LEV 0 – 2 RM: San Courtois y su tobillo incorrupto

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Un golazo de Vinicius, un postrero tanto de Benzema y un ramilete de extraordinarias paradas de Courtois, una de ellas con el tobillo, le dieron los tres puntos al Real Madrid… ante el Levante (0-2). Conviene especificar, porque sucedió exactamente lo mismo en el partido del domingo de los blancos que en el intersemanal ante el Valladolid. El equipo de Zidane, que jugó a un nivel más que aceptable hasta que a Modric se le acabó la gasolina y el cuadro granota cambió su dibujo, el huevo y la gallina del partido, acabó colgado del larguero y poniendo velitas a cualquiera que se acercara por el estadio de La Cerámica. Funcionó, pero tampoco era un partido para sufrir tanto.

Sobre todo, porque el Real Madrid dominó con claridad el primer tiempo. Se pareció, por primera vez este curso, al campeón de la pasada Liga, el que llegó tras la pandemia, el que te castiga si fallas y no te concede nada, aunque a Ramos se le veía extrañamente incómodo. Nacho, lateral derecho por las lesiones de Carvajal y Odriozola, cumplió: no dejó resquicios atrás y, obvio, no dio tanto en ataque. Al compás de un muy buen Modric, siempre entre líneas gracias a que Valverde y Casemiro de guardaespaldas te dejan ir a pegar tiros por las esquinas sin tener que sufrir persecuciones policiales que te hacen llegar sin pulmones de tanto defender, los blancos se adelantaron con un gran gol de Vinicius, una definición repleta de hilos de seda, y apenas sufrieron: sólo en un córner, con un remate de Vukcevic al larguero tras un exceso de vista de Courtois y un chorreón de blandiblub de Nacho, demasiado blando en el salto.

El comienzo del segundo tiempo, con Modric subido al trono de su antiguo Balón de Oro, separando las aguas y descerrajando últimos pases, hacía presagiar que los blanco se volverían a la capital con un saco de goles a favor además de los tres puntos. Remate de Benzema al palo, dos errores grotescos casi bajo palos de Vinicius (tal vez para compensar su golazo), un tanto anulado por el VAR a Sergio Ramos por un fuera de juego de un milímetro (que como todo el mundo sabe, es un fuera de juego clarísimo y por eso entró el VAR a decicir si lo era o no)… y de repente llegó el caos.

Paco López podrá ser un entrenador poco conocido, pero lo que no es es cobarde. Comenzó a meter a ex canteranos blancos en el campo (Melero, De Frutos, Dani Gómez) y el partido se inclinó descaradamente hacia la portería de Courtois, alrededor de la hora de juego. El belga se merece ir desde Villarreal hasta su casa a la sillita de la reina, porque los tres puntos llevan su rúbrica. Primero sacó con el tobillo un remate de Bardhi que olía a gol. Luego logró que a Morales se le hiciera de noche en un remate lateral, en un uno contra uno. Después, y tras ver cómo Ramos desviaba un remate de Miramón, atajó otro par de remate de Bardhi y pudo repeler un remate de Clerc. Quedaban diez minutos y el Levante ya no podía más, y Benzema, romo y fallón todo el partido, anotó el segundo justo sobre el pitido final. Pero conviene no olvidar que San Courtois y su Tobillo Incorrupto sacaron los tres puntos ante el Levante. Ahora mismo, ellos mandan.