CAR 2 – 0 CAS: Un sueño de doce minutos

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Al Castilla le duró doce minutos el sueño del ascenso en Cartagonova. En esos doce minutos, los locales marcaron dos goles, dieron cuatro patadas violentísimas para marcar territorio y calibrar al árbitro y el partido se murió ahí, justo ahí. Porque no hubo nada más. El filial blanco se achicó extraordinariamente ante un ambiente hostil, un rival muy duro y a veces violento y un árbitro bizcochón para certificar que el año que viene volverá a jugar en Segunda B, aunque será con un equipo muy distinto a éste, que acaba ciclo.

Tampoco será un drama. Tras dos años, sólo tres jugadores han mostrado seguro nivel de Primera División: Cristo y Javi Sánchez, además de De Frutos, recién llegado y un brillante regalo para la temporada. Es un jugadorazo, aunque en Cartagonova no tuvo su día: cada balón que cogía era falta rival. Y no de las normales, sino de las que te arrolla un camión. Le temían, le pararon a patadas y a los de Munua les funcionó.

El Castilla salió echo un flan al campo y en doce minutos ya iba por detrás en la eliminatoria, tras el 3-1 de la ida. Ese gol encajado en Valdebebas, cuando el equipo ganaba 3-0 y el rival estaba con diez, fue al final decisivo. Los goles de Elady y del ex castillista Cordero hacían presagiar una debacle colosal para los Cachorros… Pero no.

Porque el Cartagena decidió refugiarse en su campo, perder tiempo y dar un hachazo a cada jugador madridista que decidiera hacer algo distinto. Sí, el árbitro permitió demasiado a los locales, que pudieron acabar con nueve tranquilamente. Pero no menos cierto es que el Castilla se fue Cartagonova sin disparar ni una sola vez entre los tres palos. Ni una. Y eso que Manolo Díaz puso sobre el césped todo lo que tenía.

Es el final de una etapa: Luca, Dani Fernández, Javi, Álex, Jaume, Fidalgo, Seoane, Dani Gómez, Cristo y De Frutos no estarán seguro en el próximo proyecto del Castilla, por citar sólo titulares en este partido. Alguno estará en Primera División, seguro, Valladolid o Getafe como destinos predilectos. En Cartagena el equipo hizo aguas pero es lo que hay: el Castilla es el equipo en el que aterrizan los juveniles de 18 años que sobresalen en el club. Y cuando te bates el cobre contra tiarrones de 35 con más kilómetros que la mochila de Phileas Fogg, que pegan leches como panes y que se las saben todas, aspirar a más es una aspiración legítima, pero un milagro. El milagro de Raúl González es lo que tocará apoyar para la próxima temporada.

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Yo vi jugar a Del Bosque, así que llevo unos cuantos años yendo al Bernabéu. Socio desde 1986, mis recuerdos van ligados al Madrid del Di Stéfano entrenador, el de los cinco subcampeonatos, que me forjó en madridismo ante los malos tiempos, y al de la Quinta del Buitre, la poesía y las pelotas hechas fútbol. Desde 1996 dando la barrila en esto del periodismo deportivo, aunque hace años que es mi hobbie y no mi profesión.