GAL 0 – 1 RM: Estampida made in Setúbal

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A la carrera, fútbol vertical, presión alta, velocidad en todas las acciones. Con Mourinho asomando por entre los voceros, Zidane decidió plantear el partido a vida o muerte de Estambul a la estampida, como lo hubiera hecho el de Setúbal. Fútbol directo, pim, pam, rock and roll. Gol de Kroos, espectaculares Valverde y Casemiro, muy bien por fin Courtois y tres puntos clave para que la Champions siga viva y para que Zidane siga siendo entrenador del Real Madrid. 0-1 en Estambul.

Con la soga picando en el cuello, el Real Madrid decidió salir a la estampida en Estambul. Un partido de ida y vuelta, sin descanso, sin preocuparse de dormir el balón o monopolizar la posesión. El once de Zidane, con Valverde y Casemiro en el eje, era además un caramelo para jugar al galope. El uruguayo es un box to box particular, porque no tiene llegada, pero lo compensa con una tremenda capacidad física para rebañar defensivamente todo lo rebañable de área a área. Casemiro es eso, Casemiro: el guardia de tráfico de todo lo que se mueve. Con tanto robo, casi siempre en zonas adelantadas, las transiciones a toda pastilla eran obligadas.

El Madrid se sintió cómodo en el Ali Sami Yen, que tampoco apretó tanto como se decía. Desde el comienzo tomó el mando de las operaciones y Muslera tuvo que encomendarse a todo lo encomendable para irse al descanso con sólo un gol encajado, de Kroos tras una vertiginosa combinación entre Benzema y Hazard. Es curioso, porque los dos parecieron una suerte de Vinicius en ese ida y vuelta propuesto por el Madrid: hacían absolutamente todo bien excepto el remate. 27 del Madrid en el partido para un solo gol…

 

El Madrid era una avalancha, pero tuvo cinco minutos en los que se le cerraron las persianas y casi se le complica el partido. El agujero entre Varane y Ramos se convirtió en un tramo del primer tiempo en algo así como la Quinta Avenida para el Galatasaray, pero apareció un invitado sorpresa, o no tanto, que frustró tres claras ocasiones otomanas: Courtois. El portero belga por fin no encajó gol en el primer remate que le hacían. Y ya puestos, decidió que en el segundo y en el tercero tampoco. Así que cuando tuvo que aparecer, apareció. Magnífica noticia.

El Madrid tensó de nuevo defensivamente el partido, con Kroos y Valverde mordiendo todo lo mordible y con Kroos ofreciendo soluciones para evitar pérdidas en zonas comprometidas, mientras Rodrygo, sorprendente titular, dejaba ese aroma en el ambiente de que ahí dentro se está cociendo un jugador potente, y Hazard y Benzema seguían a lo suyo en este partido, ‘viniciuseando’. El Madrid merecía más, pero la pelotita no entraba porque hasta cuando parecía imposible fallar, Hazard la empotraba en el larguero. Y todo ello, a la estampida, galopando, al toque de corneta, la carga de la caballería ligera. Una receta muy de Mourinho para acabar con el runrún del de Setúbal y mantener al equipo vivo en la Champions.