RM 1 – 1 ATH: Kepa-se el Bayern

El portero del Athletic dio una exhibición en el primer tiempo. El Madrid, muy plano con el 4-4-2, mejoró con Bale e Isco. El portugués logró el empate cuando el partido ya agonizaba, y llega el Bayern

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Que pase el Bayern. O KEPA-se. El Real Madrid, en su último ensayo antes de la eliminatoria de semifinales de Champions ante los alemanes, no pudo pasar del empate (1-1) en casa ante un Athletic que fue un gol de Williams y un portero que sacó casi todo, porque sólo un tacón de Cristiano en un tiro blando de Modric pudo superar a un Arrizabalaga que se engrandeció en un recinto como el Bernabéu.

El partido tenía el morbo de ver a Kepa en el Bernabéu, tras su desdichado episodio de ficherío durante el mercado de enero, y el ondarrutarra decidió convertirse en algo así como La Gran Muralla vasca, una cosa de locos. Vestido de negro, sin un físico que llame especialmente la atención por exceso, si acaso por defecto, dio todo un clínic bajo palos en un primer tiempo absolutamente sobresaliente del buen meta del Athletic Club.

Primero frustró a Asensio, luego a Marcelo, después de nuevo a Asensio, más tarde a Cristiano… Y en la única ocasión en la que era virtualmente imposible que llegara, le ayudó el larguero para repeler un testarazo de Ronaldo que parecía más un cañonazo que un remate con la cabeza. Además, Kepa tiene dos cosas que otros porteros no tienen. O tres. Una es que juega bien y profundo con el pie. Otra, mucho más importante, es que bloca, no despeja, por lo que no deja segundas oportunidades al rival. Y la tercera es que viste como debe vestir un guardameta, de negro, nada de estridencias.

El Athletic, mientras, hizo su partido Aprovechó el pésimo balance defensivo de los blancos, otra vez, para que Córdoba descerrajara un pase magnífico a un Iñaki Williams que definió con sutileza ante un Keylor Navas muy respondido por parte de la afición del Bernabéu. No por esa jugada, pero el tico ha dejado de ser santo a ojos de varios

Peor fue lo de Benzema, claro, absolutamente invisible durante el partido y eso que el galo ayudó como pocas veces en tareas defensivas. Pero no ayudó, ni se asoció, ni por supuesto marcó. Con su salida del campo, igual que con la de un Asensio que hizo un par de jugadas pero que tampoco anduvo muy fino, el Madrid cambió el 4-4-2 de centros a la olla para jugar mucho más vertical, con Cristiano de nueve, Bale en banda e Isco para nutrirles de balones, y el Madrid, sin alardes, estuvo algo mejor. Sobre todo cuando la guadaña de otra derrota en casa amenazaba su yugular.

Cristiano Ronaldo marcó el empate en una jugada embarullada con mil rebots, quedaban tres minutos y eso es una infusión de sangre para Drácula. El Madrid puso cara de tiburón, en el minuto 87, y se fue a por todas. La misma cara que tendrá que tener los, al menos, 180 minutos ante el Bayern. Pero ni con el gesto afilado le dio para más: el Athletic, sin hacer nada del otro mundo salvo tener un porterazo, se agarró al empate y se lo llevó de vuelta a casa. Ensayo fallido.