ALA – RM: Una gigantesta trampa para osos

El Real Madrid, trufado de bajas, necesita obligatoriamente ganar para mantener esperanzas de remontada. Isco y Asensio se perfilan como titulares. Nacho actuará como lateral izquierdo

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La Liga se puso dramática el miércoles, con la inesperada derrota ante el Betis. Así que el partido de esta sobremesa ante el Alavés (16:15, BeIn LaLiga) se ha convertido en una gigantesca trampa para osos. El Real Madrid, que en prácticamente cualquier otra ocasión avanzaría con paso firme en la competición, tal vez algún rasguño durante este trayecto, se presenta en Mendizorroza como un superviviente en una catástrofe del desierto: con la mitad de la ropa desgarrada (Benzema, Marcelo, Kroos, Kovacic, Theo, Vallejo… son baja), sediento (de puntos) y aferrado a la esperanza (de que ganar el título aún es posible). Sólo vale ganar. Y desde ya.

Con Zidane haciendo malabarismos para intentar confeccionar un once de garantías, mucho más dolorosa la ausencia de Kroos que la de Marcelo, millones de ojos estarán puestos en la táctica que adopte el técnico francés. Si porque le falte un centrocampista extra meterá a Asensio e Isco (como se intuye) y dejará a Modric y Casemiro para pelear en mar abierto o, por el contrario, blindará el eje con Ceballos para que el Madrid se mueva de forma más natural. Aunque la forma natural de moverse sea la de Florinda Chico por el pasillo del supermercado.

Por ahí se decidirá el partido, aunque el adversario, un Alavés sin entrenador real (De Blasi) hasta mañana y que no es que no haya cosechado ningún punto esta temporada, es que ni siquiera ha marcado un gol, no esté para lanzar cohetes. Precisamente por eso, todo lo que no sea ganar sería una hecatombe catastrófica. La remontada, si es que se da, debe empezar en Mendizorroza. Porque si no se empieza hoy, esta temporada puede hacerse larga. Muy larga. Tanto como pasar un año entero con la pezuña atrapada en una trampa para osos.

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Yo vi jugar a Del Bosque, así que llevo unos cuantos años yendo al Bernabéu. Socio desde 1986, mis recuerdos van ligados al Madrid del Di Stéfano entrenador, el de los cinco subcampeonatos, que me forjó en madridismo ante los malos tiempos, y al de la Quinta del Buitre, la poesía y las pelotas hechas fútbol. Desde 1996 dando la barrila en esto del periodismo deportivo, aunque hace años que es mi hobbie y no mi profesión.