«Otro día que ha merecido más el Real Madrid Castilla«. La frase que tanto se pronuncia en los desplazamientos del conjunto que dirige Santiago Solari. Los blancos disputaron un gran encuentro en un campo muy complicado, incluso contando con las ocasiones más claras, pero no fue suficiente y no lograron obtener unos tres puntos que hubieran sido muy positivos para alejar aún más la improbable amenaza del descenso. Pedro Ruiz tuvo la oportunidad de debutar.
El Castilla no viajó a tierras gallegas con miedo de enfrentarse a un equipo que solamente había sido derrotado una ocasión en su feudo. Tras una buena planificación durante la semana -tratando de recrear las condiciones de césped artificial que se encontrarían en Vigo-, los Cachorros se presentaron en el estadio Baltasar Pujales para realizar un partido en el que el Castilla ganaba protagonismo con el paso de los minutos.
Durante el primer acto, el equipo gallego llevó más el peligro que su rival. Sin embargo, acciones de gol no tuvieron en exceso, y las que tenían las salvaban con calidad los dos centrales. Solamente un disparo claro concedieron los jefe de la zaga y Belman demostró porque es uno de los guardametas mejor valorados dentro de La Fábrica. El resto de jugadas, fueron acciones y balones colgados, que no llevaron mayor peligro.
Con el paso de los minutos, los jugadores madridistas comenzaron a creer más en sus posibilidades. La presión daba sus frutos, ya que las conducciones no eran claras con en este césped, y muy cerca estuvo Cristo de obtener el premio del día al recuperar un balón mal entregado por Brais, meta local, pero no logró sacar un disparo claro. Pero esos minutos sirvieron de preludio para lo que veríamos el primer tiempo.
Tras el paso por vestuarios, el Castilla mostró una versión mejorada a la mostrada minutos antes. Los Cachorros se erigieron como dueños y señores del partido, y si el gol no llegó, fue porque la madera así no lo quiso tras escupir un remate de cabeza de Óscar Rodríguez. Solari según continuaba el asedio, decidió dar entrada a Pedro para fijar a los dos centrales y buscar nuevas posibilides con el juego aéreo. Pero el gol, fiel a la sequía que vive el filial blanco, no respondió a la llamada de los blancos.
Sólo en los minutos finales el Rápido dio un paso atrás protagonizando un par de sustos. Pero como en el primer tiempo, ahí estaba un Javi Belman que había decidido que en su portería no iba a entrar ningún balón, terminando el encuentro en empate.
