RM 2 – 0 ESP: Vinagreta a la francesa

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De verde enfermero por la cumbre del clima, sea lo que sea eso. Y al Madrid, para honrar a la gran figura mediática de esa estafa, le salió un partido vinaGreta, arisco, sin demasiado atisbo de brillantez en casi nada, pero que decidió gracias a su guiso francés, goles de Varane y Benzema, y pese a que otro compatriota, Mendy, decidió meterle un exceso de pimienta al guiso autoexpulsándose por dos entradones dignos de un mercancías. Pero 2-0, los de Madrid ha seguido la travesía liguera sin grandes vaivenes justo hasta el pie de los dos primeros puertos piratas que debe sortear: Valencia y Barcelona.

Ante el Espanyol, el juego del Madrid fue bastante ramplón. Kroos no anduvo fino en la creación y Valverde, de repente, se pareció mucho más al del Castilla que al que ha venido asombrando durante esta temporada. El Pajarito uruguayo pareció deslumbrado por el mediodía madrileño, y salvo en un par de arrancadas por potencia (sin demasiada oposición, todo hay que decirlo), estuvo espeso. El centro del campo lo manejó Casemiro, con lo que ello conlleva: que el juego tampoco es extraordinariamente fluido y que el rival se va a encontrar un campo de minas en cada ataque. Así fue. El catorce madridista es hoy en día imprescindible.

Zidane ordenó presionar muy arriba, pero el Espanyol encontraba espacio para salir porque Vinicius y Rodrygo no son precisamente Gattuso. El segundo, además, tampoco anduvo fino en ataque, mientras que el primero era el polvorillas habitual, una pastilla efervescente en un café con leche: alborotaba todo, pero la espuma desbordaba el vaso. Sin suerte en el remate y sus centros, algunos con mucho tino, eran desperdiciados, también por el acierto de Diego López. Pero en especial marrados por un Benzema que hasta el minuto 80 estuvo muy espeso.

Precisamente fueron los franceses los que sacaron al Madrid de la monotonía. Primero, con un gol de Varane en el primer tiempo, en una jugada en la que el central galo apareció en un sitio en el que nadie le esperaba, al segundo palo. Segundo, con un tanto de Benzema, al fin, tras desperdiciar varios remates a lo largo del partido y ya cuando el encuentro agonizaba y los más pesimistas se esperaban el empate. Cuando ya todo lucía plácido hasta el final, Mendy cometió dos entradas de los años 80 y se llevó sendas amarillas que le mandaron a la ducha antes de tiempo creando un grave problema para Valencia: sin Marcelo lesionado y sin el ex del Lyon, sancionado, en Mestalla no habrá lateral izquierdo puro. Mal día para ver una tarjeta roja… Lo que viene siendo la definición perfecta de una victoria pírrica, donde el juego volvió a sembrar dudas y con una ausencia sensible en un estadio más que complicado.