CSKA 93-87 RMB: Naufragio blanco en Moscú

El CSKA barrió de la cancha al Madrid en una primera parte perfecta por parte de los locales, con un primer cuarto que acabó 33-11. El Madrid mejoró tras el descanso pero no fue suficiente

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El Real Madrid sucumbió en tierras rusas al caer derrotado por 93-87. Se esperaba mucho de este partido por parte del Madrid el día en que Laso cumplió 500 partidos como entrenador blanco. El Madrid mostró dos caras totalmente diferentes en un mismo partido pero fue víctima de la malísima primera parte, tras ser vapuleado 33-11 en el primer cuarto. Comandados por el Chacho y Higgins junto con Clyburn, los moscovitas barrieron al Madrid de la cancha en 20 minutos. Después de ir ganando por 26 puntos, el Madrid redujo la diferencia a 8 en un último cuarto espectacular, pero no fue suficiente. Doncic y Carroll lo intentaron (también destacar a Tavares) pero el resultado estaba ya condicionado por la primera parte.

El CSKA salió en tromba desde el principio. Con velocidad, con un juego rápido y alegre. Acertado en el tiro exterior y una defensa presionante desde el fondo desarboló al Madrid. El 0-3 fue un espejismo. Pasados unos minutos, los parciales iban cogiendo diferencias increíbles según pasaban los minutos (10-3, 19-5, 30-9). Sólo Tavares aportaba algo entre el naufragio blanco (4 puntos y 7 rebotes). El Madrid muy precipitado, con ataques alocados, pérdidas de balón, varios airballs… Al final del cuarto (uno de los peores que he podido ver) 33-11 y lo mejor que le podía pasar al Madrid fue el final del período.

El segundo cuarto desgraciadamente es una fotocopia del primero. A pesar de la rotación de Laso con las entradas de Felipe, Carroll, Taylor o Doncic, éstas no surten el efecto deseado. Los rusos jugando a su antojo, con el Chacho organizando y anotando como un general, con Clyburn y Higgins desde el perímetro anotando y reboteando y Hines y Hunter haciendo daño tanto en tiro de 4-5 metros como consiguiendo 2+1 o anotando contraataques el Madrid es una caricatura de equipo. La ventaja moscovita no baja de 17 puntos y alcanza los 26 en un partido que no imaginábamos. Hasta Hunter parece mejor jugador de los que mostró el año pasado en Madrid. Al final del cuarto se van los dos equipos al vestuario con el 54-31 en el luminoso. El Chacho 10 puntos y 4 asistencias, Clyburn 7 puntos y 6 rebotes y Higgins con 8 puntos destacan en un gran actuación colectiva local. Por el Madrid, Tavares 4 puntos y 9 rebotes y Carroll con 7 puntos y Doncic con 6 sobresalen dentro de una horrorosa primera parte blanca. 60 – 25 valoración de los dos equipos al descanso.

En la reanudación se ve una actitud claramente opuesta por parte del Madrid. A pesar del daño que ocasionaba la actuación del Chacho, el Madrid va recortando la diferencia. En un momento dado parece un concurso de triples. Hasta 5 de manera consecutiva consiguen ambos equipos en un momento espectacular del partido. Se llega a poner a 14 puntos pero los moscovitas se rehacen para solucionar los problemas aunque es evidente que bajan sus prestaciones con varias pérdidas y un juego evidentemente peor. Al final del cuarto se llega con el 78-60. Una pena ya que el Madrid estaba siendo víctima de una pésima primera parte.

Un parcial de 10-0 en 4 minutos favorable al Madrid pone la desventaja en 8 puntos (78-70) en un encuentro increíble. Llegó a perder por 26 puntos y a falta de 6 minutos el Madrid estaba metido dentro del partido. El CSKA es ahora el que da un bajón importante, entrando en crisis. Casi 5 minutos sin anotar como si tuviera miedo a ganar. Sin embargo, un pequeño parcial de 5-0 del CSKA (83-70) desbarata los planes de seguir con la remontada. Otro esfuerzo en forma de 5-0 del Madrid pone de nuevo la diferencia en 8 puntos. Fridzon se convierte en héroe inesperado después de no haber jugado hasta ese momento. Sin embargo, los rusos consiguen gestionar bien el último cuarto con intercambio de canastas y como repetimos sabrán mantener la diferencia y no bajará de 8 puntos. Fue nadar para morir en la orilla. Al final, derrota por 93-87.

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Madridista desde pequeñito, solo podía ser seguidor del mejor equipo del mundo; bastantes desgracias tiene la vida como para llorar por el deporte y ser fan de un equipo perdedor. Como lo mío no era precisamente ganarme las habichuelas jugando al baloncesto, decidí que lo mejor era verlo desde el otro lado de la barrera, y qué mejor forma que narrar los éxitos del Real Madrid de baloncesto. Mis referentes ligados a este deporte, sin lugar a dudas, han sido la plata olímpica de los Ángeles 84, el colegio San Viator (de donde salieron gigantes como Juan Antonio Corbalán y Carlos Jiménez) y mis hermanos mayores. Después de varios trabajos y alguna estancia en Irlanda decidí sentar la cabeza y ahora presto el mejor servicio al ciudadano desde mi posición de funcionario de la Comunidad de Madrid. No cuajó la opción de ser coordinador de cheerleaders, pero os dejo una foto ellas para que veáis que al menos lo intenté...