Los nuevos dueños de IPIC renegocian los naming rights del Bernabéu

IPIC fue absorbida por un fondo de inversión de Abú Dhabi y no tiene excesivo interés en el nombre del nuevo estadio. Los abogados de todas las partes estudian cancelaciones parciales del contrato

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El nuevo estadio Bernabéu
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IPIC ya no es una potentísima petrolera con sede en Dubai, como sí lo fue cuando firmó un estratosférico contrato con el Real Madrid en octubre de 2014, por el que abonaría al conjunto blanco alrededor de 400 millones de euros por adelantado por una serie de patrocinios en el conjunto madridista, entre otros la cesión de los naming rights del nuevo estadio Santiago Bernabéu por diez temporadas.

Esa cantidad iba a sufragar en su totalidad la reforma del estadio, amén de quedar un remanente para otras visicitudes. Pero IPIC fue adquirida hace unos meses por el fondo de inversión Mubadala, con sede en Abú Dhabi y propiedad de los dueños del Manchester City, y el cambio de dueños ha provocado un cambio en su estrategia. El contrato, firmado por todas las partes, se está renegociando y todo apunta a que los naming rights del nuevo estadio Bernabéu quedarán vacantes. Se negocia todo el acuerdo punto por punto, en una tarea colosal que tiene a los abogados de ambas partes completamente exhaustos.

En el Real Madrid, pese a todo, están tranquilos. Existen penalizaciones por incumplimento, pero además todos los puntos del acuerdo que Mubadala cancelara podrían ser renegociados por otras empresas por parte del club blanco, porque pretendientes no le faltan. El acuerdo de los derechos publicitarios en el nombre del estadio es la piedra angular de un acuerdo publicitario con cientos de aristas, pero si Mubadala decidiera retirarlos, en el club blanco existe la total confianza de que encontrarán otro patrocinador prácticamente de manera inmediata.

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Yo vi jugar a Del Bosque, así que llevo unos cuantos años yendo al Bernabéu. Socio desde 1986, mis recuerdos van ligados al Madrid del Di Stéfano entrenador, el de los cinco subcampeonatos, que me forjó en madridismo ante los malos tiempos, y al de la Quinta del Buitre, la poesía y las pelotas hechas fútbol. Desde 1996 dando la barrila en esto del periodismo deportivo, aunque hace años que es mi hobbie y no mi profesión.