ROM 0 – 2 RM: De termas en Roma

El Madrid, que se clasificó para octavos antes de saltar al césped, ganó a trompicones en Roma asegurando el primer puesto de grupo. Bale y Lucas Vázquez, goleadores madridistas

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Fue una visita a una terma, algo así como baño y masaje. El Real Madrid empezó su partido en el Olímpico sabiendo que estaba clasificado para octavos de la Champions por el triunfo del Viktoria Plzen en Moscú, se llevó parecido meneo al de Ipurua en la primera parte pero, nada más empezar la segunda, se encontró con un gol casi regalado y, con la presa sanguinolenta en el pico, al bicho blanco no hay quien se le arrebate. El Madrid juega horrible, pero si se encuentra con un gol de repente lo hace mejor, las cosas de este equipo. 0-2 y a octavos como primeros de grupo.

Solari apostó por Marcos Llorente de inicio, además de cargarse a un Isco que se fue a la grada, y el hecho de que un medio centro juegue de medio centro, precisamente, le sienta fenomenal no sólo al Madrid, sino a cualquier equipo. El canterano madridista fue el mejor de largo del equipo en el primer tiempo, aunque tampoco es que tuviera que hacer mucho para ello: sus compañeros estuvieron lamentables, todos tirando de ese particular carro, más bien el Tren de la Bruja.

No empezó mal el Madrid, presionando arriba, pero con ninguna profundidad. Cuando se juega andando en las transiciones, ofensivas y defensivas, es casi imposible que salga nada. Sólo Llorente, intrépido al corte, esforzado en las coberturas, limpio en la salida, le daba algo de sentido al juego blanco. La Roma, equipo limitadísimo más aún sin Dzeko, y aún más todavía cuando El Sharaawy tuvo que retirarse lesionado, tuvo cuatro ocasiones escandalosas para el 1-0, pero entre Courtois, un remate de Kolarov desde Génova que salió fuera por milímetros y un error clamoroso de Ünder bajo palos, la cosa llegó al descanso en empate, aunque el Madrid parecía groggy.

Sin embargo, empezó el segundo tiempo y una tontuna entre Olsen y Fazio dejó en bandeja el gol de Bale, que provocó que la Roma se desplomara con estrépito y el Madrid pudiera calzase sus babuchas favoritas, las de remar con todo a favor, para anotar el segundo por medio de Lucas Vázquez y dejar el partido y el grupo sentenciados ante la terrible debilidad del rival, que se desmoronó al primer bofetón. Pase lo que pase en la última jornada, el Madrid es ya primero y la Roma, segunda. Hasta febrero, con la ida de octavos, en Europa toca baño y masaje, continuando con la terma romana.