Supercampeones de Europa
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Son Los Infalibles, Los Infalibles de Zizou. El Real Madrid derrotó al Manchester United en Skopje (2-1) y conquistó su segunda Supercopa consecutiva, en lo que es la Undécima final internacional seguida a la que acude el equipo blanco y la gana. Once de once. El equipo es eso, infalible, cuando se juega las habichuelas. Cuatro de cuatro Champions, cuatro de cuatro Supercopas y tres de tres Copas del Mundo de Clubes. Y lo que queda

El Madrid empezó sorprendido por el esquema de tres centrales de Mourinho, con Darmian ejerciendo en el eje de la defensa y no de carrilero y con Lindegard pegado a la cal, arriba y abajo. Tardó diez minutos en cogerle el truco a su adversario, pero en cuanto Casemiro puso a punto los calentadores y empezó a carburar su motor diésel, pof, pof, pof, el campo de los mancunianos fue arado de arriba a abajo por el paulista, quien hizo un primer tiempo sencillamente colosal. Acompañado de Carvajal y de Isco, lo mejor del equipo blanco en ese primer acto.

Isco tardó también en calentar, sobando quizás en exceso el balón partiendo desde el centro en el 4-2-3-1 que alineó Zizou ante la falta de una letra de la BBC, pero cuando lo hizo el Madrid comenzó a generar peligro sobre la puerta de De Gea de forma constante. Porque el Madrid, mientras estuvo a buen tono físico, arrasó al United a base de fútbol. El primero en avisar fue Casemiro, quien tras un córner se tropezó con el larguero, pero apenas ocho minutos después, y rondando el fuera de juego (si lo fue o no lo fue, decidieron milímetros), cruzó ante De Gea para poner el 1-0 y calmar las ansias habituales del primer partido oficial de la temporada.

El Madrid fue entonces un vendaval. Carvajal rindió a un nivel estratosférico, Isco sacó escuadra y cartabón y, acompañado de Luka Modric, desarbolaron por completo a un United que se veía perdido en su propio dibujo, en inferioridad en todas las zonas del campo. El Madrid acorraló a De Gea pero a veces la lentitud, normal porque aún faltan piernas y el ácido láctico impide pensar con claridad, y otras la falta de claridad en el remate llevaron al equipo al descanso por delante con el gol de Casemiro y nada más.

En la segunda, el Madrid salió desmelenado y bordó el fútbol durante quince minutos más, jugando a un nivel extraordinario, y consiguiendo un gol maravilloso obra de Isco, tras sendas paredes con Benzema y Bale y fusilando a placer. Poco después, Bale gozó de una ocasión extraordinaria, pero el galés, frío como un témpano todo el partido, disparó a trallón con la derecha, en vez de meterla en la jaula acariciando la red, y se estrelló con el larguero. Y de repente, desde esa jugada, y con la entrada de Fellaini, el Madrid se desplomó y el United creció hasta complicar tanto el partido para los blancos que la victoria sabe mejor.

Mourinho exprimió la superioridad física de su equipo en el segundo tiempo, metiendo a Rashford, Pogba y Fellaini para recoger los rebotes y rechaces de cabeza o de segunda jugada, para jugar así más cerca de Keylor, y el Madrid no aguantó el baile. Lukaku hizo el 2-1 y metió el miedo en el cuerpo a los blancos, y Navas tuvo que intervenir para evitar males mayores. Pese a todo, al final el Madrid mantuvo el tono y pudo alargar su ventaja, sobre todo con un remate de Asensio que desbarató de manera magistral De Gea, aunque todo quedase en el 2-1 final. La cuarta Supercopa del Real Madrid, la segunda consecutiva de este Real Madrid de los Infalibles.

 

Ficha del partido
La ficha del Real Madrid-Manchester United
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Yo vi jugar a Del Bosque, así que llevo unos cuantos años yendo al Bernabéu. Socio desde 1986, mis recuerdos van ligados al Madrid del Di Stéfano entrenador, el de los cinco subcampeonatos, que me forjó en madridismo ante los malos tiempos, y al de la Quinta del Buitre, la poesía y las pelotas hechas fútbol. Desde 1996 dando la barrila en esto del periodismo deportivo, aunque hace años que es mi hobbie y no mi profesión.