Historia del RMCF: Un Madrid solidario con Vallecas y el Rayo

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En los últimos lustros se ha extendido se ha extendido de manera notable el antimadridismo. Depende a quién preguntes, las causas pueden ser variadas pero siempre aparecen los mismos nombres: Mourinho, la selección española, presuntas ayudas arbitrales, los títulos, Florentino Pérez… En la misma ciudad de Madrid el sentimiento también es extendido, lógico y entendible cuando uno de los grandes del futbol español y gran rival blanco habita en la misma ciudad, el Atlético. Sin embargo, y haciendo un parangón con la aldea gala de Asterix, también existe un pequeño núcleo en dos distritos al suroeste de la capital: Puente de Vallecas y Villa de Vallecas. Obviamente en Madrid hay espacio para ser del equipo que uno quiera, pero no deja de sorprender que en esa zona, además de apoyar al equipo de la zona, el Rayo Vallecano, haya crecido un sentimiento de animadversión contra el Real Madrid. De la sorpresa se pasa al estupor cuando no han sucedido hechos de rivalidad reseñables que puedan justificar esa rechazo frontal, máxime si ambos equipos nunca han luchado por los mismos objetivos, salvo en alguna eliminatoria copera. Lo que más duele, al menos para el que escribe esto, es cómo las nuevas generaciones han olvidado las ayudas que el Real Madrid prestó de manera desinteresada al pueblo y al equipo rayista cuando éste estaba en dificultades. Con ello no quiere decir que se haya que estar en deuda eterna, pero tampoco a la inquina. Como quiera que estos reportajes no buscan polemizar sino sólo recordar la historia, vamos a viajar a la década de los 60 para recordar varios partidos amistosos con gestos solidarios y de amistad que el Real Madrid o sus jugadores disputaron en el viejo estadio de Vallecas.

1. La tragedia de la calle Uceda y el debut de Manolo Velázquez

La tragedia de la calle Uceda.

Era un martes por la tarde de finales de febrero de 1961, con el reloj avanzado para marcar el final de la jornada laboral, cuando una violenta explosión sacudió la barriada de Vallecas. En los bajos del numero 19 de la calle Uceda un accidente fortuito en una empresa de monturas de gafas propició una deflagración que, acompañada de un incendio, atrapó a la mayoría de trabajadoras que aun se encontraban en las instalaciones. Pese a la rápida llegada de los bomberos, y tras sofocarse el incendio, el conteo de cadáveres se fue mas allá de la veintena, aumentando en los días siguientes con aquellas jóvenes muchachas que no pudieron superar las graves quemaduras sufridas. En total 24 personas fallecían en el trágico incendio, en su mayor parte chicas que no llegaban a la mayoria de edad y que ayudaban de esta forma con sus sueldos en casa.

La directiva madridista, como en otras ocasiones, quiso ayudar a los damnificados y se ofreció al Rayo Vallecano para disputar un amistoso en Vallecas con la idea de recaudar fondos en beneficio de las familias. En principio se pensó en jugar el 9 de marzo, pero como al día siguiente el Madrid tenia un compromiso ya apalabrado en Egipto se decidió posponer el partido para finales de ese mes. Bernabéu no quería llevar un equipo reserva, sino presentar un equipo con bastante titulares para ser mas atractivo y que asistiera más publico. Pese a la dificultad de encuadrar el partido en el calendario se logró disputar el encuentro el 29 de marzo a las 16:30 en el estadio de Vallecas. Muñoz jugo aquella tarde con Dominguez (Bagur 45′), Miche, Ruiz, Felo, Manceñido, Zarraga, Herrera, Mateos (Velazquez 80’), Simonsson, Rial y Canario (Villa 45′). Un buen equipo pese a que faltaban los internacionales llamados para disputar un amistoso entre España y Francia en Chamartín. En el palco tanto Bernabéu como Saporta vieron como la hinchada vallecana no dejó solos a los suyos y casi llenó el viejo estadio para asistir al partido, al mismo tiempo que saltaban al césped con pancartas de apoyo y agradecimiento al Real Madrid por su noble gesto. Por parte rayista jugaron Quintero, Barragán, Olavarrieta, Foces, Carrillo, Cobo, Peñalva, Magan, Buendía, Vallejo y Joseito, quien hacia de capitán y había sido delantero madridista entre 1951 y 1959, cuatro Copas de Europa y cuatro Ligas en su palmarés. Tras un minuto de silencio y el rezo de un Padre Nuestro en memoria de las victimas, comenzó el partido.

Las alineaciones de Real Madrid y Rayo en aquel partido benéfico.

Todo el esquema que presentó el Rayo Vallecano se vino abajo rápidamente al robar un balón el sueco Simonsson y ceder a Mateos para que éste adelantara a los blancos, cuando no habían pasado ni un par de minutos desde el pitido inicial. La diferencia entre ambos equipos fue patente y los rayistas apenas lograron intimidar a los blancos, sino todo lo contrario, ya que estos ampliaron su ventaja antes del descanso al marcar Rial el 0-2. En la segunda mitad el Rayo cambió de inicio a siete jugadores pero Bagur vio sin peligrar su marco. El Madrid ampliaría su ventaja durante esta mitad con un gol vallecano en propia puerta y el partido tendría en su ocaso la aparición de un juvenil supliendo a Mateos que con el tiempo se convertiría en el recordado cerebro del equipo blanco durante doce temporadas: Manolo Velázquez. Tras el pitido final, con 0-3 para los blancos, grandes aplausos y una gran recaudación para paliar en parte la desgracia acaecida.

2. Ayudas, ascenso e insignias

Tras un lustro en Segunda División, el Rayo pierde también esa categoría y comienza un peregrinaje por la Tercera. Años duros para el equipo en los cuales la ayuda que prestaba el Atlético desapareció. Los dirigentes rayistas se movieron en todas las direcciones para recabar nuevos apoyos, y más en una categoría tan difícil, por lo que acabaron llamando a las puertas de las oficinas blancas. Allí el Madrid finalmente cedió a la pretensiones rayistas y acabo echando una mano a los franjirojos. Bernabéu decidió que el equipo amateur jugara sus encuentros en Vallecas asumiendo los gastos y dándole una parte de la recaudación al Rayo. Asimismo se decidió que el Madrid correría con los gastos de los días de partido del Rayo a cambio de una parte de la recaudación, además de hacerse cargo de algunos sueldos de jugadores rayistas.

También el Madrid quiso ayudar en la parcela deportiva y cedió a diversos jugadores para la plantilla vallecana. La colaboración termino dando sus frutos y la temporada 64-65 el Rayo dio una exhibición en su grupo de Tercera finalizando en primera posición imbatido, con mas de 100 goles a favor y unicamente 14 en contra. En la promoción eliminó al Xerez, donde perdería en la vuelta su único partido, para conseguir el ascenso al derrotar en los dos partidos al Ferrol. La hinchada vallecana se lanzó a las calles y una veintena de peñas no quiso esperar a la llegada del equipo desde Ferrol, por lo que se fue hasta Puerta de Hierro para esperar al autobús rayista y llegar en corteo hasta la barriada. El Madrid también quiso poner su granito de arena al ascenso y el partido amistoso que los blancos, campeones de Liga, iban a disputar ante el Girondins de Burdeos se trasladó a Vallecas para que el Rayo jugara ante ellos y se homenajeara de esta forma al equipo y afición por el ascenso.

Puskas, en primer plano, con la camiseta del Rayo.

A mediados de junio el subcampeón de Francia visito Vallecas pero con un Rayo distinto al habitual. Para agradar tanto a franceses como a rayistas, el Madrid decidió reforzar al equipo vallecano con varios jugadores de la primera plantilla madridista, por lo que a las 11:30 salto al césped un Rayo formado por Sepúlveda (Martín Pérez), Flores, De Felipe, Chufi (Garcia), Santos, Sanchis (Sanchez), Serena, Segovia, Maxi, Puskas y Gento. El viejo estadio de Vallecas se llenó para un partido en el que, si bien al principio le costó al combinado madrileño acoplarse, poco a poco lo fue sobrellevando hasta adelantarse en el marcador pasado el cuarto de hora por medio de Puskas. Al poco de finalizar la primera parte una falta sacada por Gento le llega al húngaro, quien lanza otro disparo que acaba en los pies de Segovia que solo tiene que empujar la pelota. El 2-0 seria a la postre definitivo y cerraría el partido homenaje a una gran temporada rayista. Para el recuerdo quedaran las fotos de historicos jugadores madridistas con la elástica de la franja.

Arriba: De Felipe (2º Izq.) y Sanchis 2)º Derecha). En cuclillas: Serena (1º Izq.), Puskas (centro) y Gento (3º Derecha).

El gesto continuado del Madrid hacia el Rayo no cayó en saco roto en Vallecas y apenas dos semanas después se organizó un nuevo partido amistoso, que serviría de homenaje a los propios jugadores vallecanos, los cuales recibirían la recaudación del partido y al mismo tiempo se realizaría en la previa un homenaje a Santiago Bernabéu. Pese a no llegar esta vez al lleno, la hinchada vallecana quiso estar presente en un buen numero para honrar nuevamente a los suyos. El técnico vallecano Pedro Eguiluz, que había estado varios años como entrenador en la cantera madridista, formo aquella mañana con Sepúlveda (Martín Pérez), Flores (García), Corcuera (Dalmáu), Chufi, José Luis (Baena), Gonzalez (Sánchez); Guillón (Juanito), Segovia, Frutos (Zapater), Morilla (Domeneche) y Felines. Por parte madridista acudió con Puskas como gran estrella pero con un equipo mixto entre reservas y jugador amateurs, formando con Beltrán, Pagolo, Jose Luis, De Felipe (Calderon), Raba, Mario, Lorenzo (Cebrian), Juanito (Lizara), Iznata (Viñas), Puskas y Tunez. En la previa Bernabéu salto al campo donde le fue impuesta por el presidente vallecano la insignia de oro y brillantes de la entidad. El máximo mandatario blanco agradeció el gesto y aprovecho para dedicar unas palabras a los aficionados presentes: «Ni Vallecas ni el Rayo deben nada al Madrid. Somos nosotros los que estamos orgullosos por esta colaboración y porque esta popular y ejemplar barriada nos comprenda y estimule«. El partido, pese al calor y el cansancio de la larga temporada, fue entretenido y ambos equipos jugaron con ganas e ilusión. Bastante variación en el marcador para finalizar con 3-3, con dos goles de Segovia y otro de Guillón para los franjirrojos y Juanito, Tunez y Lizara para los madridistas. Tras el partido ambos equipos y directivas lo celebraron en un restaurante del barrio, donde nuevamente Bernabéu fue agasajado con un placa y el nombramiento como socio de honor del Rayo Vallecano.

Bernabéu recibe la insiginia de oro y brillantes del Rayo por medio de su presidente, Juan Roiz.
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Con mi Insignia de Plata en un lugar privilegiado e intentando llegar a la de Oro, nada se puede comparar a la 7ª cuando uno ha sufrido todas las decepciones europeas de la segunda mitad de los 80. Abuelo, lo que hubieras disfrutado con los 11 de blanco, ya tenemos el doble de Copas de Europa desde que te fuiste y aquí seguimos, disfrutando y recordando a todos aquellos que de una u otra manera han hecho posible que seamos lo que somos.