La contracrónica: Un Madrid «Mira-Obras»

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Pereza. Con esa actitud afrontaremos los 15 partidos de Liga que nos quedan. Dejadez nuestra y también de los jugadores, que salen al campo en Liga como si fueran ancianos: a ver las obras de una competición más que apuntalada por el Barcelona. La diferencia es que ellos cobran y nosotros pagamos. Quizás por esto último los de Zidane han decidido jugar a fútbol en la segunda parte ante el Betis y pasar, en apenas 20 minutos, del 2-1 al 2-4.

Cuando este Madrid quiere, puede. Y además de sobras. Lo sabían hoy Cristiano, Asensio y Carvajal, entre otros. El problema es que son más de especular que de querer. Más de marear la perdiz que de ir al grano. Más de estar a 17 puntos que líderes. Porque lo segundo siempre cansa más que lo primero. Porque al Madrid se le llena la tripa sin comer.

El escudo del Madrid pesa muchísimo. Más que los testículos de los jugadores, que en ocasiones parece que se empeñan en llevar la contraria a la exigencia y a la responsabilidad que implica pertenecer a este club. Los aficionados no nos merecemos primeras partes como las de hoy en Sevilla. Por suerte, lo han arreglado a tiempo y nos han pedido perdón a base de goles. Cinco concretamente. Al final, ellos saben que en esto del fútbol no solo se trabaja los martes, también los fines de semana.

Queda un día menos para ir a París y también una jornada menos para que se termine esta Liga, un auténtico calvario para nosotros. A estas alturas, la competición doméstica solo sirve para darnos cuenta de que Asensio tiene que jugarlo todo. Si Zidane también se entera, ¡que nos quiten lo bailao!

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Mientras intentas descubrir algo más sobre mí en estas líneas yo me ando paseando por algún lugar de Barcelona con el escudo del Real Madrid en el pecho. Desconozco si soy un valiente o un imbécil, pero me excita. Son tantos los que me miran mal como los que empatizan conmigo. Así que si algún día desaparezco que sepáis que o me han matado a palos o a besos. Y si eso ocurre… ¡Que nos quiten lo escrito y leído por aquí! Eso sí, ¿hablaréis bien de mí, no? ¡Más os vale!