123 millones de euros. El nuevo mundo futbolístico, el manejado por clubes-estado dispuestos a tirar la casa por la ventana no sólo pagando costes de fichaje, sino también abonando primas de fichaje a familiares y agentes con precios muy por encima de lo fijado por el Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores de la FIFA, ha dejado al Real Madrid con los mayores ingresos de su historia en un mercado estival. Esos 123 millones de euros son un récord en la historia del club blanco.
Los traspasos de Morata al Chelsea, de Danilo al Manchester City, de Mariano al Olympique de Lyon, de Diego Llorente a la Real Sociedad y de Burgui al Alavés, además de la cesión con opción de compra de James al Bayern (y sin contar los 40 millones extra que tendrán que abonar los bávaros en dos años), han dejado esos 123 millones en caja, superando los 113,5 millones ingresados por el club en el verano de 2013 (cuando se vendio a Higuaín, Özil, Albiol, Callejón y Pedro León) y a los 112,7 del año siguiente (Di María, otra vez Morata, Xabi Alonso, Sahin, la cesión de Casemiro al Oporto y Jesús Fernández).
Los 123 millones, unidos a la extrema precaución con la que se viene moviendo el Real Madrid en el mercado estos últimos años, hacen que el club blanco presente un superávit de 76,5 millones de euros en el mercado, una cantidad a la que tampoco se había llegado nunca antes, dado que el récord eran los 7,5 kilos de superávit del curso anterior. Algo está cambiando y también cambia en el Real Madrid.