RM – CEL: Fin de año sin fiesta

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Se acabó la Liga en el Bernabéu. Cuando el Real Madrid salte al terreno de juego de su estadio de Concha Espina para medirse al Celta (20:45, BeIn LaLiga) en un partido en el que no hay nada en juego, esta catastrófica temporada 2017-2018 en las competiciones domésticas habrá llegado a su final, por fin. Después de 19 partidos de Liga y tres de Copa en los que es prácticamente imposible recordar una buena actuación de los de Zidane, si acaso aquel vendaval contra el Sevilla, el fútbol se apaga en el coliseo blanco. Es el fin de año, pero sin fiesta. Porque la fiesta, si llega, será en Kiev.

Llega, como todos los años por estas fechas, el momento de las despedidas. Casi seguro será la despedida del Santiago Bernabéu en su actual configuración: el lunes los últimos trabajadores del club tienen mudanza a las nuevas oficinas de Valdebebas y las direcciones generales se trasladan a primeros de junio. Todo el ala de Rafael Salgado quedará vacía y ya se podrán demoler la T4 y La Esquina del Bernabéu para poder utilizar el solar resultante como almacén de materiales para cuando empiece la obra de remodelación.

También llegará el momento de las despedidas de varios jugadores, cualquiera sabe cuáles. Los mandamases del Madrid no cesan de repetir en petit comité que una hipotética victoria en Kiev no va a servir para tapar las carencias de esta plantilla y llevan manos a la obra desde hace meses. Habrá salidas y entre bambalinas no se cesa de repetir que «algunas serán dolorosas». Pero como siempre, lo comido por lo servido: vendrán otros, se vestirán de blanco y harán olvidar a los que estuvieron.

Volviendo al partido, Zidane alineará un once sin Ramos, Casemiro y Benzema, los tres titulares indiscutibles que sí estuvieron en la jornada intersemanal ante el Sevilla, pero tampoco alineará a su once de gala. Ir dando minutos de competición a todos para que no pierdan el tono con la mente en Kiev y también ir poniendo en forma a Isco, que vuelve. En el Celta también tienen regreso celebrado, el de Aspas, que anda mosqueadísimo porque su equipo puede perder varios puntales muy importantes para la próxima temporada y él anda en pleno proceso de renovación. Suena, y muy fuerte, para el Aleti post Griezmann, pero al Madrid un delantero con su capacidad técnica y su mala leche sobre el campo le vendría de maravilla. Luego no digan que no avisé.

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Yo vi jugar a Del Bosque, así que llevo unos cuantos años yendo al Bernabéu. Socio desde 1986, mis recuerdos van ligados al Madrid del Di Stéfano entrenador, el de los cinco subcampeonatos, que me forjó en madridismo ante los malos tiempos, y al de la Quinta del Buitre, la poesía y las pelotas hechas fútbol. Desde 1996 dando la barrila en esto del periodismo deportivo, aunque hace años que es mi hobbie y no mi profesión.