Historia del Real Madrid: las elecciones del 82

0
-publicidad-

Esta semana se cumplen 36 años de las primeras elecciones (sí, las primeras: antes nunca las hubo) a la presidencia del Real Madrid. La Guerra Civil, la Junta de Salvación, la etapa Bernabéu, la transición de Luis de Carlos y las leyes de los años de la Dictadura hicieron que, de una u otra manera y durante varias décadas, la presidencia madridista no fuera ratificada por la masa social en las urnas. Hoy recordaremos aquellas primeras elecciones y los candidatos que se presentaron, así como todo lo que rodeó aquella experiencia en un país que estaba en puertas de las históricas elecciones generales de 1982.

Mesas de votación en el interior del Santiago Bernabéu.

De Carlos, sin oposición

Tras la muerte de Bernabéu, llega el turno de Luis de Carlos. Un presidente con una primera etapa que se caracterizó por el consenso alcanzado con la oposición para su llegada, a instancias de un Raimundo Saporta que vigilaba de manera férrea para que solo existiera un candidato y por tanto no hubiera elecciones que pudieran dinamitar la paz social. Los recuerdos de la ajetreada campaña en las elecciones del FC Barcelona, en mayo de ese mismo año, pesaron en aquella decisión de Saporta, que no quería ver al Real Madrid en líos similares. Aquellos que podían disputar la presidencia se reunieron en la sala de trofeos del club, el 21 de Junio de 1978, para firmar un documento proponiendo la candidatura de Luis de Carlos. Esa tarde dejaron por escrito esa conformidad Luis Miguel Beneito, Ramón Mendoza, Jose Maria Diéguez, Gregorio Paunero, Juan Padilla, Félix Fernández, Javier Gil de Biedma, Emilio Riñón y Alejandro Voguel.

Como eran otros tiempos y las ratificaciones no se podían hacer mediante aplausos en asambleas, como antaño, los precandidatos tuvieron que recoger firmas de los socios como avales para poder presentarse a unos eventuales comicios. Pese a que los pesos pesados del madridismo se habían echado un lado para no competir, hasta cinco socios pidieron la documentación necesaria en las oficinas para intentar conseguir los avales necesarios. Sin embargo tan solo el médico Campos Gil y el florista José Daguerre eran rivales, aunque con escasa entidad, para luchar contra De Carlos. Éste no tuvo problemas para conseguir los avales, mientras que sus rivales no lograron el objetivo en el plazo previsto, por lo que finalmente solo hubo un candidato que no necesito de la ratificación en las urnas. De Carlos se convertía en el primer presidente blanco tras Don Santiago Bernabéu.

Documento de apoyo a la candidatura de Luis de Carlos en 1978.

El primer bienio de su presidencia fue exitoso. Se consiguieron dos Ligas y una Copa con Molowny y Boskov en el banquillo, pero Europa se resistía. Primero con la polémica y tumultuosa eliminación en Zúrich ante el Grasshopper, y mas tarde la negra noche de Hamburgo. La deuda del club, unida a la gran remodelación del Bernabéu de cara al Mundial 82, no dejó mucho margen para las grandes contrataciones, y a excepción del millonario fichaje del ingles Cunningham la cantera era la principal abastecedora.

El segundo bienio apenas se saldó con una Copa del Rey, con Molowny en el banquillo tras la salida de Boskov. Como quiera que las elecciones se acercaban, en el primer trimestre de 1982 empezó el ruido de fondo de los posibles candidatos. En la prensa se deslizó la eventual posibilidad de que, gracias a la legislación de la Federación, De Carlos podía alargar un año su estancia en la presidencia. Los rumores no cesaron puesto que De Carlos no dejaba claro qué iba a hacer. Finalmente en marzo de 1982 descubre sus cartas y convoca una rueda de prensa. No llega en buen momento puesto que lo hace a la vuelta de Alemania, donde el Madrid ha sido humillado por el Kaiserlautern (derrota 5-0) con un plantel madridista que acabo con ocho jugadores. Parte de la rueda de prensa trató sobre la imagen dada por el equipo en Alemania y las posibles sanciones internas para determinados jugadores por su actitud, para en el ultimo tramo de la misma girar sobre las elecciones y reconocer que se presentaría a la reelección, aunque sin oficializar la fecha de los comicios.

Con el Mundial del 82 en vista, parte de la segunda fase y la final se jugarían en el Bernabéu y dado, que el plazo de cuatroaños finalizaba en verano, se opta por trasladar las elecciones para el comienzo de la nueva temporada. Con tanto tiempo de antelación comienzan los movimientos y aquellos que quieren disputarle la silla a De Carlos comienzan a darse mas publicidad. Los mas conocidos son el doctor José María Diéguez (uno de los puntales de la oposición ya en el tramo final de Bernabéu) y Ramón Mendoza, el empresario que había sido dos veces directivo del club, primero en tiempos de Bernabéu y posteriormente con el propio De Carlos, y del que ya hablamos aquí en su día.

Sólo 158 aspirantes a compromisario

Sin embargo la masa social era muy distinta a la actual. Un ejemplo de ello fueron las elección de socios compromisario, en la cuales apenas hubo demanda para serlo. Por aquel entonces habían cambiado las formas de elección y el socio pedía al club su inclusión en este cuerpo. El desinterés fue total y menos de 300 socios pidieron ser compromisarios, de los cuales el club invalidó casi a la mitad, dejando un total de 158 válidos. Como quiera que la ley marcaba una cantidad de compromisarios por millar, se tuvo que realizar un sorteo para completar, por lo cual quedaba la gran duda de cuantos completarían finalmente a la asamblea «forzados» cuando no habían querido ir «voluntariamente».

De Carlos, durante la Asamblea de socios de 1982.

Como quiera que hasta su dimisión obligada por las elecciones De Carlos seguía al mando, tuvo que lidiar con un final de temporada abrupto. Cesó a Boskov por los resultados y recuperó nuevamente a Molowny para llevar al equipo hasta el final de la campaña, lo que este aprovechó para conseguir otro titulo para su cosecha, en este caso la Copa del Rey en Valladolid ante el Sporting de Gijón. De Carlos planea un golpe de efecto antes de las elecciones y recupera de cara a la siguiente campaña a dos históricos del club para los banquillos: Alfredo di Stéfano para el primer equipo y Amancio Amaro para el Castilla.

La oposición cataloga esas llegadas como golpe electoralista y De Carlos se defiende exponiendo que sólo responde a las necesidades del club. Lo cierto es que el Madrid no tenia entrenador contratado y Molowny no era de partidario de continuar. Tras el Mundial, y antes de dimitir, De Carlos se enfrenta a la Asamblea de Socios a finales de Julio. Los poco mas de 700 que asistieron dieron bastante juego. Se pidió un voto de censura contra Pablo Porta, que aprobó con unanimidad toda la sala y dificultaba mas las relaciones con la Federación Española, voto motivado por la difusión de Jose Maria García de unos comentarios privados de Pablo Porta, José Luis Núñez y Benito Castañeda, presidente, viceprésidente económico y tesorero, respectivamente de la Federación, en los cuales se criticaba al Madrid.

Agustín Domínguez, expulsado como socio

Entrados en faena también se demando expulsar de socio madridista a Castañeda y al ex secretario madridista Agustín Domínguez en esos momentos también en la Federación. El madridismo se mantenía unido contra los elementos ajenos al club, pero sin embargo internamente era otro cantar. Alrededor de la gestión económica giraron los mayores problemas para De Carlos y es que la oposición, en la figura de Jaume Ussía, un hombre de Ramón Mendoza, rebatió todos los números aludiendo a que la deuda era mayor de la indicada. Algunos compromisarios también lamentaron que el presidente blanco fuera débil ante la Federación y el presidente azulgrana. La sensación final de la asamblea es que ésta dejaba tocado a De Carlos, que tras ella dimitió formalmente y dejo el club en manos de Juan Jose Borrachero, presidente del Castilla, y Manuel Fernández Trigo, el gerente de la entidad, el primero con poderes representativos y el segundo con los ejecutivos.

Durante agosto y septiembre se validó las lista de socios con derecho a voto para el 16 de septiembre proclamar a los candidatos que habían conseguido los avales necesarios para presentarse a las elecciones a la Casa Blanca, que tendrían lugar el 10 de octubre. A los precandidatos ya conocidos (De Carlos, Diéguez y Mendoza) se les unió nuevamente Campos Gil, quien se quedó a falta de menos de 100 firmas para haber luchado contra De Carlos en el 78. Éste tenia menos peso entre los socios y la prensa por lo que tuvo pocos apoyos y muchas dificultades. Su precampaña la basó en parte en denunciar los métodos contra él, no le quisieron dar el listado de socios; su plan estrella era la construcción de un nuevo estadio con capacidad para 150.000 espectadores. El impacto real de sus ideas y apariciones fue mínimo y apenas una decena de personas avaló su candidatura. La precacampaña fue larguísima y no exenta de polémica. De Carlos presento su balance y su experiencia en la gestión como el gran aval para su reelección, Mendoza representaba la renovación y Diéguez era el outsider, el que más quería romper con todo.

Diéguez, De Carlos y Ramón Mendoza.

Alrededor de la figura de Bernabéu giraron los primeros días, con visitas a su viuda en la calle Jericó y fotos gigantes en las oficinas de De Carlos y Mendoza con la imagen del legendario presidente. Existía la convicción de que quién representara mas el espíritu del de Almansa arrastraría gran cantidad de votos de la masa social. De Carlos en esas semanas no entró mucho al trapo y se dedicó a esperar. A diferencia de otras elecciones posteriores los candidatos no entraron en temas de fichajes, pero sí giraron en gran parte sobre la imagen del club y cómo afrontar el futuro. Mendoza decía que ésta era la etapa en la que el club estaba enfrentado con más personas y estamentos, siendo encima los perjudicados. Por su parte Diéguez hacia campaña sobre el tema de la publicidad de Zanussi en las camisetas y aseguraba que ésta desaparecería para volver al blanco inmaculado cuando llegara a la presidencia.

Boletín oficial del Real Madrid sobre las elecciones de 1982.

En septiembre, la entrega de firmas clarificó un poco las ideas de los socios: Mendoza se imponía en los avales con 5669 papeletas válidas por las 5241 de De Carlos y las 2024 de Diéguez. Mendoza no se confiaba y aseguraba que seguía en alerta, De Carlos reconocía la derrota aunque sin alarmismos mientras que Diéguez decía que seguía recibiendo adhesiones a su candidatura. Con la mente en el 10 de pctubre, antes de un Real Madrid–Málaga y en pleno puente del Pilar, los candidatos comenzaron la campaña. De Carlos aseguró pronto que el Real Madrid era objeto de una campaña de desprestigio en la cual no iban a lograr su objetivos, en clara alusión al Barcelona y al antimadridismo, al mismo tiempo que reconocía que para las elecciones había dos corrientes: la continuista y la renovadora y que no permitiría que el club se politizara de ninguna manera.

La deuda económica volvia a ser el centro de atención y es que dependiendo del candidato y de su equipo, se analizaban los números y cada cual los interpretaba a su manera. Lo que estaba claro es que la deuda era mayor que la encontrada por De Carlos al suceder a Bernabéu, pero es bien cierto que el futbol en España tenia cierto retroceso en aquellos años y menores afluencias de público a los estadios, a lo que había que sumar la gran reforma del Bernabéu el cual desde mediados de los 50 apenas había tenido grandes cambios. Las elecciones y la larga campaña no afectaron al equipo, y este finalizó el mes de septiembre líder tras cuatro jornadas de Liga y derrotando en el ultimo partido por 3-1 al Atleti en el derby, mientras que en Europa despachó la primera eliminatoria ante el Baia Mare rumano.

Continuaba la campaña su curso y el ultimo día de septiembre la Agencia EFE quiso juntar a los tres candidatos a una tertulia. De Carlos rechazó varias veces la invitación, lo que molestó enormemente a Mendoza y Diéguez, que sí asistieron. Estos se despacharon a gusto. Mendoza aseguro que él hizo presidente a De Carlos, recordando la firma del documento para evitar elecciones en el 78, a la vez que indicaba que el club no tenía el presidente que se merecía. Diéguez por su parte pensaba que Bernabéu no seria capaz de votar por De Carlos. Entre ambos candidatos hablaron de varios temas en el candelero madridista. Ambos aseguraban que el Madrid debía estar en la Federación en contraposición con los hechos de De Carlos que tenia al Madrid fuera de la misma de manera oficial; Mendoza indicaba que no conocía a Núñez, presidente del Barça, y Diéguez llamaba envidioso, rencoroso y acomplejado al mandatario azulgrana; sobre el poderoso gerente blanco, Fernández Trigo, del que ya hablamos aquí, ambos eran recelosos, pero confirmaban que contarían con él; sobre la publicidad en la camiseta, ambos opinaban que debía quitarse y buscar esos ingresos que daba la firma de electrodomésticos de otra forma; sobre el uso de la figura de la viuda de Bernabéu ambos opinaban que De Carlos no había obrado bien en este tema, ya que él había conseguido la firma de Doña María Valenciano avalando su candidatura. Diéguez también reconocía que los rumores que apuntaban a una unión con De Carlos eran infundados ya que no podía unirse a quien había tenido tantos errores durante su mandato.

Caricatura de Gallego & Rey sobre las elecciones al Madrid, publicada en Diario 16.

Diéguez se retira.

Antes de iniciarse la ultima semana de campaña las opciones estaban claras para cada candidato. De Carlos alardeaba de la buena marcha del equipo y decía que así se demostraba que las cosas funcionaban. Mendoza recogía el guante y mencionaba que el equipo era capaz de jugar bien sin tener directiva y preguntadose a dónde llegarían de tener una, dando a entender lo contrario que De Carlos. Mientras, Diéguez atizaba a De Carlos por su falta de dialogo.

Sin embargo a falta de seis días saltaba la sorpresa: Jose Maria Diéguez anunciaba su retirada de los comicios y daba su apoyo publico a Ramón Mendoza. En una rueda de prensa ante los medios aducía que tras una reflexión, y vistos los datos de una encuesta que realizó a los socios, comprendía que era el tercero en discordia y con pocas posibilidades de éxito. Pensaba que su programa era el mejor pero que no había sabido vender su imagen, por lo cual se retiraba para no crear mas escisión en la hinchada. Al estar en contra del inmovilismo de De Carlos, estaba mas cerca de Mendoza por lo que indicaba que votaría por él. Se defendió de la acusaciones de estar aliado con Mendoza para que este aglutinara todo el voto reformista e indico que no había pactó alguno. La campaña de Jose Maria Garcia contra él surtió efecto y le dañó enormemente.

De Carlos salio rápidamente a declarar que esta retirada, al anunciar públicamente su voto a Mendoza, era un claro fraude electoral. Conviene recordar que De Carlos y Diéguez se habían reunido varias veces el comienzo de la precampaña, pero no llegaron a un acuerdo para ir juntos. Mientras, Mendoza decía que ni le beneficiaba ni le perjudicaba a la par que ironizaba dándole las gracias por la retirada y confiando en que De Carlos hiciera lo mismo.

Pegatina en favor de Luis De Carlos: Los madridistas con bombines y las Copa de Europa simulan la tradición y los éxitos en contraposición con el Jockey y el caballo despistados que simulan los negocios de Mendoza en el Hipódromo de la Zarzuela.

Con esta modificación de última hora, los dos candidatos lanzaron sus últimos golpes de efecto en busca del apoyo del socio. Luis De Carlos publicó en varios diarios deportivos una carta manuscrita de Ignacio Zoco donde éste pedía el voto para el expresidente, mientras que la de Mendoza no se quedo atrás y era Paco Gento quien solicitaba el voto para Mendoza. También ambos candidatos publicaron un carta abierta a los socios. De Carlos repasaba todos sus logros sobre el césped y el parquet de las secciones de futbol y baloncesto, sin olvidarse de sus rivales a los que acusaba de ‘pasteleo’ con los votos. Se despedía con una frase resumen contundente que ha pasado para la posteridad: «Servir al club y no servirse de él».

Por su parte Mendoza aducía haber querido que fuera una campaña limpia y que la suya lo había sido en contraposición a la de su rival. Pedía que no se abusara de la figura de Bernabéu ya que consideraba que era de todos los madridistas y no de unos pocos, recordando ademas una frase de De Carlos que dijo que a Bernabéu le sobraron cuatro años de mandato. Terminaba pidiendo que los socios votaran con ilusión y esperanza.

Otro giro sorprendente en este tramo final fue la aparición de Doña Maria Valenciano, viuda de Bernabéu. Ésta habló en Hora 25 con Jose Joaquín Brotons para reconocer que había dado su firma a De Carlos pero que no sabía muy bien para que era ni que uso le iba a dar. Las declaraciones llegaban porque Martínez Laforgue, hombre fuerte de la candidatura de De Carlos, había declarado en un medio que tenía la firma de ella y que la consiguió tras visitarla en su casa. Las dudas de cómo se consiguió aquella firma fueron planteadas por Mendoza en un coloquio con De Carlos en Radio España. También evocaba el recuerdo de su marido el cual había estado preocupado toda su vida por el club y pensaba que todo lo que estaba sucediendo con la elecciones le hubiera parecido muy mal a Don Santiago. Tras esta ajetreada campaña tocaba al socio decidir.

Carta de Ignacio Zoco a favor de De Carlos.
Apoyo de Paco Gento a Ramón Mendoza.

El Día D.

Con estos mimbres llegó el Día D. Con la apertura de puertas a las 09:00 de la mañana y de manera interrumpida hasta las 20:00, estaban llamados a votar mas de 46.000 socios que mayores de edad, con una antigüedad ininterrumpida de un año y con plena capacidad para obrar, en las 24 mesas colocadas para ello en preferencia y primer anfiteatro del lateral del Paseo de la Castellana del estadio Santiago Bernabéu. De fondo, el Real Madrid–Málaga al termino de las votaciones. Con dudas de si las mesas serian suficientes para atender la demanda, el flujo de socios fue constante y alrededor del 40 por ciento de los mismos ejerció el voto presencial, el sufragio por correo no fue valido en estos comicios.

Pese a las cifras de los avales, la realidad fue bien distinta y 10.752 socios votaron por la continuidad de De Carlos en contraposición a los 7.660 que lo hicieron por el cambio de Mendoza. El anuncio del resultado por los marcadores del estadio conllevo una ovación del respetable al finalizar el encuentro. De Carlos consideró su victoria como el triunfo de la verdad, la justicia y la razón. Anunciaba que seria su última presidencia y refería que había tenido enfrente a una poderosa organización, la cual temía que pudiera llegar al poder por lo que abriría una investigación independiente sobre todos los candidatos, incluido él mismo. Por su parte, Mendoza decía que había ganado la calumnia, en parte por unos panfletos sin firma que habían aparecido en los ultimos dias desprestigiando al empresario, al mismo tiempo que mencionaba que luchar contra el poder establecido era muy difícil. Al igual que De Carlos anunciaba que no volvería a presentarse nunca más a la presidencia del club blanco. Al día siguiente de las elecciones, el presidente electo dejaba de serlo para para ser proclamado nuevamente presidente del Real Madrid. De Carlos afrontaría un nuevo ciclo de cuatro años que sin embargo no llegaría a su fin, para dejar paso… a Mendoza. Pero esto es historia para otro día.