«Aquel remate de Pineda al poste…»

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Visitamos esta tarde otro de esos campos de los llamados ‘malditos’ y que guardan un mal recuerdo para el madridismo ochentero, ya que antes de aquellas ligas perdidas en Tenerife el Real Madrid también pasó por un trance similar en el Luis Casanova, ahora Mestalla. Como en esta serie de artículos lo que mas no preocupa es rememorar la historia de nuestro club, ya sea agradable o de infausto recuerdo, vamos a irnos a la temporada tras el Mundial 82 para recordar aquel triste final de Liga.

De Carlos, entre Di Stéfano y Amancio

La temporada 81-82 no fue precisamente ideal. Tras caer de manera bochornosa en Copa de la UEFA en la visita a Kaiserslautern, se daba por finalizada la etapa Boskov a falta de cuatro jornadas de un campeonato liguero donde sólo se alcanzó el tercer puesto. Cogió el timón el eterno bombero Molowny, quien consiguió la Copa del Rey en una gélida tarde en el popular Estadio de la Pulmonía, el Nuevo Zorrilla, y al menos suavizó el año. Para la nueva temporada se oteaba en el horizonte la llegada de las primeras elecciones tras la etapa Bernabéu y la transición de De Carlos. Éste se presentaba a la reelección y, a diferencia de 1978, sí tendría rivales serios a los que enfrentarse. Para intentar ganar votos con antelación, optó por remodelar los banquillos del primer equipo y del filial para colocar en ellos a dos históricos del club: Alfredo di Stéfano para el primer equipo y Amancio Amaro para el filial.

La era Di Stéfano

Con Don Alfredo llegaron como extranjeros el holandés Metgod y el uruguayo Acosta, mientras que desde el mercado nacional lo hicieron Juan José y Bonet. El técnico hispanoargentino llegó con mucha ilusión al club, pero al poco tiempo comprobó la realidad: falta de dinero y descompensación en la plantilla. Se querían obtener réditos sin apenas invertir. Para colmo los refuerzos, sobre todos los extranjeros, no fueron solicitados por él pero tuvo que apechugar con ellos. Aun así la plantilla no era mala y en Liga comenzó marcando el ritmo, liderando la clasificación desde la cuarta jornada, pero siempre vigilado de cerca por Athletic, Barcelona y Zaragoza. En toda la primera vuelta tan sólo cayó derrotado en casa ante el Barcelona, en un encuentro marcado por la polémica arbitral y que acabó con el Bernabéu clausurado, y en El Sadar, donde Santillana acabaría siendo expulsado según el arbitro por haberle insultado, algo inaudito en este jugador. Entre medias de esta primera vuelta tuvieron lugar las anunciadas elecciones, las cuales ganó De Carlos pese a que José María Dieguez anuncio que se retiraba a cinco días de los comicios cediendo su apoyo a Ramón Mendoza, el verdadero rival de De Carlos.

Sin embargo en la cuesta de enero, con la cual comenzó la segunda vuelta, cambian las tornas. El Madrid cede tres empates ante Sevilla, Atlético y Español para acabar perdiendo en Malaga por 2-1, lo que permite a Barcelona y Athletic igualarle en el liderato. Continúan los tres una jornada mas igualados, pero en la 25ª el Madrid gana en Santander mientras que culés y vascos ceden sendos empates. Poco después el Barsa se descuelga un poco mientras que el Madrid cede un empate ante el Betis y el Bilbao le vuelve a alcanzar. El Madrid todavía tiene que jugar contra ambos y a falta de 5 jornadas visita primero el Camp Nou. Alli Juanito adelantó a los blancos, pero la diferencia entre ambos equipos era notoria. Un Barça con Schuster y Maradona era mucho para un rival donde solo marcaba la diferencia Stielike. Al borde del descanso Maradona puso el empate y en la segunda parte Perico Alonso, el padre del exmadridista Xabi Alonso, hacía el 2-1 final.

Aquel Domingo de Resurrección…

Mar de banderas ante el Athletic

El Bilbao no desaprovechó el regalo y, tras derrotar 4-0 al Celta, se colocaba líder pero con la mente en la siguiente jornada, donde visitaba Chamartín en el gran duelo en la cumbre que podía decidir media Liga. Con un Bernabéu a reventar, hubo avalanchas para entrar sin pagar y la gente se encaramó incluso al tejado donde estaban ubicados los focos del gallinero. En pleno Domingo de Resurrección, el Madrid hizo los honores y derrotó al conjunto vasco entrenado por Javier Clemente. Estos se mostraron muy reservones, el empate les valía, y aguantaron hasta el gol de García Hernández. Desde ese momento, con un Del Bosque dirigiendo magistralmente el juego, el Madrid se hizo con el partido y acabo derrotando por 2-0, el segundo de Pineda, al Athletic.

A falta de tres jornadas el Madrid sacaba un punto de ventaja al Athletic y tres al Barcelona, teniendo sus rivales que enfrentarse aún entre ellos, mientras que los blancos tenían en cambio a tres rivales que luchaban en la zona baja, por lo que era muy factible el titulo para los blancos. En la siguiente jornada el Real Madrid visitaba El Insular de Las Palmas y allí daba un paso de gigante al vencer 0-3, aunque sin mucha facilidad puesto que sufrió el acoso amarillo en la primera parte. Cuando el cansancio hizo mella en los locales, primero Juanito, a cinco minutos del descanso, y posteriormente Julio, en propia puerta al inicio de la segunda, inclinaban la balanza para los blancos. Mientras, en el duelo entre los perseguidores, el Bilbao derrotaba 3-2 al Barcelona con unos quince minutos finales donde se marcaron cuatro goles. La penúltima jornada no cambia la clasificación: el Madrid derrota 2-1 al Osasuna en un mal partido mientras que el Athletic derrotaba 2-0 a la Real Sociedad en otro soporífero partido.

Parón, sanciones, huelga y un fallecimiento

Sólo restaba una jornada. Al Madrid sólo le hacia falta un punto, puesto que el gol average con el Athletic le era favorable, y tenía que viajar al Luis Casanova para enfrentarse a un Valencia que se encontraba último en la clasificación necesitado de una victoria y de que tres de los cuatro equipos que le precedían perdieran para poder salvarse. El Athletic, por su parte, viajaba a Las Palmas para encontrarse igualmente ante otro equipo inmerso en plena lucha por el descenso. Sin embargo, pese a estar todo en juego, el calendario tenia previsto que para la última jornada hubiera un parón de dos semanas debido a un partido clasificatorio de la Selección de cara al Europeo de Francia de 1984.

Para el Madrid la competición no se detiene. Entre semana derrota 3-1 al Austria de Viena, en un partido bajo la lluvia, y se clasifica para la final de la Recopa en Goteborg ante el Aberdeen. Al mismo tiempo, algo que finalmente tendrá incidencia en la ultima jornada de Liga, más de una decena de jugadores de equipos de categorías inferiores se encontraban durmiendo en las puertas de la sede de la Federación en reclamación del pago del importe de sus salarios. Los jugadores del Real Madrid hicieron una colecta con la cual los acampados pudieron paliar las noches a la intemperie con mantas y ropas de abrigo.

Durante la semana previa al final de Liga, se conoció la baja para el último partido del argentino Kempes por amonestaciones, y a quien la directiva che había sancionado por ‘celebrar’ un gol en casa ante el Betis con un corte de mangas dirigido a tribuna. Esta sería la ausencia mas sensible de los locales. También la desgracia visito el club Ché. Rafa, preparador físico del equipo, falleció inesperadamente en su casa tras regresar del entrenamiento del día 27. Por su parte el Madrid continuó con pocas novedades, a excepción de las dudas que planteaba Stielike sobre si reaparecería en Valencia o no tras una lesión. Finalmente no lo hizo. También en los días previos se hizo publico que como el conflicto entre los jugadores modestos continuaba, la AFE convocaba a todos los jugadores de las tres primeras categorías a retrasar el inicio de cada partido de ese fin de semana durante cinco minutos, formando en el centro del campo tras el pitido inicial.

Y el partido…

El once madridista en el Luis Casanova

Con una gran taquilla y un lleno hasta la bandera, entre ellos gran cantidad de madridistas que superaron de largo las 7000 entradas que cedió el Valencia al Real Madrid, se aprestaban a disputarse el titulo y la permanencia Valencia y Real Madrid. Di Stefano formo aquella tarde con Agustín, Juan José, Metgod, Bonet, Camacho, Del Bosque, Ángel, Gallego, San José (Pineda 75′); Juanito (Isidro 75′) y Santillana. Por su parte Koldo Aguirre, entrenador valencianista, jugo con Bermell, Carrete, Botubot (Castellanos 58’), Ribes, Tendillo, Arias, Saura, Roberto, Welzl, Subirats y Pablo (Solsona 68’).

Antes del pitido de comienzo minuto de silencio por el fallecimiento de Rafa y a continuación el paro de cinco minutos, al término del cual comenzó el juego con un bote neutral. El Madrid peco de conservadurismo, quizás en gran parte porque sabía que el empate le bastaba, y esperó, congelando el juego, a que los minutos pasaran. Mientras, el Valencia le ponía muchas más ganas pero se estrellaba con la defensa madridista. Entre tanto en Las Palmas los locales se habían adelantado con un tanto del vasco De Andrés en propia puerta, aunque al poco Sarabia devolvía la igualada: 1-1.

En Valencia tanto especular por parte del Madrid podía no ser bueno y casi al término de la primera parte se comprobó. Un córner que saca Saura acaba llegando a Tendillo, quien de un testarazo lo clava en las mallas de Agustín. La locura, la sorpresa y la estupefacción se adueñaron del Luis Casanova. Si el partido se ponía mal allí, las noticias que llegaban desde las islas no eran mejores: Dani adelantaba al Athletic. El Madrid estaba perdiendo la Liga. Tras el descanso el Madrid no mejoró, el Valencia llegaba y luchaba a la vez que el Athletic marcaba mas goles en El Insular. Pese a eso los blancos solo necesitaban un gol y Metgod esta a punto de ello, un disparo suyo se estrella en el travesaño. Los minutos pasan y el Madrid no era capaz. Di Stéfano quema todas las naves y hace un doble cambio ofensivo para dar mas mordiente al ataque, pero ni aun así. Sendos remates de Pineda y Santillana se encontraron con los palos y cuando no eran estos, lo hacia Bermell, que tuvo una tarde sensacional. Con el pitido final se rompieron las ilusiones blancas al tiempo que se desbordaba la alegría valencianista al conseguir el milagro de la salvación. El titulo finalmente se lo llevo un Athletic que hizo lo que tenia que hacer: ganar.

En el vestuario madridista cundió la desolación y las sensaciones y declaraciones de los jugadores iban desde la perplejidad hasta el recuerdo de aquellos puntos que se habían dejado por el camino de manera tonta. El subcampeonato liguero era el segundo que se conseguía ese año tras el de la Supercopa, jugada en invierno. El Madrid afrontaba aún la final de la Recopa, las semifinales de Copa ante el Sporting y la Copa de la Liga, por lo cual la temporada todavía podía acabar de manera exitosa. Sin embargo este no era el año del conjunto blanco: se perdió en Goteborg ante el Aberdeen, se perdió la final de Copa ante el Barça en Zaragoza y nuevamente acabó segundo en la Copa de la Liga ante el Barcelona. Cinco torneos, cinco subcampeonatos.

Todo un récord sorprendente como años después reconoció Di Stéfano en una entrevista:
– Perdimos cinco finales, ¿que voy a hacer?, ¿matar a los jugadores? Esto es un juego. Cuando se entra en el ruleta, es para ganar y perder.
– Pero reconozca que no es lógico perder cinco finales…
– Por supuesto que no es normal, pero nosotros estábamos a todos los frentes y los demás a uno. Vivimos una gran tensión. Aquel remate de Pineda al poste….