La falta de pegada mata al Madrid ante Valencia y Levante

El Real Madrid campeón de Liga necesitaba de algo menos de siete remates para hacer un gol. Ante el Valencia necesitó de once para cada tanto y ante el Levante, ¡de dieciocho!

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El Madrid, ante Valencia y Levante, ha tenido un ratio de conversión de remates escandalosamente bajo
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Es cuestión de falta de pegada, y tampoco hace falta darle muchas vueltas más. Los dos tropiezos consecutivos del Real Madrid en Liga, ante Valencia y Levante en el Bernabéu, vienen marcados estadísticamente por un hecho diferencial que prácticamente señala con luces de neón el motivo de esos dos empates: un alarmante bajo ratio de conversión de remates. Son números, esos que muchos dicen que no explican nada, pero que en esta ocasión dejan bien claro dónde ha residido el problema del equipo blanco ante los equipos mediterráneos: en la falta de puntería, en que la tan cacareada pegada no ha existido.

Los números son muy sencillos. El Real Madrid de la pasada temporada, campeón de Liga, el que tenía a Morata y James, promedió 18,7 remates por partido, ocho de ellos entre los tres palos, para una media de 2,78 goles por encuentro. Eso supone una tasa de conversión del 14,86%. De cada cien remates, casi 15 eran gol. O de cada poco más de seis remates, uno era gol

Pasamos a este curso. Primer partido oficial de la campaña, la Supercopa de Europa ante el United. El Real Madrid realiza 16 remates, seis entre los tres palos, para dos goles: un 12,5% de acierto. Es aún pretemporada, el rival un equipo de campanillas y nadie se alarma. Llega la Supercopa de España ante el Barça: en la ida, doce remates, siete entre los tres palos, y tres goles. Un bestial 25%. En la vuelta, en ese partido que el equipo jugó al trantrán, 14 remates, cinco a puerta y dos goles: 14,28%. En todos ellos, más o menos acorde a la media del curso anterior, la que le hizo campeón. Y con Cristiano Ronaldo, su rematador más efectivo, casi inédito salvo un rato en Barcelona.

Y llega la Liga. En el debut en Riazor, el Madrid sigue machaconamente su camino: 16 remates, ocho a puerta, tres goles: un 18,75%. Y entonces… Y entonces llegan Valencia y Levante y todo cambia, con porcentajes paupérrimos en la definición. Ante los de Marcelino, el Real Madrid fuerza más remates que nunca, 22, pero sólo seis van entre los tres palos, de ellos dos acaban siendo gol. El porcentaje cae en picado por debajo del 10%, a un muy pobre 9,09%.

Aparece entonces el Levante, tras el parón de selecciones: el sábado, el Real Madrid vuelve a ser capaz de crear un número muy elevado de ocasiones, 18, con diez remates entre los tres palos. Pero sólo uno acaba en gol. El ratio de remates por gol cae a un deplorable 5,55%, el peor de toda esta serie estudiada. Y el resultado, claro, es un empate. La falta de pegada ha lastrado al Madrid en estos dos empates.

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Yo vi jugar a Del Bosque, así que llevo unos cuantos años yendo al Bernabéu. Socio desde 1986, mis recuerdos van ligados al Madrid del Di Stéfano entrenador, el de los cinco subcampeonatos, que me forjó en madridismo ante los malos tiempos, y al de la Quinta del Buitre, la poesía y las pelotas hechas fútbol. Desde 1996 dando la barrila en esto del periodismo deportivo, aunque hace años que es mi hobbie y no mi profesión.