La Wengerización ha finalizado

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«Si no podemos fichar a Wenger, hagamos lo que hace Wenger». Ésa frase es una de las que conformaron el modus operandi del Real Madrid de Florentino Pérez durante mucho, demasiado tiempo. Asesorado por Jorge Valdano, el presidente blanco veía cómo le regaban la oreja a diario con «la vista» (por algo Mourinho le bautizó como ‘voyeur’) del técnico francés del Arsenal. Por aquel entonces, y hasta hace no demasiado tiempo, Wenger estaba empeñado en ir saqueando cual Sir Francis Drake todas las canteras europeas para hacerse con los talentos más jóvenes a precios asequibles.

Wenger pescó así a Cesc, a Fran Mérida, a Senderos, a Carlos Vela, a Aliadiere… Y a una ingente cantidad de jugadores de todas las canteras europeas. «En cuanto os enteréis de que Wenger quiere a un jugador, informad para poder hacer una oferta por él. Seguid todos sus movimientos de mercado», dicen que Valdano exigía a todos los miembros del departamento de fútbol del Real Madrid, de ejecutivos a ojeadores. La obsesión por Wenger era absoluta. El galo, el entrenador del Arsenal de Los Invencibles (el que ganó una Premier sin derrotas), era el entrenador más deseado del continente.

Han pasado unos cuantos años de aquello. El Real Madrid ya no vive obsesionado con Wenger. Pero los derroteros del mercado, los clubes-estado y el chorro de millones que factores externos depositan de forma poco clara para ser invertidos en fichajes, han provocado que el Real Madrid sea el club top europeo con más Sub-23 en su primera plantilla, y a precios más que asequibles. Aquello que hacía Wenger, por los derroteros de la vida, es lo que ha tenido que acabar haciendo el Real Madrid. Pero no por obligación, sino por anticipación a unas circunstancias de mercado que obligarán al Real Madrid a seguir reinventándose si no quiere pasar a un segundo plano. De momento, la Wengerización ha finalizado. Sin Valdano.

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Yo vi jugar a Del Bosque, así que llevo unos cuantos años yendo al Bernabéu. Socio desde 1986, mis recuerdos van ligados al Madrid del Di Stéfano entrenador, el de los cinco subcampeonatos, que me forjó en madridismo ante los malos tiempos, y al de la Quinta del Buitre, la poesía y las pelotas hechas fútbol. Desde 1996 dando la barrila en esto del periodismo deportivo, aunque hace años que es mi hobbie y no mi profesión.