RM – FCB: Manual de supervivencia

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Sin escribas ni amanuenses interpuestos, y es de desear que más ameno y menos fantástico que el libro del remasterizado que lleva el mismo título, pero el Real Madrid afronta seis días cruciales en el Bernabéu para escribir su propio Manual de Supervivencia en esta temporada 2018-2019. Para empezar, el enfrentamiento de vuelta de Copa ante el FC Barcelona de esta noche (21:00, La1 y Gol) que dará acceso a un puesto en la finalísima copera; el sábado, de nuevo choque ante los culés para mantener viva la chispa de la Liga; y el martes, el Ajax en Champions, sin Ramos y sin épica, para tratar de certificar que sigue de Tour por Europa. Casi nada al aparato.

Conviene no engañarse. El partido se le aparece al Real Madrid de nuevo en un momento cuesta arriba en esa suerte de montaña rusa en el que ha convertido la temporada. Cuando parecía que todo sonreía de nuevo, el trastazo ante el Girona y el horripilante juego ante el Levante han hecho encender todas las alarmas. Sí, normalmente este equipo, tan paseante en el día a día, se enchufa para los grandes días. Pero también era un gran día el del 5-1 en el Camp Nou de la ida liguera, o el de la tunda que se llevó ante el CSKA en Champions por el marco de la competición en disputa… El Madrid tiene un grave problema sobre el campo esta temporada y es que no es fiable: es capaz de lo mejor y de lo peor no sólo de un partido a otro, sino incluso dentro de un mismo partido. Puede ser tanto el Brasil de Pelé y como el Puerta Bonita en diferentes tramos de un encuentro. Y eso es una moneda al aire, siempre.

La moneda de Solari ante un Barcelona que para colmo suele sacar buenos resultados en el Bernabéu será la de alinear a su once de carrerilla, porque el argentino es poco dado a las sorpresas y, como todos los que se consideran a sí mismos grandes líderes, se rodea de un núcleo duro inquebrantable con el que triunfará o morirá. Keylor Navas vuelve a la portería en su competición y la duda estriba en si Reguilón o Marcelo ocuparán el carril izquierdo en defensa. Arriba, el Madrid se encomienda a la velociad, el vértigo y el descaro, aún no al tino y a la puntería, de Vinicius, el rescoldo de la brasa blanca. El sumo hacedor de butifarras.

El Barcelona, por su parte, acude absolutamente tranquilo al duelo de esta noche, dado que aparte de suponer una puñalada en el corazón a su enemigo eterno con un Messi que el fin de semana pasado volvió de su hibernación no se juega nada más. No es poco, pero sus miras están puestas en el Wanda: campeonar en Europa, en un estadio en Madrid y destronando al Real tras tres temporadas sometiendo bajo su yugo a la Europa futbolística. Lo que para el Madrid es un agarrarse a la vida, para los de Valverde es un partido más. Con morbo, pero un partido más. El fútbol, que tiene estas cosas.