El desplome de la cantera (II): resultados en picado

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El Juvenil A, campeón de Copa del Rey 2016-2017
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El problema que viene atravesando la cantera del Real Madrid no viene solo de ahora. Es una lenta regresión fácilmente cotejable con los resultados en mano de las últimas ligas disputadas por cada equipo. Desde la genial temporada 2012-2013 (a efectos de formación, al menos), la cosa ha ido a peor en todas las campañas siguientes. Con una única excepción: los buenos resultados de la campaña 2015-2016.

Así, y como puede comprobarse en la tabla reflejada a continuación, el número de equipos campeones en las fases regulares ha ido disminuyendo. Queda añadir a los efectos explicativos oportunos que en el verano de 2015 desapareció el Real Madrid C, motivo por el que La Fábrica cuenta con un equipo menos desde entonces.

El problema se encuentra en dilucidar las consecuencias de esta caída, lo que obligatoriamente induce a señalar a la actual dirección de cantera, encabezada principalmente por Ramón Martínez, Raúl González Blanco y Juni Calafat. Es obvio que tienen una parte importante de la responsabilidad, pues a fin de cuentas han tomado muchas de las decisiones que han marcado el devenir de La Fábrica esta temporada, pero otras muchas son consecuencia de la herencia recibida por su antecesor, Víctor Fernández, y por su equipo de trabajo, encabezado por Óscar Carazo.

A pesar de ello es un hecho indudable esta caída de resultados que está protagonizando la cantera del Real Madrid desde que en 2012-2013 se convirtiera en la escuela futbolística de desarrollo más importante de Europa y que contaba además con el mejor filial de España, un Castilla que era el único segundo equipo en Segunda División A.

No se trata de exigir siempre la consecuciónde todos los campeonatos, algo que sería utópico habiendo categorías tan duras como Infantil B o Alevín B, porque la gran importancia de la cantera reside en su trabajo de formación. No se trata, pues, de ganar por ganar a cualquier medio, pero sí queda claro que se puede sacar aún más jugo a la sensacional academia futbolística de la que dispone el Real Madrid, y que debe ser fiel reflejo de la ambición que se le debe presuponer a cualquier futbolista del primer equipo.