No hay que darle más vueltas: el Real Madrid 18-19 va a depender casi en exclusiva de lo que haga Gareth Bale y de que las lesiones musculares, esos sóleos de bohemia, resistan sin romperse. Ante el Getafe, en el estreno liguero, el galés se despachó con un gol, un cabezazo al larguero y un centro que fue el preludio del tanto de Dani Carvajal. 2-0 en el arranque, en un partido completamente dominado por el Madrid, con cifras insultantes de posesión, pero con muy poco punch salvo cuando Bale, siempre Bale, percutía.
El partido no tuvo ninguna historia. Bordalás decidió arrancar LaLiga con los mismos jugadores del curso pasado, salvo los cambios obligados de David Soria y Maksimovic, buscando que sus jugadores sabrían que hacer: replegarse con orden, dejar pocos resquicios, conceder poco y tal vez salir a la contra haciendo daño. El Getafe le entregó el balón al Madrid y es cierto, sufrió muy poco, apenas cuatro remates blancos en todo el primer tiempo, pero el único entre los tres palos fue gol de Carvajal. De cabeza. Además, un testarazo violentísimo de Bale al larguero, un gol anulado a Ramos por una presunta falta previa y un penalti a favor que fue anulado por un fuera de juego previo. Como ahora con el VAR no se puede protestar, es lo que hay.
GOAAAAAAAAL Gareth Bale ??#RealMadridGetafe #HalaMadrid#LaLigapic.twitter.com/1YqNdwHmsJ
— Mido Al-khozndar ?? (@MidoSKhz) August 19, 2018
El Madrid, además, no sufrió nada en defensa. Carvajal y Marcelo eran extremos, y las lagunas de Kroos y Ramos las paliaba el defensa de guardia, Nacho, extraordinario todo el partido. Nada más comenzar el segundo tiempo, Bale acertó a embocar el 2-0 tras un error de Djené que en un solo partido, éste, logró emborronar toda su extraordinaria temporada anterior: estuvo sencillamente horrible.
De ahí al final, el pártido fue plano y plácido. Asensio intentó su gol, pero se encontró con el poste derecho de David Soria, acabaron disponiendo de minutos Casemiro, Modric y Lucas Vázquez y el Getafe acabó el encuentro hiperactivo, pegando palos y de nuevo con el VAR a favor por inacción, ante lo que pareció un penalti por empujón a Asensio que Estrada Fernández determinó, antes de ver el vídeo, como poco impetuoso para derribar al madridista. Así que no hubo nada más: 2-0, con tres remates a puerta y dos a los postes. Mucha posesión pero, parece, poca pólvora. Salvo cuando Bale decide acelerar.
