Fue un partido que sobre el papel parecía más difícil de lo que en verdad fue, pues Quezada y Cristo, en dos chispazos dieron la victoria al Castilla ante un Deportivo Fabril que ocupa puestos de promoción y que no dio demasiada sensación de peligro, y que si hubiera que calificarle con un adjetivo sería inoperante: por mérito del Castilla y demérito propio.
No fue el partido más vistoso ni mucho menos en su primer tiempo, de hecho apenas nada había sucedido en la primera media hora (más allá del cambio por lesión de José León por Javi Sánchez) pero en menos de cinco minutos, los Cachorros arreglaron la jornada. Primeramente fue Quezada que con un sensacional remate de cabeza -igual de bueno fue el centro de Reguilón de primeras- desniveló la contienda. Y no se habían cumplido tres minutos desde el gol cuando Cristo fue a presionar a Francis, y el meta visitante trató de recortarle en vez de desentenderse del balón con un errático resultado. Segundo gol a favor de los de Solari en prácticamente las dos únicas ocasiones del partido.
La historia del segundo tiempo fue parecida en cuanto a ocasiones y sensaciones, pero le acompañó una mala noticia. El asistente del primer gol, Sergio Reguilón, fue expulsado tras recibir dos amarillas casi consecutivas que le mandaron al túnel de vestuarios con anterioridad.
Solari recolocó el equipo del modo más simple, situando a Luismi Quezada como lateral izquierdo en el puesto de Regui, y dando a los suyos la instrucción de buscar el contragolpe. Y así salieron buenas jugadas, conducidas por Óscar y Cristo, pero que no terminaron por traducirse en el electrónico. El Fabril también dio varios avisos, pero les faltaba una sensación real de gol, pues apenas dispararon entre palos
Al final el resultado, sin hacer mucho los dos equipos, fue totalmente justo y el Castilla se vengó del contundente 3 a 0 de la ida. La lástima fue no lograr empatar el goal average particular.