La guerra entre Javier Tebas y Jaume Roures con Florentino Pérez tiene varios frentes abiertos desde hace muchos años, pero ningún otro puede ser catalogado como Zona Cero del conflicto tanto como la tan cacareda Superliga Europea, el sueño del presidente del Real Madrid y una carga de profundidad contra el modelo de negocio de MediaPro, tenedor de derechos futbolísticos por medio orbe y que sufriría unas pérdidas milmillonarias en caso de ponerse en marcha la nueva competición.
Tebas, a quien se ha relacionado como el puño de hierro de Jaume Roures desde sus inicios, es junto con Richard Scudamore, el presidente de la Premier League, el gran defensor a la hora de mantener el actual sistema de competición, con el peso no preponderante pero sí muy importante de las ligas nacionales en el orden futbolístico mundial. Una defensa que tiene que ver tanto por su propio papel de guardés de la finca que controla, LaLiga y sus competiciones de Primera, Segunda y Segunda B, como por su cercanía con MediaPro, tenedora de gran parte de los derechos televisivos de esa competición.
Tebas no va a permitir, ni por asomo, que Real Madrid y Barcelona, dos de los grandes agitadores de la nueva Superliga que circula entre bambalinas ideada por el multimillonario norteamericano Stephen Ross, se salgan con la suya, devalúen su producto, destrocen las competiciones de clubes tradicionales y provoquen unas pérdidas millonarias al resto de equipos y a MediaPro. Tebas siempre ha estado directamente enfrentado a los dos representantes del Real Madrid en LaLiga, el CEO José Ángel Sánchez y el director de los servicios jurídicos Javier López Farré, pero ahora la cosa va más allá: la cosa va de ponerle bridas a Florentino Pérez para que el orden futbolístico mundial no se vea alterado. Y en las guerras no se hacen prisioneros.
