ATM 1 – 3 RM: El Madrid pasa la ITV

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Ya es oficial, sí. Lo parecía, pero faltaba el sello final de Tráfico. A base de persistencia, sobre todo de Vinicius, el Real Madrid ha pasado la ITV y puede seguir circulando, habrá que ver hasta cuando. El automóvil descacharrado y descacharrante de septiembre se ha convertido en una limousina de las caras. En un ‘haiga’ que devora kilómetros a toda pastilla y, aunque se recaliente en alguna cuestecilla, al final tira para delante. Los de Solari asaltaron el Wanda Metropolitano (1-3) en un partido en el que se sufrió en algunos tramos pero en el que la calidad, la experiencia y la capacidad de jugar a lo que le proponga el adversario se impusieron a un Atlético que dio muchos palos, demasiados.

Pero esos palos no lograron siquiera averiar un amortiguador del Real Madrid. Solari apostó por Reguilón en el carril izquierdo y alineó a su equipo de garantías, y éste responde siempre. Y eso que Benzema tuvo un día más plomizo que últimamente y Modric no anduvo demasiado acertado. Pero el resto rayó a buen nivel, empezando por un Casemiro que fue un frontón en el centro del campo. Precisamente el 0-1 fue suyo, cuando el mal arranque de los blancos hacía presagiar una tarde complicada. Una chilena al borde del área pequeña tras un despiste de la zaga rojiblanca y un Oblak que se puso de costadillo a intentar tapar el remate.

Ese gol desmadejó el partido. La presión alta del Atlético, que en los primeros diez minutos ni dejó a los de Solari salir de su área, desapareció, y Vinicius se decidió a ser protagonista del partido. El brasileño, con 18 años, protagonizó una proeza, se vista como se vista. Su primer derbi de verdad, fuera de casa, tras tantos partidos sin descanso, ante un rival tan complicado como el Atlético y con la carga a cuestas de la tragedia del Flamengo. Nada de eso le obnubiló. El chico está hecho de otra pasta, se encarga de demostrarlo en cada jugada y los errores que comete, porque los comete, no lastran su juego. Se gira, sonríe, vuelve a meterse y a seguir. Da gusto verle.

El gol del empate del Atlético llegó, precisamente, tras un error de Vinicius, del árbitro y del VAR. El brasileño arriesgó demasiado en la salida de balón, metiéndose en un berenjenal ante un Correa que le hizo falta. No la vio el árbitro, el argentino le metió un gran pase a Griezmann a la espalda de los centrales blancos y el francés la embocó bajo las piernas de Courtois. El VAR, por esas cosas que ni Dios entiende, no vio la falta previa pese a la consulta.

Pero el tanto atlético no cambió el rumbo del partido, el Madrid tenía el control de todo lo que sucedía en el campo y Vinicius enmendó su error sacando un penalti a Giménez que Ramos embocó, justo antes del descanso. Penalti de los justitos, la falta pareció iniciarse fuera del área aunque el brasileño cayera dentro, pero el VAR no enmendó al árbitro y el Madrid se fue al descanso en ventaja.

Cuando todo apuntaba a que el Atlético sadría a morir en la segunda parte, todo lo contrario. El Madrid se manejó a las mil maravillas, porque fue capaz de sobreponerse a todas las circunstancias del partido, y además el Atlético salió no a morir, sino a matar: a matar a palos. Reguilón recibió patadas de todos los colores, el Atlético se sobrecargó de amarillas y estaba claro que acabaría con expulsados: le tocó a Thomas, pero ya casi al final del partido. Antes, Morata vio cómo el VAR le anulaba un golazo por fuera de juego, que sí era, y Bale, que había perdido una carrera en velocidad con Arias, metió un golazo tras entrar por Vinicius. El desparpajo de Vinicius y la pegada de Bale y el Madrid habrá encontrado un nuevo Cristiano. De momento, ha pasado la ITV y sigue en carrera, incluso en Liga donde ya es segundo. Que tiemblen los demás.

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Yo vi jugar a Del Bosque, así que llevo unos cuantos años yendo al Bernabéu. Socio desde 1986, mis recuerdos van ligados al Madrid del Di Stéfano entrenador, el de los cinco subcampeonatos, que me forjó en madridismo ante los malos tiempos, y al de la Quinta del Buitre, la poesía y las pelotas hechas fútbol. Desde 1996 dando la barrila en esto del periodismo deportivo, aunque hace años que es mi hobbie y no mi profesión.