Confianza cero. El Real Madrid tiene esta noche (23:00, Telecinco), o más bien entre esta noche y la madrugada del jueves gracias al fenomenal horario del partido, la oportunidad de darle la puntilla a uno de los rivales que más le ha hecho sufrir a lo largo de la historia, el Barcelona de Messi. Ganar al Barça, y hacerlo con una relativa comodidad o contundencia, certificará que ese fantasma, uno más, ha quedado enterrado en el cajón de los (malos) recuerdos. La excusa es ganar la Supercopa de España, que es como si a uno le toca un yogur gratis tras abrir la tapa, pero aunque el premio, ese título, sea muy menor, la recompensa por hacerlo es fabulosa: acabar con la primera bicha del Siglo XXI. Porque habrá más.
En un partido que comenzará con pañolada a los árbitros debido a los desaciertos de De Burgos Bengoetxea en la ida, cuya consecuencia es la sanción de cinco partidos que recae sobre Cristiano Ronaldo, y con el público madridista de uñas contra Luis Suárez (hasta da miedo nombrarle, no sea que se tire y piten penalti a favor del Barça), Zidane recupera el once que jugó la Supercopa contra el Manchester United y el que debería haber jugado en Barcelona, con la entrada del ya-no-sancionado Modric por Kovacic. Las rotaciones, por mucha burra que intenten vender algunos, son para la Liga. Y quizás para la fase de grupos de la Champions. Así que Asensio tendrá que esperar.
Y es una lástima, porque la irrupción del balear desde el final del pasado invierno está teniendo tan colosal repercusión que no son pocas las voces que piden su titularidad durante este tiempo de sanción de Cristiano Ronaldo. Algo que muchos consideran será suficiente para, a la vuelta del portugués, cargarse definitivamente una BBC que no soporta nadie. Pero no hay forma: Asensio deberá seguir esperando su oportunidad desde la banca.
En el Barça, mientras, hay algunos cambios: Iniesta, lesionado, no juega, y tampoco los dos jugadores que más le chirriaron a los culés en la vuelta, siempre disparando a los que menos nombre tienen y sin valor para señalar a los popes paseantes. Así que Aleix Vidal y Delofeu pasan al banquillo y Sergi Roberto, Semedo y bien Denis Suárez, bien Alcácer entrarán en el once. Jugará la plana mayor del equipo: el Barça tal vez no pueda hacer la machada de remontar, pero está claro que bajo ningún concepto quiere que le pinten la cara y llevarse a casa una goleada que signifique, de facto, el certificado de defunción del Barcelona de Messi.
