GIR 1 – 3 RM: Benzemarramiau

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El Gato ya no caza ratones. Caza bisontes, antílopes, velocirráptors o lo que se le ponga por delante. Ha sido romperse un dedo y Benzema, Benzemarramiau, como si al retorcerse el dedo en el césped hubiera puesto el interruptor en ‘on’, anda absolutamente desatado. Dos goles del francés y uno de Marcos Llorente sellaron el pase de los de Solari ante el Girona (1-3), a dos pasos de la final copera del Villamarín.

Que el Madrid tenía el camino más que despejado para llegar a semifinales de Copa era un hecho por su evidente mejora, la mala racha del Girona (llegaba tras diez partidos sin ganar) y el momento dulce de Karim Benzema. Y además, porque la primera que tuvo el equipo de Eusebio, un lanzamiento cruzado de Granell, se estrelló contra el larguero de Keylor Navas, con el partido recién comenzado. Ésa es otra de las señas de identidad del tico: la suerte le sonríe en este tipo de ocasiones esta temporada.

Y a partir de ahí, el partido se acabó. El Madrid jugó extraordinariamente cómodo, porque el Girona, entre lesionados y reservados para la Liga, tampoco presentó sus mejores armas para intentar la machada. Llorente y Kroos se bastaron para cercenar las ansias atacantes del cuadro local, y Stuani pasó prácticamente de puntillas por el partido, perdido entre Varane y Ramos. Y si encima Vinicius y Benzema andan con las luces encendidas, pues pasa lo que tenía que pasar. El francés clavó dos goles antes del descanso, uno a pase de Carvajal y otro del brasileño, los dos muy en su línea actual: da igual lo que haga porque va para dentro, está tocado por una varita. Nada que ver con ese Benzema al que algunas veces le cuesta más marcar un gol que hacerse él solo la obra de El Escorial en una tarde.

Con Benzema así, claro, todo es más fácil. Y a eso hay que añadir que los centrocampistas, que habían pasado completamente inadvertidos hasta enero a lo largo de la temporada, hayan recuperado el tino goleador, aunque Lucas Vázquez estrelló un disparo en el poste a puerta vacía. Con remates desde fuera del área, el rival tiene que cerrarse menos, y eso permite que el Madrid haya dejado de ser una pasa, por lo seco que estaba en ataque, y la cosa vuelva a tener flow. Ante el Girona, y cuando los locales andaban felices tras el buen gol de Porro, Llorente (anotó el 1-3 cuando aún quedaba algo menos de un cuarto de hora para el final del partido y echó la persiana a la eliminatoria. Precisamente él, con lo que se criticaba en la cantera por su falta de gol. Pero eso es lo de menos. Semifinales de Copa. A ver quién cae en el sorteo.