RM 1 – 2 GIR: Matinal de Halloween

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El Madrid se pensó que la matinal de febrero era en noviembre: en Halloween. Y decidió disfrazarse de fantasma, de cosa incorpórea e insustancial, para claudicar de LaLiga quién sabe si definitivamente. Una derrota sin paliativos ante el Girona (1-2) en un encuentro que no empezó mal, sin ritmo pero no mal, y acabó con diez por expulsión de Ramos y a merced de un Girona donde Granell dio un curso de medio centro.

El Madrid no comenzó mal, controlando el partido sin problemas ante un Girona que acusaba el vértigo de estar tan asomado al descenso y tanto tiempo sin ganar, seis partidos perdiendo de manera consecutiva. Eusebio cambió el sistema de tres centrales por uno 4-4-2 más clásico y los de Solari jugaron casi a placer.

Con Casemiro y Kroos controlando el tránsito por el centro del campo (Ceballos estuvo desaparecido), el Madrid rondaba a Bono. Sin mucho punch, echando de menos la verticalidad de Vinicius (suplente) y Modric (sancionado), pero con todo controlado: mañanita de cerveza y aceitunas, parecía. Más aún cuando Casemiro, de gran cabezazo, acertó a superar a Bono a centro de Kroos. El Madrid no sufría, antes del gol Lucas tuvo una magnífica ocasión, Asensio se veía con brío… Courtois sólo tuvo que intervenir en una jugada a la contra del equipo gerundense, rechazando un remate de Stuani.

Todo cambió en la segunda parte. Primero, el Madrid intensificó su presión adelantada, y el Girona pareció rendirse, pese a los dos cambios de Eusebio en el descanso: Lozano y Aleix García. Pero fue un espejismos. El técnico visitante le ganó la batalla a un Solari que no se enteró de por dónde le llegaba el aire: con los cambios, el Girona comenzó a buscar los centros al área percutiendo sobre la zona menos protegida, el segundo palo, donde Odriozola y Marcelo no son precisamente la panacea. Y así, poco a poco, comenzó a hacerse con el control del juego, con un Granell sobresaliente.

Y manejó el encuentro, vaya si lo manejó. Mil y una ocasiones llegando al segundo poste, dos remates a la madera de los gerundeses, el penalti claro por mano de Ramos que transformó Stuani, el gol de Portu, Solari errando en los cambios al dejar a su equipo desguarnecido en el centro y sin saber atajar la sangría… Ramos, que se puso el mismo disfraz de noviembre que decidió ponerse todo el Madrid, fue expulsado, y el partido y la Liga se fueron por el sumidero, Bale desaparecido y Vinicius en el campo demasiado tarde. El Clásico liguero de dentro de unos días pierde casi todo su interés, toca todo a Copas.