Derrotas y boxeo en el viejo Sarriá

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El gol de Amancio que adelantaba al Madrid (EFE)
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De manera despectiva, por parte de aquellos que hacen girar su vida en torno al antimadridismo, siempre se considero el estadio de Sarriá, antiguo campo del Espanyol, un campo fácil en el que el Madrid podía conseguir los puntos sin apenas esfuerzo. Puede que porque Sarriá se llenara de madridistas, al recibir un trato mas amable por el aficionado local que al otro lado de la Diagonal, se hiciera extensible esta leyenda. Sin embargo, para tirar por suelo tales falacias no hay nada tan fácil como constatar que el Real Madrid ha ganado en sus visitas al Español la misma cantidad de partidos que visitando al Atlético de Madrid. Y obviamente los rojiblancos nunca han sido de ponerle las cosas fáciles al vecino.

Derrotas 8-1 y 7-1

El conjunto perico puede presumir de ser el responsable de haber sido causante de dos de la derrotas más duras y escandalosas al conjunto merengue en la historia de la Liga: 8-1 en la temporada 1929-30 y 7-1 en la temporada 1950-51. En el primer partido de las dos goleadas, en el 8-1, el Madrid jugó en Sarriá con Nebot, Quesada, Morera, Cosme, Lope Peña, José María Peña, San Miguel, Lazcano, Rubio, Sole y López, en un partido en el cual reaparecía Ricardo Zamora, aún en el Español, y donde el equipo perico pudo marcar mas goles: en una jugad golpearon tres veces seguidas el larguero de la portería madridista para acabar tirando el balón fuera. Por parte madridista fue Rubio quien marcó.

Pasaron 20 años hasta la segunda goleada, el 7-1 de diciembre de 1950, donde un ex, Marcet, marcó un triplete que, unido a los goles de Arcas, Piquin, Egea y un autogol de Montalvo, dejaban tan insólito marcador en Sarriá. Por el Real Madrid jugaron aquel aciago día: Juanito Alonso, Navarro, Oliva, Hont, Pont, Molowny, Muñoz, Luciano, Montalvo, Cabrera y Pachichu. En apenas 40 minutos el conjunto blanquiazul se puso 5-0, lo que unido a la lesion de Pont al poco de comenzar hizo que no hubiera mas partido. Y eso que el Español tenia las ausencias de Parra y Grau, por lo que el mister Nogues tuvo que recolocar el once titular habitual.

14 temporadas sin ganar al Espanyol en Sarriá

También Sarriá fue durante una larga etapa un campo de esos que la prensa llama malditos, hasta 14 temporadas seguidas estuvo sin ganar en Sarria: desde el 3-0 de la temporada anterior a la Guerra hasta romper la «maldición» venciendo 2-4 con goles de Sobrado, Olmedo, Joseito y Molowny en febrero de 1953. Vistos estos ejemplos vamos a saltar casi 20 años, hasta Enero de 1969, para recordar mas en profundidad un Español-Real Madrid en el cual una acción del mismo fue portada de varios diarios.

Durante la década de los 60, ante la ausencia generalizada de cámaras de televisión en todos los campos, quedaba el recurso a pie de césped de los fotógrafos. Gracias a ellos, a sus cámaras y a su sexto sentido, se captaban momentos importantes y se rescataban partidos que sino fuera por su habilidad caerían poco a poco en el olvido pasando a ser otro dato estadístico más. Uno de estos momentos lo capto en este partido el catalán Pérez de Rozas. Un instante congelado en el cual José Luis acaba de golpear en el rostro a un Riera que se tambalea tras recibir el impacto. Un hecho difícil de captar pero que el fotógrafo acertó a recoger con el disparo de su cámara. Pero, ¿qué motivo esta imagen?

El once del Real Madrid en Sarriá en la temporada 68-69 (foto EFE)

Llegaba el Madrid a Sarria como líder destacado. Habían pasado 15 jornadas y ya le sacaba 7 puntos de ventaja a Barcelona y Las Palmas, ademas de ir invicto y tan solo había cedido tres empates. Pirri seguía lesionado, tras haberse fracturado el maléolo peroneal en La Rosaleda, pero Muñoz recuperaba a Miguel Pérez. El Español por su parte se asomaba al partido con mas problemas que los blancos, ubicado en el vagón de cola de la clasificación, aunque al menos recuperaba a Marcial, en quien los barcelonistas tenían muchas esperanzas que fuera uno de los puntales del Español para hacerle frente al líder. Víspera de reyes y en sesión matinal, el españolista Argiles jugo con Coll, Ochoa, Glaria, Riera, Lico, Martínez, Vall, Rodilla, Re, Marcial y Jose María; mientras que Muñoz saco de inicio a Betancort, Calpe, De Felipe, Sanchis, Jose Luis, Zoco, Miguel Pérez, Amancio, Grosso, Velázquez y Gento. Tras la lluvia caída en la noche y durante la mañana, el césped de Sarriá estaba pesado, embarrado y resbaladizo, por lo que apenas se pudo ver buen juego. Pese a todo, Amancio consiguió adelantar al conjunto merengue en el minuto 28, resultado con el cual se marchaban ambos equipos al descanso.

El gol de Amancio que adelantaba al Madrid (EFE)

Ya en la segunda parte, sin lluvia y con camisetas nuevas tras el embarrado generalizado de las mismas, comenzaron los incidentes. Riera, quien ya había repartido ‘caricias’ en la primera parte, hizo una entrada sobre Miguel Pérez, quien contestó con un puñetazo ante las mismas narices del árbitro. Éste no tenia mas opción que expulsar al madridista, pero sin embargo no lo hizo. Esto desencadenó en bronca tanto en la grada como en el césped, donde en la discusión posterior José María agredió a José Luis, por lo que fue expulsado, mientras que el madridista se retorcía de dolor en el césped.

Legido, masajista blanco, se lleva a José Luis tras su expulsión

Se armó un revuelo entre los  jugadores, Marcial discutió con José Luis cuando se acerco Riera que también le dijo algo y José Luis, simulando a cual púgil, le propino un puñetazo, imagen que logro captar Pérez de Rozas, por lo que Medina Iglesias ya no pudo mirar hacia otro lado y expulsó al madridista. Las expulsiones cambiaron por completo el sentido del partido, con uno menos por equipo en el centro del campo, se atacó con mas soltura por ambos bandos a la vez que se volvía mas brusco el partido. El Madrid tuvo ocasión de sentenciar con dos jugadas de Amancio, una de ellas tras driblar a todo lo que se puso por delante, pero se encontró con el poste. La defensa blanca empezó a ceder metros y córners, con fe ciega en el ultimo baluarte de Betancor, hasta que Re centro al área madridista, la defensa no fue capaz de despejar y el balón le cayo a un Vall completamente solo quien marco de cabeza a falta de diez minutos para poner el 1-1 final.

Tras el espectáculo pugilístico sobre el barro de Sarriá, se antojaba entretenido el paso de los protagonistas por el vestuario. Y no defraudaron.

Vila Reyes, presidente perico, no se ando por las ramas

– ¿Su impresión?
– ¿Mi impresión?… Textualmente diga lo siguiente: si Miguel Pérez hubiera llevado la camiseta del Español, el y toda su familia hubieran sido expulsados del campo […] Todo ha ocurrido frente al palco presidencial y junto al árbitro. Lo hemos visto perfectamente. El colegiado ha estado perfecto hasta que ha tenido que decidir. Cuando le ha correspondido hacerlo lo ha hecho apoyándose en la ley del mas fuerte.
– ¿Que le ha parecido el juego del Real Madrid?
– Han actuado con mucha habilidad con la pelota y sin ella. Han jugado parados.
– ¿Parados?
– Se viene hablando mucho de cuánto luchan los jugadores del Real Madrid, de su espíritu indesmayable. Su esfuerzo, en efecto, es estimable, pero lo realizan con el viento de popa. Ellos saben que no se van a estrellar, que no luchan contra una pared, y que cuando les falla el aliento reciben la ayuda oportuna en una u otra forma para seguir adelante. No es lo mismo luchar a cuerpo limpio y contra marea que con viento a favor.

Argiles, por su parte, comento sobre el partido

– El Madrid es un gran equipo con enorme moral. Está recogiendo los beneficios de una política de quince años. Juegan en bloque, ya sea atacando o defendiendo. Verían ustedes que cuando presionaban tenían ocho hombres atrás y cuando atacaban lo hacían con seis.
– ¿Acepta, pues, por bueno el empate?
– Hemos tenido mas oportunidades de gol. El Madrid únicamente ha tirado con peligro dos veces a puerta. Una fue el primer gol de Amancio. La segunda, el tiro de Amancio a la cepa del poste.
– ¿Justo el resultado?
– Si, pero con una salvedad, algo que lo hace injusto para nosotros. El arbitro debió expulsar a Miguel Pérez. Hubiésemos quedado con un hombre mas, cosa que hubiera supuesto una positiva ventaja. En lugar de ello, el colegiado paso por alto el puñetazo que lanzo Miguel Pérez a José María y expulso a nuestro jugador, para acabar expulsando también a José Luis, que le dio otro puñetazo a Riera.

Por parte madridista Muñoz dio su opinión sobre el encuentro y lo extra-deportivo.

– ¿No resultó demasiado duro el partido?
– No, no. Fuerte tan solo, por las incidencias que mediaron en el mismo. Pero no hubo malas intenciones. Nosotros jugamos con menos nervio que los españolistas, lo cual cual se ajustaba a las circunstancias imperantes. Eran ellos los mas apurados…
– Pero hubo incidentes durante el partido.
– No creo que influyeran en el resultado final, que me parece fue de absoluta normalidad […] No debo opinar sobre las agresiones y expulsados, en estos momentos el árbitro esta llenando el acta del partido y es el quien debe aclarar las incidencias del mismo.

Mientras que Miguel Pérez, se expresaba en estos términos sobre la acción que desencadeno los incidentes

– ¿Qué pasó?
– Puedo decirle que no agredí a José María. Lo que hice fue levantar el brazo en gesto instintivo de defensa ante el temor de que me pegara el jugador españolista.
– ¿No le mandó a los vestuarios el árbitro?
– No. El árbitro intercedió para calmar los ánimos. Pero luego no se lo que pasó para que ocurrieran aquellos incidentes que nosotros somos los primeros en lamentar, por cuanto van en detrimento de nuestro prestigio.

La foto del puñetazo fue publicada al día siguiente en primera plana de varios diarios, ya fueran deportivos o no, por lo cual se convirtió en objeto de debate en todas las tertulias de aficionados. El propio arbitro también dejó anotadas en el acta ambas expulsiones, reflejándolas como agresión.

La portada de AS con la foto de Pérez de Rozas.

La agencia Cifra, la parte de nacional de la Agencia EFE por aquel entonces, entrevistó a José Luis, quien dio su versión

– La verdad es que Riera le dio un poco de comedia al asunto puesto que yo no llegué a darle de lleno totalmente, aunque así pueda parecer en la fotografía publicada.
– ¿Qué fue exactamente lo que ocurrió?
– Primeramente, Riera me empujo y me propinó una patada. Ante ambas cosas quiza no hubiera reaccionado violentamente… pero las palabras ofensivas que pronuncio a continuación no se las tolero a nadie. No es que yo perdiera los nervios sino que tuve en ese momento la reacción que hubiera tenido cualquier persona. Ahora lo lamento de verdad por el perjuicio que con ello causo a mi club, y también por la sanción que me puedan imponer.

Por su parte, la agencia también entrevisto por la tarde a Riera, para que pudiera dar su versión.

– Ni le insulte gravemente ni le propine ninguna patada.
– ¿Qué ocurrió, pues?
– Observe que José Luis estaba discutiendo con Marcial y Re y acudí a ver que ocurría. Se cruzaron entre nosotros algunas palabras, lógicas en esos casos de nerviosismo. En ellas, en todo caso, no hice otra cosa que contestar a las que el me dirigió. Y de repente, me largo un tremendo puñetazo que, por fortuna, no me dio de lleno, porque de haber sido así pudo hacerme mucho daño, ya que golpeó con gran fuerza. Aún tocándome solo ligeramente fue suficiente para hacerme caer al suelo. Por suerte, puesto que ya no me alcanzo entonces con la derecha.
– ¿De verdad, no le falto gravemente de palabra?
– Repito que no. Le dije lo mismo que él a mí. Lamento verdaderamente lo ocurrido, pero en estos casos se pierden los nervios. Por mi, el incidente esta olvidado y nada me agradaría tanto como, si se le sanciona, que el castigo sea el mas benigno.

Entre semana se reunió el Comité de Competición de la Federación Española de Fútbol y hubo sanciones para todos: cuatro partidos a José María y José Luis por agresión, dos a Riera por producirse violentamente contra un contrario, uno a Miguel Pérez por intento de agresión, al árbitro Medina Iglesias un mes de sanción por omitir en el acta hechos ocurridos y por su falta de autoridad mientras que al Español se le multo por 16.000 pesetas por el lanzamiento de almohadillas al campo por parte del publico. Obviamente no llovió a gusto de todos: José Luis decía que se había hecho justicia sancionando también a Riera; Miguel Pérez se quejaba ya que no entendía la sanción sin motivo; Riera se sentía defraudado mientra que José María no comentaba y simplemente acataba la decisión.

El resto del Campeonato fue un paseo militar del Real Madrid, que termino con 9 puntos de ventaja y tan solo una derrota: ha sido la única vez que el Real Madrid fue Campeón de Liga obteniendo mas puntos que goles a favor, 47 puntos conseguidos con 46 goles. El Español por su parte no pudo remontar el vuelo y finalizo penúltimo, descendiendo a la categoría de plata por segunda vez en esa década.

Miguel Pérez y José Luis, en la antigua Ciudad Deportiva