El Real Madrid sigue invicto y líder de ACB al vencer 92-67 al Divina Joventud, que dio una gran imagen pero sucumbió en el último cuarto. Campazzo, Deck, Rudy y Taylor dieron buena cuenta de los badaloneses que tuvieron en Laprovittola y Dimitrijevic a sus mejores hombres. A destacar también el oscuro trabajo de Tavares no muy afortunado en labores ofensivas. Muy buenos minutos los disputados por los argentinos que se entienden muy bien. El parcial de 25-9 en el último cuarto decidió el partido y puso de moda en el Wizink Center la Argentina Connection del Real Madrid.
Lo dijo Carles Durán antes del partido. Reconocían que era muy complicado que el Madrid perdiera en casa pero iban a intentar conseguir la victoria. Y durante el primer cuarto salieron sin complejos. Por mediación de Dawson y Laprovittola se pusieron varios minutos por delante. Y cuando se veían remontados, volvía el intercambio de liderato en el luminoso. El base argentino le comía literalmente la tostada a su compatriota Campazzo, bien por velocidad o por tiros (minuto 5, 10-14). Pero la segunda falta de Laprovittola supuso un gran alivio para los intereses blancos. El Madrid ahora por un titular Prepelic que lideraba a los meregues pero solo les servía para no perder comba. Los visitantes se mostraban duros. Entretanto vivieron la desgraciada lesión de Mathias en la rodilla. El jugador verdinegro se fue directamente a vestuarios asistido por la Cruz Roja y no pintaba nada bien. Volviendo al partido el Madrid lo intentaba pero no podía ante el empuje visitante. Se van los dos equipos al final del período con la ventaja por la mínima 22 a 23.
Al inicio del período varias pérdidas de balón por parte del Madrid coincidiendo con la entrada de Pantzar al que se le veía con ganas pero demasiado nervioso. Por los dos equipos ahora sobresalen dos jugadores. Por el Madrid, Rudy con tiros, asistencias no exento de defensa que ayuda a la remontada del Madrid (minuto 12, 26-31). Al balear se le une Deck que está mostrando que puede ser un jugador que puede aportar mucho al Madrid. Ya sea reboteando o en contraataque forzando faltas al contrario se convierten en dos buenos aliados. Entre los dos, 17 puntos que suponen la remontada en forma de parcial de 18-8 hasta el final del cuarto. La tercera falta de Laprovittola era de nuevo otra gran noticia al quedar desactivado el efecto del argentino que estaba haciendo mucho daño. Por los visitantes, Dimitrijevic le hacía el relevo pero se encontraba bastante solo. El resto muy irregular. Así se fueron al descanso con opciones como indicaba el luminoso con el 44 a 39. Por el Madrid Prepelic con 12 de valoración y Deck con 11 los mejores. El Divina Joventud aportaba 11 puntos de Dawson, Dimitrijevic y Laprovittola con 8 puntos cada uno.
Sale el Madrid dispuesto a cerrar el partido en los primeros minutos. Tras triple de Taylor (minuto 24, 55-45) los blancos van abriendo brecha con mucha confianza y mostrando un buen baloncesto. Sin embargo, los inéditos en la primera parte Todorovic y Birgander, haciendo un buen trabajo en la zona incluso teniendo a Tavares delante logran reducir la desventaja y se acercaban peligrosamente (minuto 25, 57-54). Los cambios de Laso surten efecto, al entrar Rudy, Pantzar y Deck. Reyes por su parte, haciéndose fuerte en la zona se empieza a poner las pilas. De nuevo Deck y Rudy empiezan a carburar y aunque no les sirve para marcharse en el marcador, al menos tenían una cierta ventaja (65-58 minuto 29).
Con una ofensiva muy estancada por ambos equipos, el Madrid en apenas 2 jugadas amplía un poco la diferencia a su favor (69-60, minuto 33). Mediado el cuarto, el Divina Joventud va dando muestras de cansancio tras el gran trabajo realizado y los blancos lo vuelven a aprovechar. Con otro mini-parcial de 5-1 dejando la máxima ventaja hasta el momento (74-61, minuto 34). A pesar del tiempo muerto visitante, el Madrid sigue venciendo y convenciendo (minuto 37, 81-61). El partido ya estaba roto y los triples cayeron del lado blanco. Al final 92 a 69 en un encuentro al que el Divina Joventud se le hizo muy largo el último cuarto.
