PSG – RM: Zidane y Skellig Michael

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Zidane busca su isla Skellig Michael en París. O Ahch-To, como prefieran. El Real Madrid visita el Parque de los Príncipes esta noche (21:00, Movistar Liga de Campeones) en el arranque de una nueva Champions y allí, en el luga. EL r donde empezó todo, en el mismo sitio donde el 13 de junio de 1956 el equipo blanco conquistó La Primera ante el Stade de Reims, le tocará a los blancos encontrarse para saber qué quiere ser este curso. Como Luke Skywalker en Los Últimos Jedi.

El sitio donde empezó todo, París, donde se encuentra el secreto original del éxito europeo del Real Madrid, insuperable. Tras destruír estrellas de la muerte, derrotar enemigos por todos los rincones de la galaxia y sacarle brillo a las espadas láser, Zidane y el Real Madrid arrancan una nueva edición de la Champions sin saber muy bien qué son, si un equipo legendario en su declive natural o un equipo legendario que el año pasado se atragantó con un hueso de aceituna. «Es hora de que los Jedi se acaben», le dice Luke a Rey en el Episodio VIII. El Madrid, eso sí, no se va a acabar.

Sí será el primer entrenamiento Jedi para tres Padawans. Militao, Mendy y Hazard tienen un bautismo de fuego en París ante un Madrid igual de lastrado por las lesiones que el PSG. Un PSG que, según los Teleñecos, es un «equipo estado» que está masacrando el fútbol, pero con el que sin embargo el Real Madrid presume de tener una estrechísima amistad, tanta que permite un intercambio de jugadores como el Keylor-Areola de última hora este pasado verano. Lo de «al enemigo ni agua» no se contempla, ni nadie pregunta por qué esa amistad entre las partes si son los malos. Qué cosas.

El PSG, hoy, será menos PSG que nunca en los últimos tiempos, lastrado por las lesiones y sanciones de su tridente ofensivo. Sin Neymar, Mbappé ni Cavani, Darth Vader se queda sin sable láser y sin máscara-respirador, para convertirse en una suerte de Anakyn, un chico que tiene trazas de malote pero que en el fondo no es más que un equipo francés corriente. Es decir que asustar, asusta poco.

Pero enfrente estará el Madrid. El mismo equipo que tras arrasar la Galaxia durante tres años seguidos ahora es incapaz de ganar al Valladolid en casa o al Villarreal fuera, mientras se palpa los ropajes tratando de saber si se ha dejado las llaves en casa. De momento, Zidane y los suyos regresan al lugar donde empezó todo tratando de encontrarse. El partido no es en París, sino que es en la isla de Skellig Michael, en Ahch-To.