Empezar saliendo de Madrid para llegar a Amsterdam con el fin de volver a acabar en Madrid, pero dentro de tres meses. El Real Madrid arranca ante el Ajax, en el Johan Cruyjff ArenA (las dos aes mayúsculas, por favor), la defensa con fuego real de su actual trientorchado continental. Se acabaron los partidos insípidos de la fase de grupos y empieza lo mollar, la chicha: eliminatorias. Ahora es cuando la Champions da el pistoletazo de salida tras el bodrio otoñal.
El Madrid acude a Amsterdam con la figura de ligoncete de la discoteca, todas las chatis rendidas a sus pies, castizo y generoso como ha sido siempre, pero conviene no confiarse. Hasta en trece ocasiones ha sido capaz de acabar la noche en el huerto (ejem) pero en otras muchas, siempre demasiadas, acabó pidiendo diez eurillos para regresar a casa en taxi (o en VTC, no se me enfaden ustedes). La mejor noche de los tiempos recientes tuvo lugar precisamente en Amsterdam, con aquel gol de Mijatovic, tantos años de celibato europeo, 32, que el Madrid podía hacerse pasar por el Arzobispo de Canterbury.
Pero eso pasó, y ahora lo que todo el mundo aguarda es cuándo acabará esta dinastía blanca que dura ya tres años, o cinco con un pequeño paréntesis. Porque algún día tendrá que acabar. Los madridistas rezan para que no sea esta vez, para prolongar una estación más el viaje, mientras que todos los demás, absolutamente todos, esperan con la guadaña para decapitar al monstruo de trece cabezas. Eso incluye al Ajax, que aunque anda de capa caída en este tramo de temporada pondrá todo sobre el tapete para acabar con el rey.
En esta primera parada de la línea circular, din don din próxima estación Amsterdam, el Madrid contará con la baja casi segura de un Varane que contrajo un gripazo en estos días pasados y que ayer no pudo entrenarse. Lo normal sería que Solari le diera cancha a Marcelo y a Bale, el primero entrando por Reguilón y el segundo, bien por Lucas bien por Vinicius, porque el hispanoargentino tonto no es y sabe que para ganar la Champions el concurso del lateral brasileño y del zurdo galés será absolutamente imprescindible, y mejor tenerles alistados que enfadados. Por lo demás, once de gala y competición de gala, no hace falta decir nada más.
El Ajax, por su parte, ya no es el que asustó en el arranque de la competición, con el fútbol total que intentó aplicar Ten Hag hasta que el castillo de naipes se le desmontó: los lanceros son un caladero de sardinas, y todos los grandes de Europa van de pesca a sus aguas. Los cantos de sirena hacen mucho daño en equipos participantes en competiciones menores y es imposible mantener la competitividad cuando tus mejores hombres tienen las maletas hechas antes incluso de que les den el billete de su próximo destino. Aún así, cuidado: son buenos (no tanto como los blancos, por supuesto), decididos y aguerridos. Y eso supone que son capaces de liársela a cualquiera si el que está enfrente no anda al cien por cien en todas las facetas.
