LEV 2 – 2 RM: Ni al Levante

El Real Madrid se dejó empatar en dos ocasiones por un equipo que sólo ha ganado tres partidos este curso. Los errores defensivos blancos y la falta de intensidad y compromiso, claves

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Ni al Levante. El Real Madrid empató con el Levante (2-2) en un partido en el el equipo de Zidane no abandonó el diván del psicólogo a once días vista del partido de ida ante el PSG. Los blancos volvieron a dejar muchísimas dudas, pese a la BBC y el 4-3-3. La falta de compromiso defensivo, las dudas en la zaga, la falta de concentración e intensidad… Las mismas dudas de siempre pero con el partido marcado en rojo en el calendario a la vuelta de la esquina. Pazzini, sobre el pitido final, castigó las inmensas lagunas madridistas.

Y eso que los madridistas no empezaron mal. El equipo madridista, con Bale, Benzema y Cristiano, dominó sin demasiadas estrecheces durante todo el primer tiempo, con el Levante defendiendo en repliegue intensivo. Eso provocó que el Madrid apenas creara ocasiones, pese a que Karim, esta vez sí, andaba con la lucecita verde encencida. Pero el que no estaba era Bale, quien acabó desesperado de intentar desmarques sin que Modric ni Kroos le buscaran. No lo hicieron ni una sola vez en el primer acto, como si el galés les debiera dinero. Así que el dragón fue una lagartija sin mechero sobre el césped de Orriols.

El Madrid, además, se adelantó pronto, córner de Kroos y remate de Sergio Ramos. Todo parecía tomar el color habitual cuando se acerca la época Champions. Marcelo parecía otro, todo lucía fresco… Pero llegó, como siempre, el gran atasco. El equipo se fue apagando, poco a poco, de manera intensa. Ese apagón provocó falta de intensidad ofensiva y competitividad, y unas lagunas defensivas que tienen un solo nombre: falta de compañerismo. Un par de errores defensivos graves permitieron a Boateng marcar su primer gol en Liga y empatar casi al filo del descanso, en la primera ocasión granota.

La segunda mitad fue directamente una tortura china. Si hay un solo madridista a quien no le duela el alma de ver a su equipo, al mismo que hace unos pocos meses era un avión imparable, arrastrarse de la forma más vulgar sobre cualquier campo es que no tiene eso, alma. Este Real Madrid duele. Duele ver cómo se estrella una y otra vez contra su propia desgana, el funcionariado no le gusta y se nota. Resquebrajado por el centro, con Casemiro y Kroos absolutamente transparentes, el Levante tuvo unas cuantas ocasiones a la contra para voltear el marcador, aunque la vergüenza torera del todavía campeón de Liga le permitió acorralar a los valencianos en su área y, por medio del recién entrado Isco, ponerse por delante cuando el partido agonizaba.

Pero no. Por no saber, este Real Madrid no sabe siquiera cerrar los partidos ante equipos netamente inferiores. Otro desajuste defensivo, el enésimo, y Pazzini pulverizó a Keylor Navas para hacer el 2-2 final, con Cristiano mirando desde el banquilo todo este desbarajuste, Asensio arrinconado en la izquierda. Este Madrid no le gana ni al Levante, ni en el Bernabéu ni en Orriols. PSG, aquí te esperamos.

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Yo vi jugar a Del Bosque, así que llevo unos cuantos años yendo al Bernabéu. Socio desde 1986, mis recuerdos van ligados al Madrid del Di Stéfano entrenador, el de los cinco subcampeonatos, que me forjó en madridismo ante los malos tiempos, y al de la Quinta del Buitre, la poesía y las pelotas hechas fútbol. Desde 1996 dando la barrila en esto del periodismo deportivo, aunque hace años que es mi hobbie y no mi profesión.