LEG – RM: La enésima estación de penitencia

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Estamos en Semana Santa, con sus capirotes, sus cirios y el olor a incienso ambientando numerosas calles de la geografía española. Y en plena ebullición de sentimiento cofrade, hoy, lunes para más señas, le toca salir en procesión la recientemente conformada Coronada Hermandad de las Angustias, anteriormente conocida como Real Madrid. Lo hará por Leganés, en Butarque (21:00, BeIn LaLiga), en la enésima estación de penitencia de lo que fue un señor equipo y ha quedado como un estorbo para poder ver con calma en un horario decente, al regresar del trabajo, el estreno de la nueva temporada de Juego de Tronos. Así pues, es para colmo una procesión de silencio, porque el partido ha despertado menos interés que el relleno de las croquetas del Bar Paco.

No es un lugar, Leganés, que le traiga especialmente buenos recuerdos a Zinedine Zidane, porque precisamente allí contra se rival su equipo del curso pasado, el que llevaba el doblete Liga-Champions en su Cruz de Guía, se pegó un trompazo el curso pasado para caer eliminado en Copa del Rey. Dicen algunos que coincidió con la decisión del club de traspasar a Cristiano Ronaldo a final de temporada y con Zidane comunicándole al Real Madrid que, de dejar escapar al portugués, él se iría inmediatamente después. Cosas que, curiosamente, sucedieron en cuanto se regresó de la triunfante campaña europea con final en Kiev…

Pero estamos en Leganés, con un partido de Liga en el que el Real Madrid no tiene nada que ganar y nada que perder, una vez mancillado su honor por esa corriente de pseudomadridismo millennial que permite palmar ligas como quien bebe café porque lo importante es la Champions: es el Madrid de los gandules, en la grada, en el palco y en el campo. El equipo se clasificará para la Copa de Europa de la próxima temporada y listo. Lo que sí servirá es para convertirse en la enésima función del vergonzoso y vergonzante casting de jugadores público. Hoy podría volver Carvajal, recuperado de su lesión, y también parece que será turno de nuevo para Isco y Ceballos.

Es curioso: el casting, en lugar de ser con los jugadores que Zidane no conoce es siempre, siempre, dejando fuera a los más débiles (Reguilón, Mariano y Brahim se cayeron de la lista) para que el vacasagradismo siga campando a sus anchas. Más de lo mismo. La temporada que viene seguirá en la plantilla el núcleo duro del vestuario, con un año más, resabiados una temporada extra, con más plomo en las piernas, mientras los jóvenes que necesitan minutos tendrán que hacer el petate para que otros jóvenes que necesitan minutos vengan aquí a ocupar su lugar, vuelvan a no tener minutos y tengan que salir para dejar su sitio a otros, en el bucle infernal de la autocomplacencia en que se ha instalado el club blanco. Ellos sabrán. Mientras tanto, ¡al cielo con ella!

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Yo vi jugar a Del Bosque, así que llevo unos cuantos años yendo al Bernabéu. Socio desde 1986, mis recuerdos van ligados al Madrid del Di Stéfano entrenador, el de los cinco subcampeonatos, que me forjó en madridismo ante los malos tiempos, y al de la Quinta del Buitre, la poesía y las pelotas hechas fútbol. Desde 1996 dando la barrila en esto del periodismo deportivo, aunque hace años que es mi hobbie y no mi profesión.