Real Madrid en el pecho. Desconozco si soy un valiente o un imbécil, pero me excita. Son tantos los que me miran mal como los que empatizan conmigo. Así que si algún día desaparezco que sepáis que o me han matado a palos o a besos. Y si eso ocurre… ¡Que nos quiten lo escrito y leído por aquí! Eso sí, ¿hablaréis bien de mí, no? ¡Más os vale!