GET 0 – 3 RM: Los Reyes hablan francés

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Quién se lo iba a decir al Real Madrid. El día en que peor jugó un tramo de partido desde hace mucho, con menos remate que nunca y concediendo unas cuantas ocasiones claras al oponente, los de Zidane se embolsaron los tres puntos tras ganar (0-3) al Getafe, con gol y medio de Varane (un mediogol de David Soria en propia meta), otro de Modric y tres intervenciones de gran mérito de Courtois que salvaron el resultado para los blancos. Los Reyes Magos fueron franceses, porque los tres puntos que amarraron el defensa galo y el arquero belga son un regalo ante las enormes dificultades que atravesaron los madridistas a lo largo del partido.

En el Coliseum, los Reyes no le trajeron al Real Madrid oro, incienso y mirra, sino tres goles y tres muy buenas paradas, algo que el equipo necesitaba como el comer. Los de Zidane sufrieron como condenados durante la primera parte, porque el Getafe sabe exactamente lo que tiene que hacer para maximizar sus recursos: presionar muy arriba, cometer falta inmediatamente tras pérdida, enmarañar el partido para que el contrario sufra y protestar hasta los saques de banda. Los blancos, sin Ramos por sanción y Valverde por decisión técnica, no sabían salir de la tela de araña de Bordalás y sus muchachos, con Djené que parecía una trampa para ratones absorbiendo todo lo que pasaba por su zona y con Nyom reventando manadas de rinocerontes a base de chocar contra ellos. Cucurella, hipermotivado por su pasado y tal vez futuro culé, también aportó lo suyo.

En aquel tramo de partido, Courtois apareció como salvador rechazando la primera ocasión clara del partido, pasados los veinte minutos, un remate violentísimo de Fajr que despejó como pudo. El Getafe se volvó sobre la meta madridista sin demasiado tino y demasiada testiculina, y el Madrid se encontró con un regalo extraordinario casi sin querer: un centro de Mendy con su pierna mala (lo mismo es ambidextro, cualquiera sabe) fue a despejarlo David Soria de puños. Calculó mal, el balón le dio en la cara externa del guante, Varane impulsó de cabeza el brazo del meta, que empujó el balón hacia su portería y entró mansamente en ella para besar la red. 0-1 en la primera aproximación seria de los de Zidane. Tras chorrocientos mil disparon sin gol ante Barcelona y Athletic, ahora tocaba adelantarse sin tirar a puerta queriendo. El fútbol.

El Getafe apretó. Los dientes, los machos y el partido. Y Courtois tuvo que aparecer en dos ocasiones más para salvar la igualada, justo antes del descanso. Y nada más volver de él, a los ocho minutos, Varane, esta vez sí, de cabeza a centro de Kroos en jugada a balón parado, hizo el segundo. El Getafe se desinfló como un refresco mal cerrado. Si, aquello que quedó sobre el césped era el equipo de Bordalás aunque revenido: ya no se hacía falta en cada pérdida, no se protestaba cada jugada, no se enmarañana cada posesión rival. Era un refresco de cola pero sin burbujas, que parece que refresca pero lo que hace es dar más sed. El Geta, es cierto, no se rindió. Pero Varane y Militao funcionaron lo suficientemente bien en tareas defensivas como para que Courtois no tuviera que regalar más paradas salvadoras. El tercer regalo se lo dio Modric, que estuvo absolutamente fuera del partido los 90 minutos pero marcó en el alargue: tal vez con moral sea capaz de recuperar algo del fútbol que atesoraba antaño. Ahora espera Arabia Saudí, la Supercopa. Allí, del lugar que salen los Reyes Magos cada noche de 5 de enero, lo que hará falta es fútbol. Yo por si acaso voy preparando la carta.